La Guaratara

Carta a Simón Trinidad

Profesor Simón Trinidad, académico, insurgente y líder de la Paz en Colombia. Hace un año recibió usted la invitación a participar como docente universitario en Venezuela, posibilidad que pasa, claro está, porque Naciones Unidas y los carceleros norteamericanos garanticen su liberación y honren el Acuerdo de Paz que, sistemáticamente, han venido burlando, violando y acribillando desde Nariño. En este año, como en todos los años de su injusta prisión, la Asociación Patria es Solidaridad nos reitera, a toda Latinoamérica y el mundo, la importancia de denunciar su encarcelamiento, devastador de las mejores intenciones manifiestas en las negociaciones de la Habana. Así como la libertad de Julian Assange es bandera de la humanidad por la libertad de expresión, su liberación, profesor Simón Trinidad, es bandera de la dignidad y la paz en la región.

Pero ni Assange ni usted reciben aun las consideraciones propias de quienes se han puesto al frente de las luchas más sentidas e importantes de la civilización; cuánta manipulación, desinformación y especulación ocultan las corporaciones hegemónicas detrás de la crisis actual de la pandemia, donde las finanzas y sanciones terminan condenando pueblos, naciones enteras al exterminio, mientras los banqueros, especuladores y millonarios estadounidenses incrementan sus riquezas mil porciento y Bolsonaro, Duque y el Grupo de Lima participan, junto al saqueador de Venezuela, Juan Guaidó, de un festín donde se engullen los derechos y los recursos que deberían garantizar la vida de sus pueblos. Assange encarna la lucha por esa verdad y usted la lucha insurgente y aguerrida contra la injusticia y violencia genocida que gobierna Colombia.

Me disculpo por lo tarde de mi carta. Esta debió llegar en abril, porque todos los abriles Patria es Solidaridad promueve la lucha por su libertad. Me excuso en la demandante actividad con motivo del Bicentenario de Carabobo. Como usted sabrá, el Libertador Simón Bolívar inició las hostilidades de aquella gloriosa campaña, aquí en Barinas, tierra de Chávez, otro apasionado por la paz de Colombia. Por lo tarde de mi epístola, quizá llegue a sus manos en junio y no me quejo porque será el junio bicentenario: 200 años de heroísmo y lucha bolivariana que no cesan, como no cesan aquellos postulados de Marquetalia que están vivos en cada protesta de la Colombia aguerrida: desde Cali, Bogotá, Buga, el Pacífico y todas las regiones salen sus jóvenes, hombres y mujeres a combatir la burguesía paramilitar. Mi carta pudo llegar tarde, profesor Trinidad, pero la de millones de sus connacionales llegó justo en abril, como una sinfonía colectiva para sus oídos: la causa por la cual usted ha luchado, por la cual lo encarcelan y que horroriza al paramilitarismo, sigue siendo la de todo el pueblo colombiano, porque no habrá paz sin justicia.

Recuerdo en usted, aquel profundo verso de nuestro poeta Cumanés Andrés Eloy Blanco: "Madre, si me matan, ábreme la herida y ciérrame los ojos…", sólo que usted tiene los ojos y oídos muy abiertos y atentos, sufriendo y acompañando la herida y la lucha del pueblo que matan por mantener en alto las demandas de siempre. En el fondo, los señores de la guerra no quieren la paz, su negocio siempre ha sido la guerra, ahora perfeccionada en sus mentes perversas con la pandemia, con su dictadura corporativa, la fatalidad de la exclusión, el acaparamiento de las vacunas y de la cultura, porque toda nuestra ciencia y conocimiento no es más que un resultado cultural de la especie y por tanto las vacunas: un bien colectivo. Una vez más le ruego disculpe lo tarde de mi carta. Celebremos entonces lo oportuno e incansables que siempre serán nuestros Pueblos.

*Profesor de la Unellez

 

unellezjoaquin@gmail.com



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Joaquín Román Rondón Santiago

Profesor universitario

 unellezjoaquin@gmail.com      @LaGuaratara

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