Todos los imperios, a través de la historia se han construido sobre la base del saqueo y la dominación de los pueblos vecinos y no tan vecinos. No hay ninguna otra forma de amasar tanta riqueza y tanto poder, como no sea la de expoliar con mayor o menor descaro a otros pueblos, luego de que la explotación del propio haya alcanzado el nivel máximo posible. No importa cuales excusas se utilicen y cuanto se quiera disimular o justificar, las acciones de dominación y muchas veces de exterminio, necesarias para las génesis imperiales, pues el fondo de la cuestión es la dominación y la acumulación de riquezas que, a su vez, garantizan esa dominación, siendo entonces al mismo tiempo causa y efecto de la misma. En este desarrollo creciente, los obstáculos que aparecen son cada vez mayores y terminan limitando el crecimiento imperial o, incluso, destruyendo los imperios.
Estas limitaciones o trabas son tanto externas: la resistencia natural de los pueblos a ser conquistados y dominados por naciones extrajeras; como internas: las debilidades de la cohesión interior necesaria, para poder asumir plenamente y sin fracturas las exigencias de la dominación. Ambas fuerzas son meridianamente claras en las batallas imperiales de dominación, a todo lo largo de su desarrollo, siempre en crecimiento permanente, imponiendo límites a los poderes imperiales, hasta que éstos no las pueden resistir y terminan por derrumbarse. Ésa fue la historia de los imperios antiguos, entre ellos el de Roma, que terminó sucumbiendo ante enemigos externos que había derrotado por siglos, víctima de los problemas internos generados por la propia dominación.
Es claro que los imperios antiguos, como Roma, y los modernos como el español y el británico que le sucedió, utilizaban principalmente la fuerza militar para imponer su voluntad al resto de su mundo, que podía verse en los mapas geográficos hasta de un mismo color, como fue evidente cuando buena parte de ese mundo era rosado. Hoy, la cosa no funciona de la misma forma, no tiene el mismo aspecto, independientemente de que sea la misma dominación. No hay colores estables en los mapas, pero esto no significa igualdad de todas las naciones. No hay, sino en contadas y no permanentes ocasiones, ocupación militar de la nación agredida, pero el poderío militar del agresor sigue vigente y ejerciendo su poder mediante distintas formas. La dominación económico financiera es hoy fundamental en la subyugación de los pueblos. Todas estas diferencias llevaron a que Lenin hablara de imperialismo y no de imperio.
Lo anterior significa, que los contratiempos, dificultades y derrotas internas del Partido Republicano y de Trump, son de una importancia vital en la derrota de la agresión militar estadounidense actual. Es dentro de EEUU donde se da el principal combate de disuasión de esa política militar agresiva e invasionista. A esto se le agregan, los otros enfrentamientos existentes por las políticas instrumentadas por Trump dentro de la nación norteamericana. Los resultados electorales recientes, las grandes movilizaciones de calle, enfrentando la criminal política migratoria; las pugnas con gobernadores y alcaldes, las acusaciones sobre sus relaciones con Jeffrey Epstein, de donde surge la tristemente famosa lista que lleva su nombre, son vitales para Venezuela, pues podrían derivar en una destitución o amenaza de destitución de Trump (impeachmente), que golpeará todas sus políticas, incluida la contraria a nuestro país.
Recordemos que, en la finalización de la guerra de Vietnam, la oposición a la misma dentro de EEUU tuvo un papel importantísimo. Para Venezuela es vital entonces la oposición a Trump dentro de Estados Unidos. Esa realidad, no resta importancia a otros aspectos internacionales de la actual confrontación. El apoyo valiente del presidente Petro, a un costo elevado para el mismo, pues lo han hecho blanco despiadado de las mismas acusaciones que las recibidas por Maduro; el apoyo de Brasil a través del presidente Lula, la solidaridad de algunos otros pueblos, entre ellos los de México, Cuba y Honduras; el rechazo a la guerra como fórmula de dirimir los conflictos, presente en España, Chile, la ONU y muchos países europeos, es importantísimo. Los apoyos declarativos de China, Rusia, Irán, Cuba, Turquía y otros, que pudieran convertirse en suministros distintos, también influyen favorablemente a Venezuela y la paz.
En mi humilde opinión, además del tema de nuestros numerosos e importantes recursos naturales y nuestra privilegiada posición geográfica, la intención principal de Trump es recuperar el control de todo el continente americano, al cual EEUU considera suyo y vital para un mundo futuro, ya no controlable como antes.
