El gobierno de Maduro es sin duda un gobierno irresponsable

El gobierno de Maduro jamás ha aceptado tener ninguna responsabilidad sobre el desastre existente en Venezuela desde hace casi una década. Gobierna con todos los poderes públicos a su servicio, tiene el apoyo irrestricto de la FANB y de todos los cuerpos policiales, su partido es de lejos el de mayor número de militantes, a sus órdenes están el Banco Central de Venezuela, el SENIAT, todas las grandes empresas públicas que aún existen, la mayoría de las gobernaciones y las alcaldías y las fundaciones del Estado. También le sirven casi todas las emisoras de radio y de TV y los sindicatos y federaciones de trabajadores organizadas a su gusto, luego de dividir al movimiento sindical y, por si hiciera alguna falta, a una buena parte de la oposición dedicada al ejercicio de políticas inmediatistas, desplegando acciones violentas de baja intensidad y absteniéndose de participar en los procesos electorales, y así dejarle libre el campo para que actúe a sus anchas.

En este sentido, el discípulo de Chávez ha superado con creces a quien fuera su maestro y maestro de todos quienes lo acompañan. Chávez una que otra vez aceptó haber estado equivocado, dijo públicamente estar arrepentido. Pidió perdón en público y accedió a algunas de las demandas que se le hacían. Y lo hizo estando en una mejor situación económica que la actual, con mucho más apoyo popular y teniendo mucho más en la bola que toda la dirigencia actual junta. Maduro no deja de culpar a las perversidades de sus adversarios por todos estos años de políticas desastrosas. Hace al imperialismo gringo culpable hasta de la codicia y corrupción de sus compañeros de gobierno. No fue que no ingresaron a PDVSA más de 20 mil millones de dólares, producto del robo despiadado de quienes administraban las ventas del crudo, sino que las sanciones de EEUU llevaron a la gente a realizar prácticas reñidas con la transparencia de los procesos y los intereses de Venezuela.

La tozudez de quienes nos mal dirigen es tal que ni siquiera aceptan los mensajes claros de sus aliados, en el sentido de flexibilizar sus posiciones en aras de lograr una salida pacífica a la crisis venezolana. Trataron incluso de dinamitar la reciente conferencia sobre Venezuela convocada por Petro en Colombia, sin percatarse de la presencia de varios líderes mundiales que les son cercanos. No han advertido que los tres acuerdos unánimes, llaman a "establecer un cronograma electoral" y a celebrar "elecciones libres, transparentes y con plenas garantías", que las refieren a las expuestas por la Unión Europea en las elecciones regionales pasadas: sin ventajismo oficial, sin inhabilitaciones arbitrarias y sin tutela del Poder Judicial. Piden también que se acelere el funcionamiento del fondo para la inversión social en el país y el levantamiento de sanciones en la medida que se produzcan avances positivos. Esos acuerdos de 20 países, aprobados por los presidentes de Brasil, Argentina, Bolivia, Honduras, México, España y Turquía, que no pueden en ningún caso ser calificados como enemigos del régimen venezolano, son un llamado a la sensatez y una respuesta contundente a las absurdas peticiones de última hora vociferadas por el presidente Maduro y Jorge Rodríguez desde Miraflores, que además ignoraron que el propio Presidente gringo, con quien vienen negociando y acordando cuestiones vitales sobre la explotación y exportación de petróleo, ha tenido últimamente enfoques en esa misma tónica. Casi exigen, como contrapartida para regresar a las conversaciones de México, la entrega de Álvaro Uribe en el SEBIN y la aceptación de la candidatura de Diosdado en las próximas elecciones presidenciales de EEUU.

Que los trogloditas remanentes de la oposición violenta, no hayan comprendido la importancia de la resolución tomada por la conferencia, no es de extrañar. Están acostumbrados a convertir las victorias en derrotas desde hace como 20 años, de manera tal que sus alucinaciones eran perfectamente esperables, cualquiera que hubiera sido la resolución. Sólo tienen ojos y oídos para Petro, a quien consideran un adlátere de Maduro; se olvidan que la resolución fue también aprobada por países como Alemania, Francia, Canadá, Italia, Noruega, Chile, Inglaterra, Portugal y el alto representante de la Unión Europea, entre otros, cuyos gobiernos no están bajo la órbita "imperial" del Presidente de Colombia.



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Luis Fuenmayor Toro

Médico-Cirujano, Ph. D., Ex-rector y Profesor Titular de la UCV, Investigador en Neuroquímica, Neurofisiología, Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Luchador político.

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