Capitalismo, traición y tercera vía

Se presenta entonces la Ilusión de una suerte de metacontrol estratégico desde las grandes alturas, desde las cumbres de Occidente sobre las tierras bajas, periféricas, donde pululan miles de millones de seres humanos cuyas identidades culturales e instituciones son vistas como obstáculos a la depredación. Las élites de Occidente, el Imperio colectivo hegemonizado por los Estados Unidos, están cada día más convencidas de que dicha depredación prolongara su vejez, alejara el fantasma de la muerte. Jorge Beinstein, Comunismo o nada Pg. 56.

La otra ilusión del Capitalismo corresponde al intento de mantener control sobre la dinámica depredadora y derrochadora de la producción en el modo Capitalista, ya que el proclamado "Liberalismo" o su fase reaccionaria" (Neoliberalismo) se convierten en sí misma en negaciones de la realidad productiva pos industrial, los relatos de bienestar, prosperidad y progreso con que nuestros abuelos y padres nos arrullaban para soñar con un futuro clase media, devino en un suerte de anfetamina que obnubilaba nuestra racionalidad y búsqueda de la verdad.

Nos conformamos con mensajes de optimismo, afirmada a través de la industria cultural, "Fé y confianza en la Economía" la idea de la libertad y el progreso depende de tu esfuerzo para salir adelante" pero cuando se descubre que el progreso emanado del nuevo estilo de vida americano, el (American way of life) solo era una ilusión, una puesta en escena del Capital para reafirmar la confianza en el Capitalismo y así neutralizar el avance del Comunismo.

En Venezuela ocurrió igual en los años setenta, en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1973) y por las mismas causas que lo hizo el Capitalismo Norteamericano, la incipiente y no muy bien consolidada Burguesía Venezolana, adoptó la táctica del ilusionismo de la "movilidad social" se fortaleció el poder adquisitivo de los venezolanos a través de subsidios a la producción, se liberó el Dólar de menara que los Venezolanos comenzaron a viajar a Miami para adquirir productos a bajísimos precios, se aceptaba en La Florida (USA) el Bolívar como moneda de intercambio, todo para tapar la crisis Económica que carcomía el presupuesto de los Venezolanos

Pero por abajo el descontento era creciente, por que la mayoría de los venezolanos que aspiraban a salir de la pobreza y escalar en la sociedad se quedaban en el camino y así como en EEUU fracasó el Estado de Bienestar o Keynesianismo, en Venezuela también tuvo el mismo destino, todo para parar el avance de las ideas de la izquierda revolucionaria.

En la actualidad estamos observando como la crisis política y económica en Venezuela deviene precisamente del fracaso del modelo rentista, es decir de un modelo Económico basado en los ingresos de divisas por la producción petrolera y que han sido y son destinados al subsidio del aparato productivo y del sector importador y en una buena parte para cubrir la inversión social, lo que se ha llamado Estado de Justicia Social.

¿Cuál es la diferencia entre un estado de Bienestar Social y un estado de justicia social?

El estado de bienestar social (EEUU) inaugurado con las ideas Keynesianas, permiten el desarrollo del pueblo a través de los grandes excedentes de la producción, pero que en casos de crisis económica no protege los derechos sociales y económicos de los ciudadanos.

El Estado de Justicia Social (Venezuela) redistribuye los excedentes de la producción para la inversión social a través de programas sociales y en casos de crisis económica el estado garantiza los derechos sociales.

A diferencia de la década de los 50 y 60, donde el Keynesianismo salvo a EEUU de un colapso social y detuvo el avance del comunismo, en la actualidad el imperialismo viene a destruir en Venezuela el estado de justicia social y acabar con el avance de los gobiernos progresistas en Latinoamérica.

Este escenario aunque de manera reductiva, es el que prevalece en la lucha de los pobres contra los ricos, es el escenario que pudiera desembocar en, o una derrota de las fuerzas reaccionarias del Imperialismo o una victoria del pueblo en la búsqueda de su libertad, las armas con que se enfrentan los rivales antagonistas de la contienda hasta ahora civil, son la razón de ambos y los medios de comunicación.

Sin embargo la violencia como método táctico de ablandamiento del enemigo, tal como la ha adoptado la oposición, le ha traído mucha antipatía a su causa, de esperar la oposición que los sectores populares (pobres), salieran a las calles a apoyar en las manifestaciones la causa de la derecha Burguesa Pro EEUU, lograron que las clases populares se blindaran en conciencia en favor de preservar sus beneficios sociales y optaron por respaldar la constituyente de Nicolás Maduro.

Y aunque haya que reconocer que el descontento del pueblo ha mermado la confianza que le tuvieron a Nicolás Maduro, también es cierto que en esa misma medida el pueblo rechaza mayoritariamente los liderazgos de la derecha, sus partidos y la denominada Mesa de la Unidad MUD, tan compleja es la situación que si Nicolás Maduro fuese a un referéndum lo perdería, pero si el Chavismo postulara a un candidato distinto a Nicolás Maduro en elecciones presidenciales ganaría a cualquier rival de la oposición venezolana.

Por ello los escenarios electorales presidenciales, no están en los cálculos de ningún bando político, la derecha apuesta todo a la violencia desestabilizadora, derrocadora y el presidente apuesta todo a la asamblea Nacional Constituyente.

La victoria política para el Chavismo correspondería a que se concretara la conformación de la Asamblea Nacional Constituyente, que se aprobara la Constitución y que Nicolás Maduro continuando con la gestión del Estado con mayores Facultades constitucionales pueda reconstruir el tejido político institucional, para salir del atolladero que ha representado la inmovilización del estado por las acciones de la derecha en la actual Asamblea Nacional y la traición cometida por la Fiscal General Luisa Ortega Díaz, que con su omisión, ha permitido que reine la violencia, la impunidad, la desestabilización y así poder contribuir al objetivo derrocador a Nicolás Maduro.

En términos reales, la actitud de la Fiscal Luisa Ortega Díaz, tratando de colocarse en el centro político, devela una intención de posicionar una corriente despolarizada (Tercera vía) de corte pequeño burgués, similar a la Izquierda Tsyriza en Grecia y el proyecto PODEMOS en España, esta disposición táctica de formaciones políticas pseudo populares necesitan la polarización, es su campo de desarrollo y en la medida que se profundiza la polarización más oportunidades tienen de insurgir como alternativa, lograr apoyo mayoritario y luego Gobernar al lado de las élites.

Por estas razones decir que la fiscal es la figura que encabeza el Chavismo crítico, disidente y descontento y a su señalar a Nicolás Maduro como traidor al legado de Chávez, es una audacia para esconder el legado de Chávez, que si supo aprovechar, valorar y conducir el descontento popular de los años 90, se alzó con la victoria y luego de ostentar la presidencia abandona la burguesía que lo intentó manipular y se abrazó con los pobres y por los pobres.

Esa es la diferencia entre la propuesta tercera vía y la propuesta Chavista.



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Alí Anzola Escorche


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