Cuentan que cuentan, que hubo una vez, un burro fue montado por un hombre sin que nadie se percatara de la trascendencia que había de tener para toda la humanidad aquel hecho aparentemente tan humilde y tan simple. Ni siquiera el imperialismo de la época, obnubilado por su arrogancia, fue capaz de darse cuenta de lo que estaba sucediendo sobre el lomo de aquel, para ellos, insignificante animal.
Ahora bien, ciertamente, en la historia de la sociedad moderna no se ha registrado, que una clase dominante en cualquiera nación de las que pueblan este mundo, haya cedido voluntariamente el poder político a las clases subalternas, las dominadas, los empobrecidos, las explotadas y ninguneadas sin que previamente no hayan hecho uso de la violencia para acallar tan absurda petición. Y mucho menos suponer, que lo hiciesen obligados por la simple razón, que aquellas cansadas ya de ser gobernadas al día de hoy, entonces hayan decidido autogobernarse. Bueno, al menos en Venezuela, jamás se ha visto, ya que siempre ha habido un Madariaga detrás de un Emparan para manipular la voluntad popular y seguir garantizando el poder en manos de los más ricos.
Por consiguiente, que eso pueda ocurrir en la actualidad, un acontecimiento de tal naturaleza, en medio de una humanidad enlodada en las contradicciones intercapitalistas por el reparto del mundo, implicaría definitivamente una ruptura con el sentido común universal; habría, sin lugar a dudas, que calificarlo como un evento raro; seria un caso paradigmático, que cambiaría para siempre la historia de la humanidad. Tal cual lo hicieron el hombre y el burro.
Incluso, podría alegarse que tal incidente pasaría a convertirse en el principio del resquebrajamiento de la actual civilización sustentada en las relaciones de amos y esclavos, siempre envuelta en desgarradoras contradiciones y antagonismos propios de la lucha de clases.
De tal manera, estamos seguros, que si así llegara a proceder el madurismo renunciando a su misión de restaurar el capitalismo, cediendo tranquila y civilizadamente el poder politico del Estado al pueblo venezolano, estaría de esa manera, por un lado, ahorrárle mayores sufrimientos al pueblo y, por otro lado, echando al suelo la cosmovisión dominante que se ha tenido por milenios sobre el poder. Sería el preludio de una nueva cultura, la de una sociedad distinta, de ciudadanía libre.
Portando esa carga de esperanzas y anhelos, y sobre todo el peso que tiene en nosotros la idea de un mundo más justo, son la razón fundamental de que la dirección Nacional del Chavismo Auténtico, dispuestos permanentementes a buscar los remedios menos amargos y más saludables que ayuden a superar esta crisis tan atroz, nos arriesguemos incluso a rebasar el curso natural de la realidad y a ser invalidados por cualquiera de las certidumbres teóricas sobre la naturaleza del poder, impartidas con rigurosidad en la academia, convicciones que van desde Maquiavelo a Bodin, luego por Hobbes, más tarde por Hegel y Marx hasta el Estado y la Revolución de Lenin para culminar con el micropoder de Foucoult, a pesar de todas esas lumbreras con las cuales es cuesta arriba debatir, no obstante nos atrevemos a sostener la secreta esperanza de que pudiera existir una leve posibilidad de que el madurismo, entre en razón y deponga su actitud tiránica, y le haga entrega del gobierno al pueblo, depositándolo en una institucion seria y decente que asuma responsablemente el timón del estado y los destinos del pais para emprender la reconstrucción de una República de productores libremente asociados..
Cada vez más convencidos de que éste anhelo es el camino conveniente, el más correcto y que creadas las circunstancias más felices pudiera hacerse realidad, es que seguimos con nuestra propuesta para sacar de la crisis política a Venezuela, la misma que hunde en la pobreza al pueblo. Es decir, proponemos que Nicolas Maduro renuncie, dejando el gobierno en manos de la Junta Patriótica de Salvación, la cual viene organizándose en el seno del pueblo, para que la misma proceda a: 1 ) liberar a todas y todos los presos políticos y asimismo catigue con base a la constitución, todo tipo de persecución por pensar políticamente distinto y por consiguiente se restaure la libertad de expresión, 2) que se usen los medios necesarios con los que dispone la República, para rescatar a los ciudadanos venezolanos hoy secuestrados por el delincuente Bukele en el Salvador, 3) que decrete aumento general de salarios, 4) haga todos los esfuerzos y las gestines necesarias por recuperar la industria petrolera nacional, 5) que decrete la emergencia en salud, educación y agricultura, 6) frene la especulación, 7) que facilite las condiciones sociales y economicas para el feliz regreso de todos los emigrantes y 8) que convoque a elecciones generales para que el pueblo venezolano ejerza el derecho a elegir con transparencia y libremente a quienes gobernarán obedeciendo al pueblo.
Tal vez, para los muy objetivistas y muy realistas, que no son capaces de hacer nada pero prefieren ir detrás de la derecha, ésta propuesta les parezca que raya en la ilusión, o para utilizar una expresión de Aristobulo: "parece que nos la fumamos verde", bueno, que lancen entonces la primera piedra aquellos que en medio de ésta amarga y catastrófica realidad donde sobrevive el pueblo venezolano, no haya algún día o, en algún instante, tenido una esperanzadora ilusión parecida a esta. Pues, si los sueños dejaran ya de servir para cultivar la esperanza y la imaginación de un mundo mejor, entonces, la vida se reduciría a un montón de acontecimientos tristes y lamentables
Y es precisamente por creer en esa capacidad de soñar y de imaginarnos otros mundos posibles, que le solicitamos a la cúpula del madurismo, específicamente a Maduro, Diosdado, Padrino, Delcy y Jorge, renunciar al poder, pero no para entregárselo a los sicópatas de la derecha, los mismos que en EEUU apoya a Trump. Lo que estamos exigiendole a la cúpula del madurismo, es que le hagan entrega del poder a quien originariamente le pertenece, al pueblo venezolano organizado en la Junta Patrióticade de Salvación, para que desde su propio seno, fluya la democracia participativa y protagónica, para que emerja una sociedad de valores comunales y el mismo pueblo decida a los que les corresponda cumplir con el deber social de administrar obedeciendo la voluntad popular.
Desde la Dirección Nacional del Chavismo Auténtico, les decimos que no tiene ningún sentido pretender ignorar lo que es dialecticamante inevitable que acontezca fomentado por la acumulación de desigualdades e injusticias, querer desestimar la posibilidad que pueda haber algún centelleo que agudice todas las contradicciones y arranque a la inmensa masa de empobrecidos de la inmovilidad y los impulse hacer su propia revolución.
Los invitamos a que reflexionen con el mismo amor hacia la humanidad conque lo hizo el hombre que el burro transportaba. Eso sí, dejando a un lado la cruz, ya basta de sufrimientos, el pueblo venezolano quiere, necesita y se merece vivir en paz con libertad y justicia social. .