El arraigo de la ideología en la Venezuela Revolucionaria es vital

En los 80, el venezolano comienza a plantearse el problema de ser pobre, aunque esto, sin embargo, no impida que comparta su cotidianidad en base a la visión del disfrute. Es así, como comienza la agudización de los resentimientos de estratos sociales encaminados a luchar y combatir contra la inmensa desigualdad, como consecuencia de la incomprendida distribución de la renta petrolera venezolana.

Así comienzan estas reflexiones dirigidas especialmente a jóvenes emprendedores y profesionales. Es por esto, que el tema del arraigo de la ideología en los estratos sociales populares de la Venezuela actual, la Venezuela revolucionaria en los términos autóctonos de nuestra cultura política, en su forma más pura, posea distintos matices pero una raíz unívoca: la producción de riqueza y las influencias culturales externas.

De antemano es conocido y experimentado este choque cultural por quienes asisten a las aulas de una universidad venezolana común, donde convergen y divergen jóvenes de todas partes de nuestra sociedad venezolana a instruirse en unas aulas, que lo que venden es capitalismo en su expresión mas pura y un modelo gerencial productivista norteamericano, que esboza lo que determina la productividad, sin importar las asimetrías que existan en el libre mercado. Pero un libre mercado polítizado, plagado de influencias y oportunismos y un libre mercado del conocimiento, donde el ciudadano común se provee de herramientas teóricas para incursionar en una suerte de carrera por el status y el prestigio, que de manera soslayada le otorga a los jóvenes universitarios una visión de ascenso social.

Entonces cómo puede pretenderse que un movimiento ideológico cale en un sector juvenil que ha sido invadido de manera silenciosa por transculturización y globalismos orientados al indiviualismo que atrasa cualquier intento de organización comunitaria.

En conclusión, pareciera que el objetivo es duro, pero no hay que desmayar porque precisamente son los medios de comunicación de masas y las nuevas tecnologías de la información las que dictan la pauta para la difusión de mensajes que en la realidad venezolana se orientan al consumismo y al reflejo de problemas existenciales, lo que hace suponer que la principal debilidad de este proceso es política y debemos reforzarla a nivel Comunicacional para que la revolución comience a tomar cuerpo sin que nos diluyamos en la confrontación mediática que caracteriza a la transición.

¡Comunicólogos revolucionarios venezolanos uníos!


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José Gabriel Mendoza


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