Cuando de liderazgo se trata

El jugar limpio en todo liderazgo es la carta cabal que con sabiduría debe llevar a la victoria final.

Todo líder sea mujer u hombre que profana la fe de su pueblo tiembla al menor contacto con el frío grillete que sobre sus pies se aferra.

Las lideresas y los líderes de gran virtud soportan estoicamente las duras cadenas que estampan su piel y trituran sus huesos. En semejanza con un monje en santa soledad y meditación, las verdaderas lideresas y líderes de claros principios, cuando los aborda la adversidad, con serenidad se sumergen en la profundidad de las aguas filosóficas, para macerar el barro que dará cuerpo elástico a la virgen roca del pensamiento supremo. Luego, aquellas mujeres y hombres dotados por la Providencia de semejante calibre, en el momento en que las ideas y las circunstancias lo dictaminen, resurgen con la moral mas fortalecida que nunca, con la piel curtida de perseverancia, con el corazón aromatizado por la fe, el alma transfigurada en justicia y ley, que en esencia es el yunque donde se forja la destreza del carácter de naturaleza indómita y combativa.

Las heroínas y los héroes que entregan sus vidas a un ideal son la máxima representación del alma y espíritu dolido de un pueblo, son el clamor de las voces alzadas sobre las movedizas arenas de la desigualdad, son los anhelos y todas las voluntades juntas compartidas que brotan de un mismo cedazo.

Mujeres y hombres que en buena hora moldearon su liderazgo en las masas, poseen la piedra de afilar la espada que ansiosa se desplaza bajo el cielo campal, para retomar el combate donde ayer a medias culminó una batalla.

En la magnificencia de una lideresa y de un líder no existen las ansias de protagonismo vanaglorioso, su férrea vocación es la de servir y trabajar en las canteras profundas de la lucha social.

Las lideresas y los líderes que respetan sus deberes, asumen con humildad y valentía el riesgoso y deliberado propósito de refrescar con lealtad la paz y soberanía de su pueblo; pero también son aspirantes a su único y mas codiciado trofeo: la satisfacción de saber que su intachable hoja de servicio quedará plasmada en las líneas doradas de cada sublime corazón.

Las cartas están echadas, y el sacrificio propio es la línea inalterable de toda noble lideresa o buen líder y que a su vez también son leales a sí mismos, ya que nada les importa si el polvo de sus huesos esparcidos quedan a lo largo del arduo y estrecho camino, en el que un día de luminoso amanecer se trazaron como meta rastrillar de punta a punta hasta el cansancio, para luego ver cristalizada cada gota de sudor en trono de justicia humana.

Julio César Carrillo

Ci. 4.728.556

Contacto: 0414-496/84/24

San Joaquín estado Carabobo

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