Socialismo "descolonizado", o reproducción de la dominación capitalista.
Marx y Engels creyeron siempre, en "la primacía histórica de la clase trabajadora", en "la primacía dialéctica del ser social sobre la consciencia", en el "El sujeto histórico" concreto y real, tal "como vive", que debe ser el protagonista de su revolución. El tránsito de la "conciencia en sí" a la "consciencia para sí", (unidad de la teoría con la práctica), hace suyo, el movimiento de la historia-dialéctica: "La historia como lucha de clases". El capitalismo es planetario, el socialismo también deberá serlo. Si el Estado es indispensable para el capital, "La revolución permanente" lo es para el socialismo. Lo histórico no es lógico, es dialéctico.
La autodeterminación es un derecho, una fuerza de "lo nacional", y puede ser, una conquista, para objetivos revolucionarios cuando las luchas busquen raíces. "Lo nacional" nace de las contradicciones sistémicas del capital. Es lo dialéctico desplegado. El Poder Popular como hechura propia, debe superar al Estado burgués. El revolucionario alemán, Wilhelm Liebknecht, muy cerca de Rosa Luxemburgo, señaló, que "No hay naciones… no hay más que clases".
Marx nos advirtió de los peligros de una clase obrera, de un sindicalismo elitesco y traidor a su clase. Los partidos, cuando son organizativamente piramidales, están condenados al burocratismo, cercenando los procesos revolucionarios. En fin de cuentas, no son los partidos quienes hacen la revolución. Sus líderes, ayudan a canalizar las contradicciones históricas, que son dialécticas. La horizontalidad es más democracia popular, del mismo modo que los liderazgos tienen que ser colectivos. El concepto de "Nación" que Marx toma de Hegel en su "Sociedad civil" anda en tropiezos. El asunto es claramente dialéctico. La "Comuna de París" arrimó leña al horno social, con un "Estado" popular real, un Poder Popular gobernando. Efímero tiempo ilusorio de los oprimidos parisinos. Aguerrida altivez de los parias.
Estado y mercado se siguen los pasos, como las leyes y la propiedad privada. Despojar al Estado de sus disfraces, es necesario para que "El Rey esté desnudo". La moral burguesa es hipócrita. El Estado es un poderoso instrumento clasista.
Debemos tener cuidado con la teoría y práctica de la modernidad. Hay aspectos que podemos emular, pero la selección debe ser cuidadosa. Recordemos que no hay historia universal. Cada sociedad tiene la suya propia. El discurso de la modernidad, por momentos, es cuestionador y llega a ser lúdico, pero cuidado, sus verdades se corresponden con sus propias realidades. "Naturalización" de los opuestos, la explotación como "regalo de la naturaleza", el racismo, y la eternización del modelo capitalista, están allí yacentes. Para Hegel, Voltaire, Hobbes, Kant, Ricardo, Smith y otros, debemos aprenderlo todo de Europa. Lo nuestro es incivilizado. Tenemos una ciencia-mercancía, ideologizada, comprometida con el capital. El racismo positivista; su exacerbado cientificismo pretende descalificar a las ciencias sociales, para ocultar las luchas clasistas y sus consecuencias.
Nuestros diez mil años prehispánicos no tuvieron continuidad en la colonia, pero lo colonial se continúo en la república, modernizándose. La burguesía apátrida de hoy, tiene sus huellas en aquel mantuanaje también de igual realea. Aquella defendió lo hispánico, la de hoy, lo yanqui. El capital irrumpió con toda su barbarie, mutilando aquel modelo civilizatorio. Avanza controlando y destruye destruyéndose. "El tránsito" de lo colonial a lo republicano, fue un continuo, pero dominante. El naciente Estado republicano, vino a legitimar y vitalizar el nuevo orden capitalista. Lo colonial se modernizó. El colonialismo se neo colonizó. Descolonizarnos es prioritario.
El "Estado-Nación" burgués, construye su propio entramado para debilitar y controlar las luchas de clases. Procura la conciliación de clases. Las justificaciones sobran; el Estado dizque es representación de "todos". La paz es blandida, mientras la explotación laboral domina.
Al imperialismo, no le convienen las autodeterminaciones. Las usan cuando son de su interés o para balcanizar. El "desarrollo" de lo "nacional", que es el "desarrollo" del capital, no es desarrollo social colectivo. El razonamiento de éste asunto, siempre tiene que ser de clase. En "Nuestra América" éste "proceso" no deberá seguir la evolución europea.
La producción capitalista, reproduce la dominación del capital. ¿Cómo salir de ella? Es cierto que la filosofía debe ayudar a transformar el mundo, y no solo interpretarlo. La "filosofía de la praxis"; el pensar-hacer es tarea revolucionaria. El reduccionismo, el inmediatismo, el pragmatismo y el utilitarismo son malos consejeros. "El camino es largo, pero es el camino" C Torres.
No pudo el Libertador debilitar y menos vencer al latifundio. Fue vencido por él. Midamos sus consecuencias. El proyecto continentalista del Libertador, chocaba con el latifundio. Muerto Bolívar, LA CORRUPCIÓN tomó fuerza. Su "Decreto" murió con él. La corrupción fue y sigue siendo, la vía expedita para impedir cambios radicales; los "líderes" se corrompen. Páez, fue el símbolo de la traición y la corrupción. Pero no fue el único; releamos quienes fueron los Presidentes sucesivos a la muerte del Libertador, y tendremos los efectos perversos de la corrupción. La oligarquía los puso donde había (El gobierno), lo demás lo hicieron ellos. Con su traición, pagaron "el favor". Esto, nos ayuda a comprender la derrota política del proyecto bolivariano. Qué José Antonio Páez, figura descollante en la gesta independentista, fuera a poco el mayor terrateniente venezolano, nos explica su ascenso Presidencial en 1830. La expulsión de Bolívar de Venezuela, el desmantelamiento del ejército libertador, la ruptura de la unidad colombiana y la "Ley de Espera y Quita", que tanto benefició al latifundio, grafican lo que pasó. ¿Cuántos Páez, sin su arrojo, tenemos hoy?
