No le llames jardinero al que solo se ha dedicado a quitarles espinas a las rosas

Cuando las metáforas y las parábolas son las únicas herramientas que se pueden utilizar para justificar el hastío indescriptible de la inconsciencia; es momento de revisar los ideales y los principios para determinar en qué momento, de nuestro proceso evolutivo como seres pensantes, perdimos la perspectiva, la brújula y el timón de la orientación, para convertirnos en simples e insignificantes remedos de militantes y simpatizantes de una corriente ideológica política, que asumimos como el único instrumento para alcanzar la felicidad de todo un pueblo, que ha puesto sus esperanzas en las manos de los que están encargados de brindarnos bienestar, y de asegurarnos ese futuro promisor del otro mundo posible, del cual nos habló Hugo Rafael Chávez Frías…

Al momento de emprender este corto viaje por el mundo de la divagación del pensamiento y las gesticulaciones de la palabra escrita, vino a mi memoria algo que un día leí en algún libro, lo que me obligo a esforzar el pensamiento, no para una mejor redacción de este escrito, sino para recordar el titulo de ese libro, y, aunque no tengo el don retentivo de la memoria, porque no poseo cerebro para ello, pude dar con el libro, y de ahí, que pueda hacer la cita, para justificar el ¿Por qué este escrito, y, por que su titulo?. Cito:

“Era Jueves Santo. En casa se habían ido de vacaciones. Ese Jueves, a media mañana, el día se cubrió de una luz vaga que borró colores y formas, disecando los objetos. La casa parecía hecha de papel, con sus líneas trazadas en tinta china. La recorrí y fue como si entrara en un cuadro antiguo, como si me perdiera en un tiempo y un lugar remotos. Tuve miedo y me volví al espejo, y vi mi figura solitaria errando en el vacío, evaporándose en una especie de burbuja translucida.” (Gladys Salas Rivas 1989)

En otro momento es muy probable que haga referencia a la trama que se encierra y se desarrolla en este libro, pero por el momento, me voy a dedicar, a tratar de explicar el por qué de la cita, y la razón del título de este escrito.

Mis capacidades de análisis y síntesis son extremadamente escasas y mediocres, lo que me coloca en la triste palestra del hablador de paja y de conjeturas locas; de ahí, el título de este escrito, pero esta debilidad, me otorga el divino privilegio de expresarme a mis anchas, sin tan siquiera llegar a pensar si debo corregir algunas palabras, si las llegara a escribir inadecuadamente. Verbigracia: que llegue a escribir la palabra “Cajón” en lugar de “J”, la escriba con “G” Ese privilegio de escribir inadecuadamente, no se lo podría permitir por ejemplo el profesor Luis Brito García, porque eso sería “una enorme raya” para su currículo como intelectual; yo sí me puedo dar ese lujo, porque poseo el derecho del libre albedrío del ignorante congénito; de ahí pues, que me sea fácil decir la cosas que digo y hacer las cosas que hago sin ruborizarme.

Si llegaron a pensar, sospechar, creer, presumir e inducir que iba a dejar algún mensaje aleccionador y coherente para la posteridad, déjenme decirle que, “han arado en el mar”, puesto que para ello se requiere de cierta inteligencia y delicadeza, aparte de una gran sensibilidad humana, para tomar y considerar a las personas y saber hacer un buen uso de su tiempo, es decir, respetar sus espacios, considerar y valorar el respeto que se nos tienen al momento de tomar la decisión de leer nuestros escritos, pero como dice el titulo de este bodrio literario; “No le llames jardinero al que solo se ha dedicado a quitarles espinas a las rosas”, porque, los escribidores, y/o articulistas solo somos eso, escribidores, que nos dedicamos a realizar análisis, fundamentados en simple y sencillos estudios someros del diario acontecer de nuestro país. Lo digo y lo expreso de esa forma, porque si en realidad los que realizamos este tipo de actividad, tuviéramos la capacidad, de que por medio de nuestras opiniones, pudiéramos cambiar el curso de las cosas y de la historia, muy seriamente creyera, que al día siguiente, de que nuestros apreciados lectores y apreciadas lectoras leyeran nuestros escritos, todos nosotros, nos levantaríamos con la esperanza ¡SEGURA!, al igual que “Pinky y Cerebro, de salir a conquistar el mundo, porque ya estaríamos consagrados, como los salvadores del proceso político de cambios profundos, y asegurando la continuidad del legado de Hugo Chávez.

Esperaremos otro nuevo amanecer


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Jesús Chua Espinoza


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