Declaración política

Es la hora de avanzar, no de retroceder ni claudicar

Al presidente Nicolás Maduro, al Poder Popular, a los revolucionarios y patriotas de Carabobo y Venezuela:

Nosotros, los abajo firmantes, mujeres y hombres de la patria buena y bonita fundada por Bolívar hace 200 años y refundada por Chávez junto al pueblo venezolano a partir de 1999; conscientes del momento estelar que vive Venezuela, NuestraAmérica y el mundo en el contexto de la confrontación económica, socio-cultural, ideológica y político-militar entre las fuerzas imperialistas del capitalismo neoliberal globalizado, decadente y en crisis, de un lado; y las fuerzas nacionalistas, independentistas, soberanas y revolucionarias de los pueblos oprimidos, del otro.

Conscientes también de que la revolución bolivariana de Venezuela representa hoy una luz de esperanza y redención social para toda la América irredenta y soñadora de un mundo mejor donde impere el buen vivir sustentado en la producción económica bajo relaciones de igualdad, justicia y paz, en el marco de la libertad y la soberanía colectiva.

Conscientes de nuestra responsabilidad y compromiso de mantener, profundizar y defender firmemente nuestro proyecto bolivariano, patriótico, popular, de unidad cívico-militar y profundamente chavista, ante cualquier amenaza o agresión, interna o externa, como la que hoy se nos presenta con los resultados adversos de la reciente elección de diputados a la Asamblea Nacional, celebrada el 6de diciembre de 2015.

Conscientes de que la revolución es un proceso de movimiento dinámico y dialéctico, en constante revisión y reimpulso ante cada coyuntura, bien sea para fortalecer y consolidar los logros y victorias o para enfrentar reveses, adversidades o derrotas. En ambas coyunturas, es necesario precisar las contradicciones fundamentales para orientar adecuadamente nuestras ideas; y conocer la correlación de fuerzas para saber dar la batalla. En tal sentido,  entendemos que hoy estamos ante una circunstancia caracterizada por dos niveles de contradicciones históricas que debemos saber interpretar con claridad de pensamiento y firmeza en la acción.

En el primer nivel está la contradicción antagónica entre la revolución que se ha dado la mayoría de nuestro pueblo con extraordinaria capacidad de participación y protagonismo para la defensa de sus propios intereses y bienestar colectivo; y la contrarrevolución de la minoría burguesa apátrida que pretende regresarnos al pasado de dominación, atraso, pobreza, explotación y miseria con la falsa consigna del cambio. En esta contradicción, el enemigo está representado por el imperialismo norteamericano, la burguesía de FEDECAMARAS-CONSECOMERCIO-VENANCHAM y la burocracia politiquera, mafiosa y perversa de la MUD. Contra ellos debemos anteponer la unidad nacional, la unidad de la Venezuela digna, soberana e independiente; la unidad del pueblo humilde y trabajador, la unidad cívico-militar patriótica y popular; y la unidad de los revolucionarios militantes y comprometidos en el activismo social y político. Todos unidos, como nos enseñó Chávez: en lucha, batalla y victoria, y agregamos nosotros: sin burocratismo, ni negligencia ni corrupción.  

En un segundo nivel, ubicamos las contradicciones dentro del proceso bolivariano que podemos describirlas de la siguiente manera: de un lado, están las conductas o praxis auténticamente democráticas, populares, dignas y amorosas, sustentadas en la nueva ética y moral revolucionaria, socialista y consecuentemente chavista, tal como la practicó el comandante eterno desde su aparición heroica un 4 de febrero hasta su despedida digna y gloriosa un 5 de marzo de esta nueva era del protagonismo histórico e irreductible del pueblo venezolano. Del otro lado, están los viejos comportamientos y prácticas formales, antidemocráticas, autoritarias, insensibles, anti-populares, burocráticas, ineficaces, ineficientes y corruptas dentro de los órganos de dirección política del PSUV y dentro de los ministerios, instituciones y empresas del Estado y del gobierno popular bolivariano. Nuestro pueblo humilde, batallador, chavista y lleno de esperanza, es la principal víctima de estas viejas prácticas viciadas de capitalismo rancio que le hacen el juego a los enemigos de la revolución.

Nosotros y nosotras, que somos el pueblo todo con Chávez, conscientes de todo eso y atendiendo al llamado de nuestro presidente revolucionario Nicolás Maduro, electo constitucionalmente y legitimado por el pueblo chavista y patriota de Venezuela, en virtud de su gestión social, política y geoestratégica que le ha dado continuidad heroica a la obra iniciada por nuestro comandante eterno, nos hemos reunido en Asamblea Popular y una vez realizado un primer análisis e interpretación de la nueva coyuntura política derivada del mencionado resultado electoral adverso, hemos acordado lo siguiente:

1.- Defender la revolución bolivariana, el Poder Popular, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, CRBV, el Plan de la Patria, la unidad cívico-militar y el liderazgo de nuestro presidente Nicolás Maduro ¡Como sea y a costa de lo que sea! La defensa de estos seis pilares que hoy conforman la nueva estructura política de la República, constituye la única y verdadera  garantía para que nosotros, como pueblo soberano, no solo sigamos disfrutando, sino además profundizando y fortaleciendo el nuevo estado de bienestar social que nunca antes habíamos tenido, ni con las dictaduras militares, ni con las dictaduras partidistas de la democracia burguesa, formal, representativa, que dominaron nuestro país a lo largo de casi todo el siglo XX.

Solo en este proceso revolucionario y en apenas 16 años, el comandante Chávez logró crear una nueva estructura de recaudación y redistribución de la riqueza nacional, cuyos resultados están a la vista: primero, a pesar de la baja del precio del petróleo y el casi bloqueo financiero internacional como parte de la estrategia imperialista contra nuestra estabilidad y soberanía financiera, el gobierno bolivariano ha mantenido y mantendrá la inversión social como el eje de la política económica estratégica popular.

Segundo, frente a la guerra económica interna (la dolarización esquizofrénica del capitalismo apátrida, el desabastecimiento, la especulación, el contrabando de extracción, el bachaqueo, la inflación inducida y demás perversidades de los capitalistas burgueses enemigos del pueblo), el presidente Maduro ha sido firme en mantener  y fortalecer la estabilidad en el empleo, el incremento de los salarios, las pensiones del Seguro Social y el bono de alimentación; los programas de la misiones y grandes misiones en materia de salud, vivienda, alimentación, educación, cultura, deporte, recreación, transporte, seguridad; el desarrollo de la infraestructura urbana (autopistas, distribuidores, puentes, carreteras, metros, trenes, hospitales, universidades, instalaciones deportivas,  etc.) y la infraestructura rural para el desarrollo de la actividad productiva agrícola y pecuaria. Por todos estos logros que conforman el nuevo estado de bienestar social de la patria y lo que aún nos falta por construir, estamos dispuestos y preparados para defender la revolución y derrotar la contrarrevolución ¡Como sea! 

2.- Derrotar política y estratégicamente la guerra económica de la contrarrevolución. Al contrario de la tesis difundida mediáticamente  por la contrarrevolución que habla del fracaso del modelo socialista y la ineficacia del gobierno en materia económica, la verdad es que hay una guerra económica, tan cierta como cruel y criminalmente puesta en marcha contra el pueblo y la seguridad financiera del país. Ésta ha sido la estrategia fundamental del enemigo, aplicada luego de la partida física del comandante Chávez, con el objetivo estratégico de derrotar y desaparecer la revolución bolivariana, bajo la lógica anti-histórica y anti-dialéctica, según la cual “muerto el líder, la revolución se derrumba”. Pero, no pudieron en las elecciones presidenciales con Maduro, ni en las municipales con  los candidatos de la revolución; tampoco pudieron con las guarimbas, el intento de ofensiva de calle por “la salida ya de Maduro”  y los intentos de golpe de Estado. Entonces, le metieron “full chola” a la guerra económica y la guerra mediática para confundir, desmoralizar y dividir al pueblo. El objetivo original de la guerra económica era provocar una insurrección civil contra el gobierno, tipo Caracazo del 27 de febrero de 1989. No lo lograron, salieron derrotados. Pero, como ellos tienen el control privado de la distribución y comercialización de alimentos y bienes manufacturados e importados de consumo masivo, violaron la ley y las regulaciones implementadas por el gobierno e intensificaron el desabastecimiento, la especulación y el sobreprecio. La guerra económica insurreccional derrotada la convirtieron así en guerra económica electoral que sí les dio resultado coyunturalmente. Pero, debemos decir que ya están quedando al descubierto y terminarán ensaltados en su propia trampa, porque nuestro pueblo ya no es el mismo pendejo que ellos engañaban fácilmente en el pasado de la democracia formal representativa.

Esa estrategia de la guerra económica, explica el por qué los candidatos de la contrarrevolución no hacían campaña electoral, ni caravanas, ni mítines, ni afiches, ni debates, sino que andaban de incógnitos, sigilosos y circunspectos, ofreciendo “el cambio” y llamando a “la última cola” para votar por ellos;  mientras sus jefes de FEDECAMARAS y CONSECOMERCIO mantenían y dirigían la guerra económica electoral (las colas en los supermercados) hasta lograr confundir, desmoralizar y dividir, incrementando el miedo, la anarquía, la desesperación y la angustia, en mucha gente de nuestro pueblo. Así, ellos lograron el revés electoral de la revolución y una victoria frágil, inconsistente e inorgánica de la contrarrevolución.  Por eso, inmediatamente de su victoria electoral, es la presidenta de CONSECOMERCIO y el de FEDECAMARAS quienes salen a decir cuáles son  las leyes populares actuales que ellos van  a derogar o modificar, supuestamente, desde la Asamblea Nacional para intentar revertir los verdaderos cambios histórico-sociales de la revolución y retrotraernos a la vieja Constitución burguesa puntofijista de 1961. Pero, así como en 16 años no han podido; ahora, menos podrán porque no representan ni al pueblo, ni a la patria, ni la unidad de la América Latina y el Caribe. Son solo agentes del imperio y del capital. No representan nada y, como se los dijo Chávez, “son la nada”.      

3.- Declararnos y constituirnos en Asamblea Popular Permanente de militantes chavistas activos en la lucha revolucionaria junto al Poder Popular y el presidente Nicolás Maduro. Para ello pondremos en marcha el desarrollo de un conjunto de propuestas a través del Foro Itinerante del Poder Popular: Independencia, Socialismo y Paz. Entre las primeras propuestas están las siguientes:

Uno, mejorar la productividad de las empresas del Estado venezolano. Atacar la ineficiencia, el saboteo interno, la corrupción  en todas sus expresiones;, renovar los equipos gerenciales, estimular, propiciar y fortalecer la preparación profesional, técnica, científica, cultural, política y organizativa de los trabajadores y las trabajadoras en función de fortalecer la conciencia colectiva para su mayor y mejor participación en todo el proceso productivo, en concordancia con los objetivos históricos de construir el socialismo y ser un país potencia, establecidos en  el Plan de la Patria. Además, todo ello debe hacerse para que nuestras empresas sean rentables y no sigan siendo subsidiadas por el gobierno y que los beneficios laborales se obtengan y fortalezcan con base en la productividad cuantitativa y cualitativa que satisfaga las necesidades del país y de la población.

Dos, retomar y reimpulsar los Consejos de Trabajadores y el Control Obrero bajo la concepción estratégica del Punto y Círculo. No podemos olvidar que fue precisamente el comandante Chávez  quien  puso en marcha esta política para impulsar la verdadera construcción de la economía socialista en ámbitos territoriales concretos de nuestras comunidades, con  resultados muy satisfactorios, como en los casos de las empresas DIANA,  VENVIDRIO, INVEPAL, en el estado Carabobo y en otras regiones del país. Es el momento de revisar y potenciar estas experiencias para mejorarlas y seguirlas aplicando en nuevas empresas (que sean creadas, recuperadas o expropiadas al capital apátrida) para que la nueva estructura socio-productiva socialista se desarrolle de verdad verdad y sea una realidad dominante y hegemónica dentro de toda la estructura económica  de la patria que hoy está bajo el dominio casi absoluto y totalmente hegemónico del gran capital burgués aliado del imperialismo. Es urgente aplicar el control obrero y el punto y círculo en áreas claves como alimentos, textiles, calzado, medicinas, electricidad, comunicaciones, para que el poder económico productivo se vaya transformando hacia el socialismo productivo en manos de la clase obrera venezolana y las comunidades organizadas.  

Tres, declarar en alerta el ejercicio de la soberanía popular para defender las garantías constitucionales y los beneficios sociales del pueblo. El Artículo 5 de la Constitución indica que “la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce  directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley…Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos”. Así mismo el Artículo 70 señala que “Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político: la elección a cargos públicos, el referendo, la consulta popular, la revocatoria del mandato, las iniciativas legislativas, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos y ciudadanas, cuyas decisiones serán de carácter vinculante”. En tal sentido, ninguno de los cinco poderes públicos podrá imponer leyes, decretos o reglamentos que atenten contra los intereses y la soberanía de todo el pueblo. Menos una élite de diputados de la derecha fascista que no son sino instrumentos viles y serviles de la contrarrevolución. En consecuencia proponemos fortalecer la unidad constitucional del Poder Popular con el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, el Poder Electoral y el Poder Ciudadano para aislar, desenmascarar, neutralizar y derrotar a la élite parlamentaria de la derecha fascista en sus pretensiones desestabilizadoras, golpistas y contrarrevolucionarias.

Cuatro, fortalecer el gobierno popular de calle del Presidente Nicolás Maduro con los Consejos de Gobierno Presidenciales del Poder Popular. Esta relación directa Pueblo-Presidente debe centrarse, primero en la defensa  y protección del pueblo, atender y ayudar a resolver los principales problemas que afectan o impiden el buen vivir de nuestras comunidades. Para ello se debe garantizar la mayor eficacia y fortaleza de todas las misiones y grandes misiones sociales de la revolución, ya que muchas de ellas han sido debilitadas por la burocracia y los infiltrados que son los verdaderos “corruptos enchufados” en el proceso bolivariano para sabotearlo, desviarlo y desprestigiarlo desde adentro. Por ejemplo: es necesario limpiar y depurar PEDEVAL, MERCAL, BICENTENARIO, para transferirle al poder popular el control en la eficiencia y la eficacia de la distribución de alimentos para las comunidades;  otorgar las pensiones directamente por el Consejo presidencial y no a través del engorroso y retardado mecanismo de la burocracia del Seguro Social; aplicar mucha contraloría popular en la Gran Misión Vivienda Venezuela, en TRANSPORTE,  en VENEZUELA PRODUCTIVA, en PDVSA, etc. En segundo término, el gobierno de calle debe desarrollar la nueva estructura socio-productiva socialista desde las comunidades con programas de formación y capacitación técnica y administrativa enmarcados en las exigencias de los objetivos históricos del Plan de la patria.

 Así mismo, esta relación directa Presidente-pueblo, debe  enfrentar el problema de PDVSA-GAS en la distribución, el suministro y precio del gas doméstico que afecta de manera permanente y negativa a la población más humilde de las barriadas populares. Es necesario sanear ese sector e imponer la contraloría de las organizaciones populares para acabar con la arbitrariedad, la desatención, la anarquía y el abuso con el precio y el suministro de la bombona de gas que cada familia necesita para cocinar sus alimentos. Igualmente, con los servicios de agua y electricidad en muchas comunidades donde, por ejemplo, llega el agua cada tres o cuatro días. Así mismo, el precio al público del agua que venden las empresas privadas en botellas y botellones, es  cada día más caro sin que el consumidor pueda hacer algo para defenderse. ¿Quién y cómo debe controlar el precio  del agua que venden como agua potable? Nos preguntamos nosotros.

Cinco, asumir que estamos en una nueva coyuntura histórica en la que el soberano constituyente tiene el poder de decisión. No son las camarillas ni las burocracias corrompidas las que van a decidir a espaldas del soberano. Es la organización, participación y movilización activa y protagónica del pueblo, civil y militar, la fuerza decisiva de la historia de hoy, como ha sido desde el 27 de febrero de 1989, pasando por el 4F y noviembre de 1992, el 11  y 13 de abril de 2002,  y ahora junto a nuestro presidente Nicolás Maduro. El resultado del 6D lo podemos valorar también como una lección inteligente del pueblo para el sacudón necesario y el golpe de timón, que tanto angustió a Chávez y aún espera ser activado. En conclusión, nosotros y nosotras pensamos que, además de lo ya expuesto, es necesario también lo siguiente:

Que muchos dirigentes chavistas  (diputados, concejales, jefes internos) del PSUV y del gobierno (funcionarios, ministros, jefes de instituciones y/o empresas del Estado), se acerquen más al pueblo sin demagogia, sino con trabajo honesto y dignificante, siguiendo el ejemplo moral y ético de  Chávez. El liderazgo no es ejercer una representación; sino la verdadera vocería del Poder Popular  a través de métodos democráticos, participativos y protagónicos para atender los problemas reales del pueblo: abastecimiento alimentario, control de precios justos, seguridad ciudadana, vivienda, servicios públicos, etc.   

Fortalecer todas las organizaciones que podamos del Poder Popular con equipos interdisciplinarios para educar, formar y organizar la planificación y desarrollo de los proyectos, especialmente las Comunas con base en las leyes respectivas y contra la corrupción y el burocratismo. Las UBCH deben dar un salto cualitativo, descontaminarse del electoralismo burocrático y la reproducción de los viejos métodos de corrupción e ineficacia del partidismo de la derecha adeco-copeyana de la Cuarta  República. Las UBCH deben ser verdaderos instrumentos de lucha revolucionaria diaria del poder popular y las comunidades. El verdadero Poder Popular está en las bases del pueblo y debe ser reconocido y promovido por todas las autoridades del PSUV y del gobierno.

Enfrentar seriamente y con eficacia el problema de la corrupción: las llamadas empresas de maletín y todo lo que es ese cáncer que el presidente identificó como el cadivismo, pero que aún sigue impune; mientras la patria se siente mancillada y esclavizada por ese mal ajeno a su dignidad y su decoro. Todo el que haya cometido faltas constitucionales, debe ser castigado de acuerdo con la ley. La quinta columna existe y hace su trabajo para que el gobierno revolucionario fracase. No se puede hacer la revolución con ministros o gerentes de  instituciones que anteponen sus intereses personales o de parcelas cerradas al clamor popular. Exhortamos a nuestro Presidente para que sea fiel a su promesa de remover el tren ministerial, pues, cuenta con todo el apoyo del pueblo revolucionario.     

El análisis de toda la coyuntura actual, debe ser crítico y autocrítico dentro de la perspectiva revolucionaria de cambiar lo que haya que cambiar  para mejorar todo lo que sea necesario mejorar; denunciar y sancionar severamente las conductas perversas; pero, dejando a salvo el perdón humano y preservar la palabra y la conducta libres de todas las formas del odios y las intrigas personalistas. Estamos ante una nueva oportunidad para el debate a fondo, el respeto a la diversidad y pluralidad de pensamiento, pero dentro de la revolución. Debemos reactivar las Escuelas de formación de cuadros y el Sistema nacional de formación revolucionaria, bolivariana y chavista con base en la teoría social de Marx y el método crítico, dialéctico. Pero, también debemos ir más allá del partido, abrir los espacios para la discusión y la soberanía popular en cada parroquia y municipio.

Finalmente, esta revolución, a sus 16 años de vida propia, debe seguir marchando sin  pactos ni acuerdos con la contrarrevolución, debe seguir adelante,  al  encuentro de las nuevas generaciones, de la juventud temprana, rebelde, soñadora y con capacidad  de atrevimiento para el combate revolucionario y la realización de las nuevas esperanzas de nuestro amado pueblo. Ese es el norte, el camino de Bolívar y de Chávez para la renovación dinámica y eficiente del proceso revolucionario bolivariano que haga de su vanguardia, de su pueblo y la unidad cívico-militar, la fuerza de la esperanza irreductible de Venezuela, de Nuestra América y del mundo.  

¡Es la hora de marchar  a golpe de timón, Comuna o nada!

¡Maduro, avanza; que el pueblo no se cansa!

Desde el Sur de Valencia, Edo. Carabobo, domingo 20 de diciembre 20015

chfariasa@hotmail.com

[1] Este documento contiene las ideas y propuestas expresadas en una asamblea de 48 voceros y voceras del Poder Popular realizada el domingo 20 de diciembre de 2015 en el Sur de la ciudad de Valencia, Estado Carabobo, quienes lo respaldan con su respectivas firmas.  

 



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Christian Farías

Licenciado en Educación. Docente universitario.

 chfariasa@hotmail.com

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