Yo Protagónico, Kafka, Chávez y el papelito que envió a Maduro y Diosdado

Sr. Maduro

Sr. Diosdado

Soy "El protagónico". Hasta casi mis 11 años, creí tener una infancia a feliz. No era para menos; el gran poeta Gustavo Pereira me soñó poéticamente en el preámbulo de la Constitución Bolivariana de Venezuela. Viví esos años con ese mojón poético constitucional.

En 2010 experimenté una especie de éxtasis; ilusionado en lo que podía ser. Capté luego, que en esa cosa que llamaron las cinco líneas estratégicas, se dibujaba por segunda vez mi futuro y me veía, como el hijo de papi con todos los caprichos "cubiridos", tal y como lo apunto una barragana de la IV, según la ética visión de Luis María Piñerua Ordaz.

No intuía por mi temprana edad, que la autoridad de mi padre, asomaría una animosidad distinta a la que pregonaba. No porque él lo deseaba. Más bien creo, porque mi debilidad[i] como yo protagónico, se complementaba con la autoridad de mi padre y luego de mis tíos hermanos. No uso ahora algo propio para describir esta influencia. "no digo que haya llegado a ser lo que soy solamente [por influjo de mi padre] Es bastante probable que aunque hubiese crecido totalmente ajeno a [sus influencias], tampoco habría podido llegar a ser como [él lo había deseado] Es probable que me hubiera convertido, pese a todo en un ser débil, medroso, vacilante …" El yo protagónico políticamente tenía un pasado muy cargado sobre sus hombros, pero tener Maduro y Diosdado como mis tíos-hermanos, mi debilidad y actitud vacilante, se hizo inmensa. "La carga era demasiado agobiante. La espalda se me doblaba. No me atrevía casi a moverme (…) y me convertí en un ser endeble". Una cucaracha pues.

Al muy poco tiempo de conocerse esta especie de corrección de mi partida de nacimiento con las cinco líneas estratégicas, me percaté que fue esa una ilusión y esto me llevó a una profunda depresión y hoy, producto de esta depresión, pero más por el autoritarismo e influencia de ustedes (mis hermanos tíos) vivo ahora en la indigencia.

Tu tío Maduro y tu tío Diosdado, deben recordar las noches que lloraba por sed de participación y como sus gritos no me tranquilizaban, me sacaron en plena madrugada de la cama me dejaron a la intemperie. Mi sed de participación y protagonismo se lo trago esa noche de castigo en la terraza[ii]. Yo protagónico, no puede zafarme de ese ser sumiso y débil a partir de ahí. La indigencia en la que vivo como yo protagónico, es un paraíso, mucho más agradable que el autoritarismo de mis tíos-hermanos y que la cooptación.

Después de haber sido soñado por el poeta Gustavo Pereira, vino la pesadilla. "Durante años seguía atormentándome aún la idea de que [ese] hombre gigantesco [mi tío hermano Maduro] podía venir a mi casi sin motivos y en la noche levantarme de la cama y sacarme a la terraza y dejarme a la intemperie. [Eso] fue sólo el síntoma de algo que se iniciaba (….) Me hubiera hecho mucha falta, un poco de estímulo, un poco de amistad, que me dejasen despejado el camino"; sin embargo (mis tíos-hermanos) me lo cerraron. "Estas tirando flecha", me llevo a entregarme más a la indigencia.

El yo protagónico quedo aplastado bajo sus pies[iii]. Su capacidad de manipulación canceló el preámbulo constitucional y no tuve más opción que tirarme a la indigencia, que es un paraíso ante la fuerza y la cooptación que impusieron.

REFERENCIAS

[i] Las Citas incluidas en este artículo son tomadas de la obra de Franz Kafka: Carta al Padre. En algunos casos acomodos estas citas. En una parte, Kafka asume que la autoridad del padre, se complementó con su debilidad para crear ese ser débil que fue.

[ii] Hay un pasaje en esta obra, donde Kafka hace referencia a cómo en una noche su padre lo sacó de la cama y cómo ese hecho lo marco en su vida.

[iii] En el texto de Carta al Padre, Kafka en una parte describe la situación en estos términos: "De cualquier forma, éramos tan distintos y tan peligrosos el uno para el otro en esa diferencia, que si alguien hubiese pretendido conocer anticipadamente cómo habríamos de comportarnos, yo el niño en lenta evolución, y tú, el hombre formado, habría podido aventurar que tú me aplastarías bajo tus pies, no quedando nada de mi". Creo que el protagonismo era incompatible con el hiperliderazgo de Chávez y la posterior apropiación indebida, que Maduro y Diosdado realizaron del avasallante de Chávez.

 

 



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Amaranta Rojas


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