Para destruir el capitalismo: extirparlo de nuestra mente para luego enterrarlo en la vida social


1. A los 20 años aprendí que el causante de la desigualdad social, de la miseria de nuestro pueblo, era el capitalismo que dominaba en todos los países del mundo; sin embargo durante muchos años pensé que bastaba con quitarle a los empresarios sus grandes empresas y entregárselas al pueblo para que las administren colectivamente. Pensé que mientras siga gobernando la burguesía -encabezada entonces por PRI y PAN- todos los políticos y empresarios se unirían para que ese sistema capitalista de explotación y de robos, continúe exprimiendo al pueblo.

2. Quizá hasta los ochenta comencé a darme cuenta que la mentalidad de toda la población estaba profundamente penetrada por las ideas capitalistas y que los pocos de la izquierda radicalizada -con nuestra ideas socialistas o comunistas en lucha por la igualdad- hacíamos el ridículo, provocábamos las burlas de la clase dominante, porque estábamos ciegos al no ver que todos los medios de información, el cine, la televisión, el futbol, la religión, las cantinas y los centros de belleza –sobre todo las costumbres que vienen de siglos- atraían al 99.9 por ciento de la población.

3. No entendía porque carajos la gente no le hacía caso a nuestros llamados y nuestros actos, a pesar de nuestros volantes, anuncios o invitaciones. ¿Cómo iba a asistir a un mitin, a una protesta, si estaba primero el juego de futbol, la cita en el bar, las compras en el súper, la misa del medio día o la visita al salón de belleza? Además sólo pensaba que los medios de información, que la TV, eran nefastos, sin ver la enorme propaganda anticomunista que se hacía y la permanente renovación de sus programas a cargo de sicólogos y especialistas en control mental y embrutecimiento de masas.

4. Muchas personas, amigos, cercanos –quizá cansados de mí- me piden que no intervenga porque “todos son libres de pensar y hacer lo que les plazca”. La realidad es que lo único que les he dicho es que piensen en poquito en su vida y en las demás y que no sigan siendo víctimas del capitalismo rapaz. Así me doy cuenta muchas veces de mis bobadas por 60 años de estar tratando de convencer en el vacío. A alguien le escuché la frase: “La gente no piensa, tiene ideas, sólo repite”. Por esto de las grandes masas, por el profundo oportunismo de los políticos y la gran fortaleza de la clase dominante, he llegado al pesimismo.

5. El capitalismo es un sistema de explotación y dominación mundial mucho antes que Marx y Bakunin -a mediados del siglo XIX- publicaran sus manifiestos llamando a luchar a los trabajadores contra el capitalismo. Desde entonces se fortaleció mucho más al convertirse en imperialismo; sobre todo con las guerras mundiales que desató en la primera mitad del siglo XX. ¿Cómo destruirlo si todos los gobiernos del mundo han sido sus sirvientes, además de México que siempre ha sido su “patio trasero”? Aunque pesimista sigo en la batalla, aunque ahora me da vergüenza seguir haciendo el ridículo con cartuchos quemados. (31/1/21)

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Pedro Echeverría


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