Nicolás Maduro, ¿Un presidente sin aliento ni horizonte Utópico? (I)

Sin la utopía los seres humanos renunciarían a perseguir aquello que los dignifica; aquello que, luchando contra tanta evidencia empírica, constituyen los ideales que permiten hablar de una vida humana digna en condiciones de libertad, igualdad y solidaridad"

Demetrio Velazco

«♦♦♦» A la memoria de Hugo Chávez; cuyo legado Utópico fue convertido en Distopía (antiutopía) por sus autoproclamados hijos.

Aclaratoria: Aunque la palabra distopía no está registrada en el diccionario de la Real Academia Española, es de uso corriente en la literatura universal. En contraposición al concepto de utopía, una distopía es una sociedad, o un escenario, indeseable en sí mismo.

I. ¿Qué es Utopía? ¿Por qué buscamos una Utopía? ¿Dónde está?

Utopía es ese "no lugar" sin límites creado por primera vez en el siglo XVI por Tomás Moro, Nació en 1478-1535 en Inglaterra, abogado, poeta, teólogo, traductor, humanista, Lord Canciller de Inglaterra y tras su martirio, santo, no fue un superhombre sino un político insobornable que antepuso el dictado de su conciencia a su propia vida.

Enrique VIII quiso valerse del prestigio de Moro, reconocido en toda Europa, y de la estrecha amistad que les unía, para defender su divorcio de Catalina de Aragón y su ruptura con Roma. Moro no sólo mantuvo una defensa inapelable del matrimonio real sino que reafirmó la suprema autoridad del Papa sobre todos los católicos, incluidos los ingleses con su célebre: Primero es Dios y luego el rey.

Tras casi dos años y medio como canciller, Moro se vio obligado a dimitir en junio de 1532. Retirado de la política y con una escasa pensión de 100 libras anuales, volvió a su casa de Chelsea con su mujer y sus hijos. Pero Enrique VIII, vengativo y rencoroso, no estaba dispuesto a olvidar su traición. Menos aun cuando comenzaba la campaña del Estatuto que contenía los principios de la nueva religión y debía ser aceptado por todos. Cualquier manifestación en su contra debía ser castigada con la hoguera o la horca. Tomás Moro no iba a ser menos. Primero vino la confiscación de sus bienes y su arresto durante más de un año en la Torre de Londres. Después, su condena a la horca. El rey, en un acto de generosidad, le concedió que fuera decapitado y su ejecución tuvo lugar en la misma Torre de Londres a las 9 de la mañana del 6 de julio. Como uno de sus biógrafos escribe, Sir Thomas More murió decapitado con la dignidad de un filósofo y la fe de un mártir. Juan Pablo II, el año 2000, presentó una Carta Apostólica en la cual se proclamaba a Santo Tomás Moro como "Patrono de los Gobernantes y de los Políticos". Así lo explicaba en esa ocasión:

"Son muchas las razones a favor de la proclamación de Santo Tomás Moro como Patrono de los Gobernantes y de los Políticos. Entre éstas, la necesidad que siente el mundo político y administrativo de modelos creíbles, que muestren el camino de la verdad en un momento histórico en el que se multiplican arduos desafíos y graves responsabilidades. En efecto, fenómenos económicos muy innovadores están hoy modificando las estructuras sociales. Por otra parte, las conquistas científicas en el sector de las biotecnologías agudizan la exigencia de defender la vida humana en todas sus expresiones, mientras las promesas de una nueva sociedad, propuestas con buenos resultados a una opinión pública desorientada, exigen con urgencia opciones políticas claras en favor de la familia, de los jóvenes, de los ancianos y de los marginados. En este contexto es útil volver al ejemplo de Santo Tomás Moro que se distinguió por la constante fidelidad a las autoridades y a las instituciones legítimas, precisamente porque en las mismas quería servir no al poder, sino al supremo ideal de la justicia".

II. Utopía

Utopía es un lugar ideal donde se solucionan todas nuestras necesidades, donde podemos vivir en armonía. ¿Por qué buscamos la utopía? Porque las vidas presentes están lejos de nuestros ideales, están transidas de sufrimiento, injusticia y sistemas de mal que constantemente nos deshumanizan y destruyen nuestra madre tierra. ¿Dónde está la utopía? ¿Dónde podemos encontrarla? Según la definición del diccionario, en "ningún sitio", no está aquí o no con nosotros. No podemos encontrar algo tan perfecto en esta tierra. Deseamos la utopía porque creemos que "otro mundo es posible", donde podamos ser mejores personas, tener una sociedad mejor con paz, justicia y llena de vida. Y podamos tener una relación mejor con la tierra.

Utopía es una isla con 54 ciudades federadas. Es un estado ideal, agrario y artesanal. En él no hay propiedad privada ni dinero. Cada uno coge en los almacenes comunes lo que necesita. Las calles son anchas, con muchos jardines. Las casas son unifamiliares, sin cerraduras en las puertas. Todos los cargos públicos son elegidos en votación secreta, incluso el príncipe. Los burócratas y los que no trabajan por sus manos, los que se dedican al estudio o al arte y la ciencia, también son elegidos, así como los sacerdotes. Hay libertad religiosa e igualdad entre las religiones. La jornada de trabajo es de seis horas. Hay comedores comunes. Si alguien quiere, puede hacer la comida en casa y comer en familia. Hay guarderías infantiles. Igualdad entre varones y mujeres. Se permite el divorcio y se recomienda la eutanasia a enfermos incurables con muchos dolores. Hay hospitales en cada barrio y uno en las afueras para infecciosos atendido por voluntarios, principalmente religiosos y religiosas. Las mujeres aprenden, lo mismo que los varones, el oficio que quieren, aunque normalmente los oficios que requieren más fuerza física los aprenden los varones. La mujer puede también llegar al sacerdocio y, por supuesto, a los cargos políticos. Tanto varones como mujeres reciben instrucción militar, por si hay que defenderse de un ataque. Los utópicos aman la paz sobre todo y buscan la felicidad: "Los habitantes de Utopía piensan que la naturaleza misma ha previsto que el placer sea la finalidad de nuestras acciones, y ellos llaman virtud a vivir según la naturaleza". De este libro proviene lo que Marx llamó Socialismo Utópico. . Ser utópico no es soñar lo imposible o lo inasequible, sino soñar lo que es difícil.

III: Lecturas recomendadas

 

 



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Luis Antonio Azócar Bates

Matemático y filósofo

 medida713@gmail.com

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