Un amigo enajenado

Tengo un amigo, de toda la vida, pero de todos, es el que se mira así mismo y a su clase social, que también es la mía, el empobretariado, con los mismos ojos del opresor. Siempre, se ha creido un petit bourgeois. Es esa subalternidad lo que origina su mentalidad de neocolonizado. A veces he llegado a la conclusión que su enajenación es de tal grado, que el tipo se goza su condición de esclavitud mental. Esto me lleva a confesar, que aún con todo lo que he tratado de comprender a Ludovico Silva sobre su interpretación de los estudios que realizó Marx acerca de la alienación, no deja de sorprenderme cómo las ideas de los opresores se imprimen con tanta fuerza en la conciencia de los oprimidos, hasta el punto que estas terminan determinando la forma como los neocolonizados miran la realidad y cómo se miran ellos mismo con los ojos del opresor y al final, justifican que es lógico y natural que siempre habrá alguien superior a ellos que los oprima. Estoy por creer que hay una estructura oculta en el cerebro de algunos seres humanos que se activa en función de hacerlos esclavos pero que aun la neurociencia no ha descubierto.

Todo este cuento viene al caso, porque en una parada x de bus, mi amigo y yo -si asumimos a los enemigos con sus perversidades por qué no a los amigos con sus defectos-  coincidimos y sin que mediara el tradicional apretón de mano, entramos directo al grano,  al pan de cada día, o sea,  hablar de la situación del país, y esto fue lo que sucedio :

- él tomó la iniciativa y me preguntó- ¿Cómo ves la vaina? - a lo que contesté, sin preocuparme mucho por el orden de los argumentos. 

- Bueno la vaina la veo fea, terriblemente fea. Cada vez es más difícil para la mayoría de la población despojada de sus derechos y bienestar, -aquí incluyo tanto a los empobrecidos del chavismo como a los de la oposición-  encontrar la manera de cubrir las necesidades básicas, podemos resumir, que vivir, o mejor, sobrevivir para los pobres, se ha convertido en una lucha por el rebusque. Y esto ocurre, mientras tenemos que escuchar del gobierno madurista, que el país está creciendo económicamente. Tal vez  eso sea cierto, sin embargo, para la gran mayoría de la población el salario desapareció y por consiguiente, el poder adquisitivo no existe, quien no tiene dinero no tiene asistencia médica y tampoco educación de calidad y las tres papas en la mesa es nada más que una posibilidad. Sin embargo, se puede constatar, que la riqueza se ha ido delictivamente concentrando, a un nivel de opulencia, en una facción del 1 por ciento de la sociedad venezolana, es decir, los beneficiados son soló la burguesía revolucionaria y los viejos amos del valle que siguen recibiendo su parte. Y, sin esperar que me hiciera la segunda pregunta, le seguí diciendo, esta vez haciendo uso de las enseñanzas del libro "la pedagogía del oprimido", del maestro brasileño, Freire.

- Amigo, en este momento tan catastrófico que vivimos los venezolanos, lo más justo, la solución que debería sobrevenir, si todavía queda algún grado de decencia, de humanismo en este gobierno, es que ésta gente, el madurismo, entregue el poder al pueblo organizado, por ejemplo, a una Junta Patriótica de Salvación, porque ya no cuenta con el apoyo del pueblo venezolano y es evidente que no tiene el permiso de este último para seguir frente al gobierno. Y sin hacer pausa, para no permitir que me interrumpiera la inspiracion oratoria, le seguí diciendo.

-Sin embargo, esto puede cambiar, pero necesitamos que los sectores más pensantes del pueblo venezolano, aquel que los podridos valores del capitalismo no han podido destruir, se organicen como una poderosa fuerza política y se hagan gobierno, emerjan con toda la decencia y honestidad de la que sean posible, con todo el pensamiento liberador del que sean capaces haciendo gala de la venezolanidad, para conducir al país hacia un estadio superior de vida. Que dirija toda la potencia del trabajo colectivo, con disciplina y organización, hacia la  construcción del país que necesitamos y nos merecemos, y hacerlo de acuerdo a un programa correcto, que por ahora no es otro, el Plan de la Patria original 2013-2019, con el cual, nos liberemos de los mecanismos del atraso, del empobrecimiento y del subdesarrollo. La tarea estratégica es concentrar toda la voluntad de transformación revolucionaria de toda la nación para derrotar las fuerzas del mal y la oscuridad y ponernos  a construir las bases de un desarrollo endógeno radical, en la edificación de unas fuertes y estables vigas de la democracia comunal, directa verdaderamente participativa y protagónica.   -Y tomando más aire y pretendiéndo ser profético, le sampe una nueva andanada.

- Pero un prerrequisito, si queremos lograrlo, es que las clases trabajadoras empobrecidas alcancemos un nivel de conciencia de una clara intencionalidad de ser libres, que nos ubiquemos, incluso, por qué no decirlo así, en la misma búsqueda de la racionalidad del inconsciente donde puede intuirse que la solución está en desconectarnos de las lógicas del capital, y en consecuencia, dirigir toda la fuerza de tal conciencia a construir relaciones sociales de igualdad y avanzar por el camino implícito en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que no es otro que el orientado hacia el potencial del desarrollo humano, esto sería un recomienzo maravilloso, equivaldría a un llamado a vivir. En resumen, transformarnos nosotros mismos por ser mejores como seres humanos y como sociedad en la medida que vayamos transformándolo todo. -Pero, creyendo que ya lo había persuadido, bajé la guardia y fue entonces que tomó la palabra y me dijo con la frialdad que caracteriza al que está definitivamente neocolonizado.

- No creo que el pueblo sea capaz de hacer eso que tu dices- y le pregunto.

- Y qué razones tienes para creer que el pueblo no lo hará?- y me contestó con una pregunta tajante.

- ¿Es que acaso 13 años de mal gobierno no han sido lo bastante para que el pueblo hubiese reaccionado y hecho ya lo que tú dices que debe hacer. No crees que si en realidad quisiera ser libre y vivir en condiciones más dignas ya hubiese reaccionado? 

Y sin darme tiempo a ripostarle nada, mi amigo de toda la vida, se montó de un brinco en una buseta que en ese momento pasaba, llena hasta los tequeteques y se fue guindando en la puerta como un mono aullador, me gritaba algo pero yo no entendía, porque se voz se confundía como una más en el ruido y la angustia del cotidiano vivir..

Bueno, el debate quedó abierto para otro día y menos mal, porque yo había agotado toda mi paciencia y mis argumentos. No obstante, ví con claridad esta vez, que las viejas interpretaciones con las que leía el mundo ya no sirven para dar respuesta a las nuevas realidades venezolanas. Pero así es la ciencia de la liberación: la disposición a explorar nuevos modos de interpretar el mundo para cambiarlo.

 


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Arnaldo Aguilar Dorta


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