La ofensiva de masas y el problema del poder

1.1. El estado y la institucionalidad.

La base desde la cual se establece la legitimidad de las instituciones en cualesquiera de las organizaciones basadas en la democracia, es precisamente, el poder colectivo que se manifiesta en el concepto de soberanía popular. El proceso de representación en un sentido estricto, ha sido desarrollado, en la práctica política en Venezuela, por la democracia puntofijista, hasta hacerlo transitar a su contrario: el despotismo. La proposición que hemos desarrollado en la Constitución de la República Bolivariana, pretende revertir el proceso que nos llevó a una democracia autoritaria y de partidos, cerrando el paso a la comunidad organizada, y a la soberanía popular.

¿Cómo funciona este proceso de apropiación-expropiación de la soberanía popular por parte de las cúpulas partidistas, en una democracia representativa?

Trataremos de explicarlo de la siguiente manera: mediante el voto individual cedemos a un ciudadano la capacidad de representarnos en el ejecutivo: Presidente, Gobernador o Alcalde. En el poder legislativo: parlamentarios, en el caso del Congreso Nacional en la IV República, y Asamblea Nacional1 en la V República; a los Consejos Regionales de los estados y Concejales, en los Consejos Municipales. Por otro lado, cada uno de los ciudadanos que se postula como candidato, a los cargos de representación popular antes mencionados, espera atraer los votos de la máxima cantidad de electores de sus circunscripciones, a fin de obtener la mayoría, para así, llegar a ser sus representantes.

Cuando el ciudadano vota en forma individual y secreta, lo hace en una reflexión íntima de conciencia individual, pero lo que esta haciendo es sellar una relación individual con su representante. En ese momento desaparece su inclusión en un campo más amplio de sujetos, de la sociedad en su conjunto. Es el colectivo que, individualizado, vota por su representante. En la IV República la soberanía popular es transferida voto a voto al representante. En el momento del voto el elector es expropiado de su unidad de poder colectivo, que es su unidad de soberanía. El representante que elegíamos bajo esa forma de delegación de la soberanía popular mediante la institución del sufragio, se transformaba en la práctica, mediante el marco legal que norma las relaciones entre el ciudadano y sus representantes, en el portador de esa soberanía. De ahora en adelante, el colectivo que dio origen a esa soberanía queda subsumido en la ley, y se hará preeminente el individuo como poder, sobre ese fondo colectivo que le dio origen.

En el caso del poder ejecutivo la norma jurídica potencia esta preeminencia del poder individual sobre fondo del poder colectivo que le dio origen. En el pacto constitucional que sirve de plataforma al ordenamiento jurídico y establece la forma que tiene la república, las minorías deben aceptar a ese representante como su representante, es decir, el Presidente de la República es el Presidente de todos los venezolanos.

Todo este proceso es ocultado, pues el colectivo desapareció, y en su lugar, sólo aparece el individuo que ahora es el representante, que se arrogó para sí, todo el poder del colectivo a través del sufragio, que es un proceso de institucionalización e individualización de ese poder colectivo. Además, esa parcialidad política aparece ahora abarcando toda la estructura social a través del estado, imponiéndole al resto del colectivo sus intereses y puntos de vistas que corresponden a la visión Ideológica de la parcialidad política que detenta el poder. Los instrumentos específicos para ese propósito son: la Política Económica y las Políticas Públicas.

Cuando hablamos de institucionalización e individualización del poder colectivo, estamos diciendo que, lo que conocemos como forma del poder es la institución. Entonces, la institucionalidad es una relación de poder. Esta relación de poder se establece y abarca el todo social, pero en la forma de relación entre individuos, del representante con sus representados. Y esa estructura de poder se reproduce en el individuo. Llegamos entonces al sujeto que fue despojado de su unidad de poder colectivo. Y fue transferida al representante, el cual se apropia de toda la soberanía y aparece con un inmenso poder individual, sobre el fondo del poder colectivo, que individualizado, desaparece y enfrenta íngrimo y solo, el poder del estado. Desaparece de su conciencia el otro, que es igual a él. El individuo solo tendrá como referencia de su inclusión en la sociedad, a aquel que eligió como su representante. Y en aquello distante, que llama estado, y que, para el individuo aislado dentro de la institución, está encarnado u objetivado en el Jefe. Este aislamiento entre los individuos se concreta dentro de la institución, porque las relaciones que prevalecen, son las verticales, Jefe-subalterno, las horizontales desaparecen no intervienen en la toma de decisiones. La solidaridad entre los individuos desaparece y cada quien debe defenderse por si solo de las injusticia. Se desarrolla en el individuo una estructura despótica en su conciencia, temor a la sanción. La solidaridad se hace clandestina. De aquí en adelante es el sindicato el que se encarga de los reclamos, que en si, y para si, tiene la misma forma de la representación. Aparece de esta manera, una distancia entre los individuos, como práctica diaria, aparece el individualismo. No nos reconocemos como formando parte del todo social. La realidad es percibida desde la soledad del sujeto. De esta manera, estamos despojados de nuestro ser social.

RELACIONES DE PODER INSTITUCIONAL

 Jefe -> Subalterno -> Subalterno 2        

Este diagrama representa la relación de poder que está presente en toda la estructura social y al mismo tiempo está incluida dentro de nuestra propia subjetividad. Nuestra conciencia tiene presente internamente, esa racionalidad de poder. Que al mismo tiempo, es ratificada en el exterior social. Esta simetría e igualdad con el mundo exterior, hace que aparezca como si fuese natural. Es aquí donde la política de transformación revolucionaria de la sociedad, debe abrir dentro del sujeto un campo de realidad, donde aparezca presente el otro, que la Democracia Representativa, que posee esta esencia despótica, y la estructura de poder, borraron. Debemos hacer visible aquello, que por constituir el sistema de la realidad, que nos integra a nosotros, no se ve. Descubrir esto, la distancia construida por el poder burgués entre nosotros, es lo que una acción revolucionaria debe contener como táctica, para reconstituirnos como colectivo. Y descubrirlo, debe realizarse como práctica cotidiana.

Para entender el proceso de institucionalización del poder colectivo revisemos la historia reciente que dio origen al nuevo pluralismo democrático, participativo y protagónico, (Polo Patriótico, ahora Bloque del Cambio) que surgió a partir del 6 de diciembre de 1998, y está siendo desarrollado desde el parlamento, en una ardua batalla institucional, para construir las bases legales de la V República. Ahora, después del 4 de diciembre de 2005, se constituyó un nuevo estatus político institucional. La Asamblea Nacional quedó constituida por la nueva pluralidad política de la Revolución Bolivariana.

Período de agotamiento de la IV República

A partir de febrero de 1989, con la firma de la carta de intención con el Fondo Monetario Internacional y con todo lo que llevaba de compromisos sobre la liberalización de los precios, las privatizaciones de todas las empresas del estado, etc., por parte de Carlos Andrés Pérez, y la reacción popular del 27 de febrero del mismo año2, comienza un período histórico que nos muestra las razones inmediatas del agotamiento de la IV República, y específicamente, del pacto político de Punto Fijo. Pacto que excluyó al Partido Comunista de Venezuela y a los sectores de la izquierda, que pretendían un gobierno democrático y popular, sin exclusión de ningún sector de la sociedad.

Este proceso comienza cuando la institucionalidad pierde el fondo colectivo que le dio origen a toda la estructura política que se había legitimado desde la constitución de 1961. En los hechos, podríamos situarlo en los acontecimientos, que se produjeron a partir del 27 de febrero de 1989, cuando se iniciaron los enfrentamientos masivos entre el pueblo y el ejército, y durante los años subsiguientes cuando las protestas populares de todo tipo sumaron algunos miles en las calles de las ciudades y pueblos de Venezuela. Esta revuelta generalizada y las movilizaciones populares posteriores, constituyeron un golpe estratégico que recibió el sistema que se originó en el Pacto de Punto Fijo, o, sistema político, representado por los partidos Acción Democrática y COPEI, pero fundamentalmente por Acción Democrática quien durante los 40 años de la Democracia Despótica Puntofijista, estuvo dirigiendo el curso de los acontecimientos políticos. Tales acontecimientos fueron el fin del sistema de pactos y solidaridades del puntofijismo, y con ellos se rompió el sistema de alianzas clasistas y policlasistas que sostuvieron el fin de la IV República.

Podríamos comenzar señalando, que el 27 de febrero de 1989, fue el episodio en el cual, apareció planteado el tránsito de un ciudadano, miembro de una organización “estable”, a ser elemento de una masa espontánea y desorganizada. Se rompió el campo de paz aparente, expresado en la política convencional, es decir, se rompió la paz aparente en que vivía la sociedad venezolana. Todas las organizaciones se resquebrajaron, la sociedad entró en un proceso de disolución de su mundo político institucional y convencional. Esta fuerza colectiva logró desarticular la estructura político institucional del estado. La fractura de las estructuras políticas fue posible porque los mismos que habían mantenido el estatus político del Pacto de Punto Fijo a través de la institución del sufragio, se rebelaron, es decir, las masas populares. Las instituciones a las cuales habían pertenecido ya no ejercían el liderazgo sobre los ciudadanos que el sistema del sufragio había individualizado, y menos aún el control social que habían representado. La racionalidad de poder que está incluida en el individuo, como ya vimos, se exteriorizo en el proceso colectivo de rebelión. La fuerza represiva que se dirigía hacia si mismo, de esa estructura despótica interna, ahora se dirigió hacia el exterior social, pero en forma colectiva. Apareció la violencia colectiva del pueblo. La rebelión popular. Este proceso fue la respuesta al carácter despótico y autoritario que había asumido la democracia puntofijista.

La rebelión popular del 27 de febrero, adquirió una orientación política definitiva el 4 de febrero de 1992. La conciencia que adquirió el pueblo de su papel protagónico y participativo en la vida política del país, como consecuencia de las acciones del 27 de febrero y días sucesivos, y durante los años subsiguientes permitió, que los movimientos políticos como el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, y luego, el Movimiento V República, en alianza con las fuerzas progresistas que venían luchando desde algunas décadas antes, para construir una verdadera democracia popular, como el Partido Comunista de Venezuela, el Movimiento al Socialismo -que abandonó el Proceso Bolivariano y participó en el Golpe de Estado del 11 de abril de 2002-, y el PPT, que se formó después de la división de la Causa R que le dio origen, constituyeron luego el Polo Patriótico.

Todos ellos, concibieron y escribieron junto con el pueblo, una constitución que rescató, para el sujeto de esta revolución, el pueblo, la soberanía expropiada. En su artículo 5 La Constitución señala: Los órganos del estado emanan, de la soberanía popular y a ella están sometidos. Ahora bien, la cultura política generada por esta estructura despótica, y que llevó a la rebelión popular del 27 F, estuvo caracterizada por una actitud pasiva ante los problemas sociales, aun cuando la recuperación de la conciencia colectiva, como manifestación de la nueva cultura política comenzó a expresarse en la incorporación masiva a la movilización política de la población que llegó a su máxima expresión el 13 de abril del 2002.

Esta relación de poder es derivada de la forma originaria de poder popular que conocemos como soberanía:

Cuando se produce la Revolución Francesa, como consecuencia de los teóricos de la misma, entre ellos Juan Jacobo Rousseau, con su teoría del contrato social y de la asamblea constituyente, y con la declaración de Los Derechos del Hombre y del Ciudadano, se retoma la teoría de la soberanía y le da forma el Abate Enmanuel Sieyès en la Asamblea Nacional Francesa, quien explica el poder constituyente y los poderes constituidos, que le sirvieron de fundamento para la declaración de Los Derechos del Hombre y del Ciudadano, y creó el vocablo CONSTITUYENTE, para calificar el poder perteneciente al pueblo, de constituir la sociedad civil o estado, y darse una organización política y jurídica.

De esta manera el pueblo se constituye en el soberano y todas las atribuciones que tenía el monarca, como dueño absoluto del poder, pasaron a ser detentadas por el pueblo. De tal manera que al ser trasladada esta soberanía al pueblo en conjunto, lo que constituye la Nación, se creó por medio de la Asamblea Nacional Constituyente de 1787, la Democracia Representativa moderna, o sea, el gobierno del pueblo. Al efecto, es Enmanuel Sieyès, quien le da el nombre de constituyente a esa asamblea, ya que ella crea el nuevo Estado Francés, y determina y le da forma al Contrato de J. J. Rousseau."3 

La Democracia Representativa, en consecuencia, surge en Francia y con ella, la separación de los poderes públicos en Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Nuestra constitución agrega, el Poder Electoral y el Poder Ciudadano, siendo éstos poderes, algunas de las novedades de nuestra V República, pues ellos son poderes constituidos, siendo todo ello, consecuencia y derivación de la Asamblea Constituyente, cuyo origen es el poder popular, en la cual se expresa una correlación de fuerzas sociales, que enfrentadas, una de las facciones en pugna triunfa, e impone sus ideas a la totalidad de la nación.

La organización del estado es, entonces, el campo donde se enfrentan los diferentes intereses sociales que luchan entre sí, y aparece, en consecuencia, el campo de la política normado por el sistema jurídico, campo el cual, es, como consecuencia, aquel en el que las luchas reales dentro de la sociedad, se muestran encubiertas, no aparecen, en su lugar lo que aparece es la política. En la política, uno de los aspectos cruciales es la toma de posición en relación con la transformación social, por lo cual es, siempre, la visión parcial desde la cual se aborda el proceso político y social y se representa como un todo, como la versión universal sobre la sociedad. He aquí el problema fundamental. Las soluciones que se plantean aún cuando se proponen para la sociedad como un todo, obedecen a intereses parciales.

En consecuencia, las organizaciones políticas formaban el basamento convencional de la actividad política en la IV República4 y se transformaron en los instrumentos de acceso al dominio de las instituciones desde donde se ejerce la soberanía del pueblo. La política desde ésta perspectiva, aparece mediando, a través de las organizaciones políticas, entre los intereses de los diferentes sectores sociales y económicos, por una parte y los poderes públicos por la otra. Esta mediación aparece presente en todo el ámbito de la sociedad, pues el estado regula todas las actividades e instituciones. El partido, o sea, la organización política, siendo parte del todo social intenta dar respuesta a los problemas de la sociedad como un todo.

Estas son, entonces, algunas de las razones por las que, la praxis política se desarrolla siempre, a partir de una visión del mundo y de la sociedad. Por lo tanto, la política es una forma parcial desde la cual se abarca la totalidad, y se trata de dar repuestas a la sociedad, e imponer soluciones al resto de las parcialidades, a través de los poderes del estado, desde los cuales se ejerce la soberanía del pueblo y, la manera convencional que se ha adoptado para ello en el sistema de la democracia formal y representativa, es el sufragio universal, directo y secreto, y el acceso no convencional, no electoral, está determinado por las diferentes vías fuera de esa legalidad convencional.

La estabilidad y el consenso forman un campo regido por las leyes del estado cuya expresión es el derecho. Este es un campo simbólico, de consenso y estabilidad, es un campo donde la paz aparece como el estado natural. El conflicto es un aspecto regulado por el estado y tiene también sus mecanismos de control y reglamentación, de manera que este conflicto es también consensual, y es así, para que no se generen situaciones de violencia, que caerían fuera del conflicto-consensuado, pues en este momento aparecería la violencia y también el brazo armado del estado, siendo la fuerza monopolizada por el estado, la que va a preservar la estabilidad y forzará el consenso. El convencimiento por parte de los individuos que forman la sociedad, de estas reglas, es lo que denominamos el mundo convencional, o Lo Convencional.

Estabilidad y consenso, son los parámetros donde la política juega el papel de mediación entre los diferentes sectores e intereses que tratan de acceder al poder para imponer su voluntad, al resto de la sociedad. Desde esta perspectiva, podemos considerar a la política como un campo aparente de paz, un campo de negociación, al cual el estado le impone los limites a su actuación.

El estado, en virtud de este consenso, aparece como si estuviera aislado, divorciado del resto de la sociedad, neutral, o bien, como un tercero que arbitra entre los opuestos, y que tiene como función la de establecer un equilibrio entre aquellos que se enfrentan en el campo de lo social, por una parte la sociedad civil y por otra el estado con su organización. Esta neutralidad del estado, como aparente representación del todo social, apareció como tal, o se presentó, como pura apariencia, en el pronunciamiento militar del 4 de febrero de 1992 5 y del 27 de noviembre del mismo año,6 cuando el estado apareció enfrentado a los que se le oponían a él, en tanto que una de las facciones el Movimiento Bolivariano 200 (MBR 200) y el Movimiento 5 de Julio, que desarrollaban el intento de acceso al poder por la vía de la fuerza, por medio de una rebelión militar, fueron vistos, catalogados y acusados y definidos, como opuestos a la totalidad de la nación.

La existencia dentro de la subjetividad de la ciudadanía de esta apariencia de neutralidad es lo que permite actuar políticamente en nombre de todos los ciudadanos para enfrentar la subversión y por lo que se les exige su apoyo a todas las instituciones. Todos vimos como fueron apareciendo cada uno de los voceros de las instituciones de la sociedad apoyando al sistema democrático, reconociendo con ello, la existencia del estado como representante de todos los individuos de la sociedad. Es síntoma del tipo de política de la V República, y de la relativa debilidad del estado y de sus instituciones que, no haya ocurrido lo mismo hasta el presente con la actual oposición Venezolana. Nunca ha habido un pronunciamiento categórico de condena a los golpistas del 11 de abril de 2002, por parte de las organizaciones de la oposición.

1.2. El Estado como Campo de Transacción.

La existencia del estado implica entonces, la existencia de un campo de transacción, donde los intereses enfrentados tratan de ser resueltos a través de una elaboración del conflicto. Es evidente que aparece como si estuviera a distancia de las relaciones económicas, y los enfrentamientos que están presentes en el campo de lo económico, parece que pueden resolverse en el campo de lo político, porque hay una legalidad que impide la profundización del conflicto, y reproduce constantemente la misma realidad. Esta legalidad está expresada en todo el ordenamiento jurídico que regula las relaciones sociales de propiedad entre los individuos. Las relaciones de trabajo y todas aquellas que regulan y prevén el conflicto consensuado.

Pero este campo simbólico de la ley es, al mismo tiempo, necesariamente un campo formal, imaginario. Lo real, la realidad social que queremos analizar, aparece por lo pronto, desdoblada. No hay una realidad inmediatamente dada que podamos aprender en su estructura material, sino que lo que tenemos que ver, que comprender, es que existe como encubrimiento u ocultamiento de un campo material subjetivo, que es el campo de las relaciones de producción, que está presente en tanto estructura colectiva, en forma social. Encontramos entonces que el campo de lo político aparece como si estuviera separado de lo económico, de las relaciones de producción.

Por ejemplo: los conflictos que se desarrollan entre los trabajadores y los empresarios o el estado y sus trabajadores, siempre se resuelven en la mesa de negociaciones, donde el estado aparece como intermediario. Por ejemplo: en la Venezuela de la IV República, el cambio en el régimen de las prestaciones sociales, fue una de las reformas Neoliberales más importantes por el impacto que tuvieron en la estructura salarial del sector privado, y afectó a toda la superestructura política, puesto que se definió en el Congreso Nacional y por supuesto, no se le reveló a toda la sociedad como un enfrentamiento ideológico y político que fue realmente lo que sucedió. Los sectores políticos y sindicales implicados, no sacaron la discusión del ocultamiento institucional en el parlamento, y no hicieron lo posible para que la discusión trascendiera a lo interno de la clase trabajadora, y de la sociedad.

Esta forma de encubrimiento que se desarrolla en las instituciones del parlamento, es una de la característica de la Democracia Representativa de la IV República, y la que se estaba prolongando en la V República, que comienza a revertirse con la decisión del parlamento, Asamblea Nacional, de comenzar un parlamentarismo de calle.

En la esfera de lo político, se da la apariencia, decíamos, de que el estado está por encima de los conflictos, como si fuese independiente del campo de lo económico y trata de establecerse como algo exterior y trascendente del campo de los enfrentamientos económicos.

El campo simbólico es el campo de las regulaciones formalizadas. La ley es meramente simbó1ica: organiza un campo colectivo de sujetos que forman la base material de la sociedad, y ese campo material subjetivo, que se expresa en las relaciones de producción, aparece sobre fondo de una legalidad a la cual todo, necesariamente, le pertenece, y todos los individuos sin excepción, deben conocer la ley ya que el desconocimiento de ella no exime a nadie de su cumplimiento. Estamos en un campo social completamente organizado por la ley.

Desde esta perspectiva, la política aparece como la mediación entre una parcialidad de intereses y su acceso al poder a través del voto en el ámbito del estado, con el fin de poder imponer su concepción al resto de la sociedad, esto es lo que hace de la política un campo aparente de paz.

1.3. Caracterización de la lucha de masas, en La República Bolivariana de Venezuela, en el contexto político actual.

Las grandes movilizaciones populares que se produjeron durante los acontecimientos previos al 11 de abril, que comenzaron el 22 de noviembre, día del primer enfrentamiento de masas,7 comenzaron a evidenciar en la expresión de calle, una escisión de la sociedad que permite verificar la existencia organizada de dos sectores que pugnan por la solución definitiva del problema del poder. Los instrumentos utilizados para la confrontación por parte de los enemigos de la revolución han evolucionado, desde la preeminencia de la ofensiva ideológica mediática, cuyo eje de ataque fue y sigue siendo una propaganda cuyo objetivo es causar desmoralización, estimular la lucha y la división interna en nuestras propias fuerzas, y al mismo tiempo despertar el odio racial en los sectores antichavistas de las capas medias y altas de la población, que habían tenido escasa participación en la movilización política contra el gobierno, en los años 1998 y 1999, hasta activar los mecanismos subjetivos de construcción de una masa con dirección política, y concientes de su poder colectivo, en la lucha contra el gobierno mediante la desobediencia civil y la movilización.

Esta combinación de la ofensiva mediática con la ofensiva de masas, manejada en forma eficiente, fue desarrollada por el neofascismo criollo, a tal punto que logró el zarpazo neofascista-imperialista, combinado con actividad militar. Esto permite identificar una característica fundamental en el desarrollo de la lucha de masas en el país: Por una parte, los enemigos de la revolución siguen desarrollando una táctica de masas insurreccionadas con apoyo militar y mediático, como instrumento fundamental de acceso al poder; y del lado bolivariano, existe la radicalización creciente con una conciencia de su propio poder y protagonismo, de un pueblo que ha construido en la práctica de la lucha popular sus propias Organizaciones Populares Autónomas (OPA), con sus propios espacios de poder, nutridas fundamentalmente con la guía política proporcionada en los programas de Aló Presidente, y en las cadenas presidenciales televisivas, donde millones de personas del pueblo, han comprendido que no pueden seguir viviendo como antes, y están dispuestos a defender sus conquistas a costa de sacrificios heroicos.

Todo esto ha sido desarrollado, sin una vanguardia que medie entre el gobierno y el pueblo, con una dirección política que, en cierta medida, no comprende el escenario de la confrontación, ni la importancia de la fuerza política de la movilización organizada del pueblo en la toma, consolidación y fortalecimiento y expansión del poder, único medio para la transformación revolucionaria de la sociedad.

Esta característica nos parece lo fundamental de la forma en la cual se expresó el pueblo venezolano el año 2002. Se comenzó ese año, de una manera abierta la lucha por el poder, que irremediablemente está determinando aún los acontecimientos futuros; en el desencadenamiento de pronunciamientos militares; en la activación de los mecanismos de la lucha armada, de muy baja intensidad, pero lucha abierta por el poder, dentro del proceso de radicalización creciente de la sociedad venezolana que se venía desencadenando a partir del 27 de febrero de 1989, que contribuyó de manera importante en el desarrollo de la conciencia ideológica y combativa de los sectores populares, en repuesta a la ofensiva armada de la oposición golpista.

El Golpe del 11 de Abril. Bloqueo Naval y Sabotaje Petrolero de los meses de diciembre de 2002 y enero de 2003.

En principio, el plan golpista del 11 de abril contó con la participación entusiasta de la totalidad de los sectores que han adversado el Proceso Popular Constituyente desde sus inicios. Los partidos políticos, Acción Democrática, COPEI y sus derivados: Proyecto Venezuela, Primero Justicia y Alianza Bravo Pueblo, entre otras organizaciones. Las diferentes escisiones del sector patriótico, que a medida que se avanza en el desarrollo del contenido de la Constitución, en esa misma medida se deslindan las posiciones internas y se desarrolla un realineamiento de las posiciones dentro de lo que en un momento habíamos llamado Polo Patriótico. Podemos contar dentro de estos enemigos de la revolución bolivariana a algunos sectores de intelectuales, que al principio apoyaban el proyecto; sectores de la antigua izquierda, liderizados por Luís Miquilena; los comandantes del Golpe del 4 febrero, que luego se separaron: Urdaneta Hernández, Acosta Chirinos y Arias Cárdenas8. Los círculos bancarios y financieros. Los sectores industriales y comerciales, los sectores ganaderos más reaccionarios; y, como núcleo central de la alianza, se encontraba la tecnocracia golpista petrolera vinculada con los sectores petroleros internacionales y el Departamento de Estado de los Estados unidos de Norteamérica.

Esta alianza logró desarrollar un conjunto de movilizaciones que se profundizaron a partir del 11 de septiembre de 2001, luego de los atentados terroristas en EEUU, utilizando a los sectores de la clase media que forman parte de la estructura tecnoadministrativa de los sectores empresariales y de los sindicatos de la CTV, incrustados en la administración pública.

Luego del 14 de abril de 2002, hasta el 2 de diciembre del mismo año, el desarrollo de los acontecimientos estuvo determinado por la reorganización de ambos bandos, los adherentes al Proyecto Revolucionario Bolivariano y la Oposición de Derechas, sobre la base de la nueva situación política, y de una nueva correlación de fuerzas. Desde la perspectiva de los sectores reaccionarios, después del 14 de abril, se abrió un espacio político caracterizado por la reafirmación mediática de los objetivos del golpe, reforzados con la exigencia de la renuncia de los poderes públicos, exceptuando la Asamblea Nacional, lugar en el cual despliegan una ofensiva para debilitar las fuerzas patrióticas y lograr avances para salir del presidente por la vía constitucional. Estos objetivos fueron, entre otros:

a) eliminación de la Constitución, para lograr luego de su derogación, la privatización de PDVSA, que, como lo han demostrado los hechos, es el centro de la lucha por el poder. Es con el control de PDVSA por parte del Gobierno Bolivariano, que comenzó a resolverse el problema del poder;

b) en el sector social: la privatización de la salud y la educación, e introducir los fondos privados de pensiones a cargo de la banca internacional;

c) en el sector internacional: liquidar a la OPEP, aislar a Cuba, y desplegar las acciones armadas por parte del ejercito venezolano encaminadas a combatir a las FARC, en la ejecución plena del Plan Colombia y permitir el paso de los F-16 yanquis, para bombardear a la población campesina colombiana, e involucrar al ejército venezolano como barrera de contención y de ataque a las FARC.

Dentro de esta renovada ofensiva ideológica mediática, incorporaron nuevos hechos de aparente corrupción, con lo cual trataron de exigir un antejuicio de méritos al Presidente de la República y a los ministros de finanzas. Además, incorporaron en esta campaña, un eje ofensivo de ataque hacia los cuadros medios del ejercito, con el objetivo de escindir este sector, que logró junto con el pueblo, la restitución del presidente, al lado de los pocos generales leales que le quedaron al gobierno revolucionario después del golpe, y en consecuencia, poder reconstruir un sector militar de derecha, después de la devastación que sufrieron perdiendo cerca de 80 oficiales superiores sin tropas.

Otro de los ejes ofensivos de ataque, trató de debilitar y desmoralizar a las organizaciones populares y someterlos al escarnio público, como a nuestros Círculos Bolivarianos, base de la organización popular de la defensa del gobierno revolucionario, y al mismo tiempo recuperar la parte de la clase media que quedo aterrorizada al ver la gran movilización popular que se desarrolló ante sus narices sin poder hacer nada, y aquellos que se sintieron utilizados para una matanza que no esperaban. Esta ofensiva mediática trató de reconstruir la unidad de acción de los sectores antes mencionados que participaron en la ofensiva mediática, de masas y militar, con el objetivo de preparar las condiciones del paro petrolero de diciembre del mismo año.

Dentro del espectro político de la derecha, podemos encontrar un grupo de poder que surgió de una escisión del proceso revolucionario bolivariano liderado por el ya mencionado Luis Miquilena, que tenía sus ramificaciones en la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia y en sectores económicos liderados por el empresario Tobías Carrero9. Estos se postularon como los moderados dentro de la nueva reorganización y distribución de fuerzas de la derecha. Plantearon la salida del presidente por la vía constitucional, bajar el clima de enfrentamiento, para disminuir la presión sobre el conflicto armado y del golpe de estado, pues ellos mismos serían víctimas dentro de un proceso violento como el del 11 de abril. Hay que recordar que el nombre de Luis Miquilena apareció en el paredón del Aeropuerto de la Carlota, junto al de Nicolás Maduro, Fredy Bernal, Cilia Flores, Carlos Lazo, y demás miembros de los comandos revolucionarios que estaban sentenciados a muerte.

Otro sector que estaría dentro de este grupo, lo comprende la fracción socialdemócrata que pretende la renuncia del presidente, su enjuiciamiento, exigieron y exigen una salida constitucional del presidente mediante la movilización, o por la vía insurreccional, el golpe de estado, o por el referéndum revocatorio, como producto de sus propias derrotas. A diferencia del sector reaccionario que liderizó el golpe del 11, permitirían un gobierno de unidad nacional con la incorporación de los sectores, según ellos moderados, del MVR, y el miquilenismo. Un sector de Acción Democrática no estaría de acuerdo con una política donde se incluya la privatización de PDVSA, pues ésta, fue la base del poder de la democracia despótica puntofijista, y lo fue, hasta que la meritocracia petrolera le disputó los recursos provenientes del petróleo, les debilitó el estado y no pudieron seguir repartiendo el dinero a todos los sectores, lo que contribuyó, entre otras consecuencias que tuvo, a la crisis de la deuda externa. Este es un punto de separación con los sectores más radicales de los representantes del imperialismo petrolero.

El tercer factor de beligerancia política está conformado por el petrolero, las compañías petroleras internacionales, el Departamento de Estado, los bufetes transnacionales y la banca privada internacional, que opera en Venezuela. Este sector lideró el golpe de estado del 11 de abril, como elemento hegemónico dentro de este bloque de poder imperialista en Venezuela. Logró consolidar la unidad de acción del resto de los factores dentro de esa alianza contrarrevolucionaria. Esto fue logrado, sin un liderazgo desde el punto de vista de la expresión individual aglutinadora. Carecía de un programa o un proyecto de país, sólo lograron concretar la unidad en torno al odio a Chávez estimulado con la manipulación mediática. Esto permitió encubrir sus objetivos reales: a) eliminación de la constitución, para luego lograr la privatización de PDVSA, que, como lo han demostrado los hechos, es el centro de la lucha por el poder. Es con el control de PDVSA por parte del Gobierno Bolivariano, que comenzó a resolverse el problema del poder y comenzará una senda de desarrollo autónomo y soberano; b) en el sector social, la privatización de la salud y la educación, introducir los fondos privados de pensiones a cargo de la banca internacional, y revocar la sentencia del TSJ sobre los créditos indexados, entre otros; c) en el sector internacional, liquidar a la OPEP, aislar a Cuba, y desplegar las acciones armadas por parte del ejército venezolano encaminadas a combatir a las FARC, en la ejecución plena del Plan Colombia, y permitir el paso de los F-16 Yanquis para bombardear las zonas campesinas colombianas e involucrar al ejército venezolano como barrera de contención y de ataque a las FARC.

Los factores que apoyan el proceso, después del derrocamiento de Carmona, mostraron una recuperación en lo organizativo y en conciencia política. Se comenzó a comprender de manera práctica, que: a) la movilización popular; b) la concentración de masas y c) la dirección política, son y serán el fundamento de la resolución del problema del poder político, que es el paso previo a la transformación revolucionaria de la sociedad y además, se comprendió que ese poder de masas es el de origen del poder soberano del pueblo, que según nuestra Constitución Bolivariana es intransferible: artículo 5 “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo..”. La importancia de haber adquirido de manera práctica el significado de la relación entre masa y poder, es definitivo para pasar del acceso al gobierno, por la vía electoral, a la toma definitiva de los factores de poder real, que permitan la ejecución plena de la Constitución.

En los hechos, la aplicación de manera practica de este conocimiento como conciencia política, fue expresado de manera patente en los días 13 y 14 de abril, y luego, cuando se neutralizó cada una de las provocaciones de la derecha en las diversas confrontaciones de masas. Si comparamos la movilización del pueblo del día 13 y 14 con las del 27 de febrero de 1989, encontramos:

27 de febrero

13 de abril

a) Rebelión popular con una conciencia política reducida a metas de carácter económicas. (saqueos) . Baja conciencia política.

a) Insurrección popular, constitucional contra la dictadura de Carmona. Objetivos de carácter políticos y militares. Alta conciencia política.

b) Dispersión de la masa hacia multiplicidad de objetivos no estratégicos.

b) Concentración de masa. Objetivos de carácter estratégicos.

c) Inexistencia de dirección política.

c) Dirección política clara.

d) Masa sin dirección política no es concentrada y por consiguiente carece de fuerza.

d) Masa con clara dirección política, es concentrada y posee la fuerza necesaria para lograr objetivos.

Otro de los aspectos básicos del aprendizaje político fue haber comprendido la relación entre el gobierno y el poder. Este aprendizaje por parte de las organizaciones populares, se puede evidenciar en la actuación frente a las campañas mediáticas. Después de 7 años de bombardeo, de una verdadera operación de guerra psicológica contra los adeptos al proceso revolucionario, el apoyo popular se ha incrementado, siendo esto reconocido por las propias encuestadoras. Este es uno de los logros más importante de la revolución. La revolución ha permitido que los excluidos hayan conquistados espacios de poder a los cuales nunca hubieran podido tener acceso. Comenzando por el cese de la represión indiscriminada de las barriadas. Lo que significó la expansión de su espacio vital, al comenzar una relación más libre con el estado. El excluido comienza a transformarse en ciudadano. Comienza un primer escalón de inclusión social. Este desarrollo de la ofensiva de masas desde el punto de vista del movimiento popular, sirvió de preparación para maniobras políticas más complicadas que condujeron a la derrota del sabotaje a la industria petrolera. Sabotaje encubierto por un paro cívico nacional decretado por la Coordinadora Democrática.

En conclusión, el pueblo organizado aprendió, que ha partir del 11 de abril comenzó de manera abierta el conflicto principal: ¿quién se va a quedar con el poder real? Esto se venía desarrollando de manera pacífica y encubierta. La reacción imperial y sus aliados criollos habían encubierto sus objetivos reales. El intento de cambiar la política interna de PDVSA, y poder controlarla para enrumbar su acción hacia la independencia de los centros externos de dominio imperial, y ponerlas al servicio del Desarrollo Nacional, aceleró la usurpación del 12 de abril del 2002. Esta usurpación por espacio de 24 horas, con la toma del palacio de Miraflores por el pueblo y el Ejército Bolivariano, y luego, el rescate del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, a las 12 horas siguientes, puso de relieve sus objetivos, así como a sus principales actores e intereses. A pesar de la derrota propinada por las fuerzas patrióticas organizadas en Círculos Bolivarianos aliados con el ejército, el hecho de haber reincorporado a los sectores golpistas a PDVSA, representados en la Junta Directiva, por Hernández Raffalli, firmante del decreto de Pedro el Breve, y a Juan Fernández y demás miembros de la auto denominada “Meritocracia”, contribuyó a generar, dentro de los enemigos de la Revolución Bolivariana, una percepción de debilidad del gobierno.

Craso error de la oposición golpista. Su ideología no toma en cuenta la expresión popular de apoyo, que significó las jornadas del 13 de abril, lo que revela la naturaleza neo-nazi de la oposición golpista. Y mucho menos consideran al ejército dentro de un nuevo contexto ideológico, donde el ejército, es realmente el brazo armado del pueblo. Y al mismo tiempo, el propio pueblo armado. Esto no puede ser visto por la oposición golpista. Su ideología sólo comprende al ejército como defensor de sus intereses y, en consecuencia, el represor universal del pueblo. Esta es la visión de la cúpula golpista.

Los sectores golpistas no entendieron el significado del gesto magnánimo de nuestro Presidente, Comandante. Hugo Chávez Frías, al incorporarlos nuevamente a PDVSA. La interpretación que hicieron respecto de este hecho, como debilidad, hizo caer a la oposición en un error mucho más grave. Poner en juego el centro del poder en Venezuela, el negocio petrolero. Debilitados por la derrota y, en consecuencia, sin capacidad de ejecutar un golpe militar por haber perdido ese sector, transitan la aventura de montar un paro cívico nacional, como una maniobra de ocultamiento, para poder realizar el sabotaje petrolero, que fue el verdadero instrumento de su acción subvertora del gobierno bolivariano, y de traición a la patria. Para eso contaban nuevamente con los mismos actores del 11 de abril, pero esta vez, sin el ejército.

GOLPISTAS 11 DE ABRIL

GOLPISTAS 2 DE DICIEMBRE

Coordinadora “Democrática”

Coordinadora “Democrática”

Cúpula de la Iglesia

Cúpula de la Iglesia

Cúpula militar

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

PDVSA (Perolera Estatal)

PDVSA

CTV (Burocracia Sindical de la IV República)

CTV

Departamento de Estado

Departamento de Estado

Banca Internacional y Nacional

Banca Internacional y Nacional

Sector petrolero internacional

Sector petrolero internacional

FEDENAGA (Organización de Ganaderos)

FEDENAGA (Organización de Ganaderos)

Organizaciones de la educación privada

Organizaciones de la educación privada

Organizados para el paro, y sentados en la mesa de negociaciones, seguirían la siguiente estrategia para la realización del nuevo golpe petrolero: la unidad política y económica contra natura de la CTV y FEDECAMARAS, llamaría al paro cívico nacional, como maniobra de distracción y ocultamiento del sabotaje petrolero, Juan Fernández, dirigente de la tecnocracia petrolera, anunciaría el sabotaje, como paro, aceptando el llamado de la alianza golpista. Fundamentalmente, desde el sector petrolero, junto con la CIA, y las grandes corporaciones petroleras internacionales, se comanda la operación del nuevo golpe de estado petrolero. El corazón del golpe se centraría en la operación de sabotaje petrolero. Las maniobras de fondeo de los buques petroleros frente a los puertos determinaría el bloqueo naval y, en consecuencia, las exportaciones petroleras y de materias primas, detendrían paulatinamente la totalidad de la industria, y, como consecuencia de ello, se paralizaría la totalidad de las actividades económicas de la nación. La población se levantaría contra el gobierno, y en consecuencia tendría que actuar las Fuerzas Armadas, para detener la disolución del estado. En este punto tendría que renunciar el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Esta estrategia, anunciada por Luis Guisti, ex presidente de PDVSA, unos días antes en una entrevista periodística, carecía de lo fundamental: la incomprensión total de la realidad política nacional. Aquí vuelve actuar nuestro principal aliado: el desprecio a las masas populares base fundamental del neonazismo criollo, aliada con las empresas encuestadoras, produjeron un efecto devastador en la capacidad de cálculo político del estado mayor de los golpistas. Por un lado, creer que el 70 % de la población está contra Chávez, y por otro lado, ignorar que la población que está apoyando el Proceso Revolucionario Bolivariano, es cualitativamente distinta a la que ellos masacraron el 27 de febrero de 1989. El apoyo del pueblo transitó, desde lo afectivo a lo racional. Los 101 programas de Aló Presidente y las cadenas presidenciales, han educado a un pueblo que se siente incluido en las decisiones políticas, lo que hizo posible la heroica resistencia de Puente Llaguno10. Este es un pueblo que está dispuesto ha defender los espacios de poder conquistado y los grados de libertad alcanzados.

Es aquí, en la derrota de este segundo golpe petrolero, donde podemos comprobar, que tenemos una organización popular que se comporta como masa cohesionada, disciplinada, con una dirección política clara, de esta manera se logró, a pesar de la multiplicidad de objetivos políticos, económicos, y de control de vías de comunicación, mantener una presión sobre lo golpistas a escala nacional. Esta masa desplegada en el espacio territorial, desarrolló tareas que van desde la administración de la violencia popular para neutralizar a los golpistas, hasta la toma efectiva de las instalaciones petroleras, y puesta en marcha de sus operaciones. Ejecutó maniobras más complejas en la derrota del sabotaje petrolero, corazón de la estrategia golpista, que en la derrota del golpe petrolero del 11 de abril. El comandante Hugo Chávez contó a) con un pueblo, organizado para enfrentar a la alta tecnología de sabotaje, b) un ejército que comprendió que sin petróleo no hay soberanía, y c) unos medios de comunicación alternativos liderizados por el canal del estado, que contribuyeron a la dirección de las acciones hacia el contraataque victorioso. Y todo esto se ejecutó con sólo una orden del Comandante una semana antes del paro: ¡A tomar todas las instalaciones petroleras!

En lo que respecta a la dirección de la revolución, nuestro máximo líder e intérprete de los momentos políticos de avance de nuestra conciencia política colectiva, desarrolla una consigna que resume el alcance de nuestra revolución: ¡Para salir de la pobreza hay que darle poder al pueblo! Y con relación a las próximas respuestas a la contrarrevolución, citando a Simón Bolívar en el manifiesto de Cartagena, donde Nuestro Libertador reflexiona sobre los perdones después de cada conspiración, y finaliza concluyendo que constituye una clemencia criminal. Al recordar esto Hugo Chávez, está expresando la nueva situación de incremento cualitativo de la conciencia política colectiva del pueblo venezolano. Y en segundo lugar, se evidencia el incremento de la cohesión del máximo líder con su pueblo. Esto representa un verdadero avance en la escalada hacia la consolidación de la revolución a través del control de PDVSA.

Lo anterior, está demostrando que la brecha entre el comandante de la Revolución Bolivariana y su pueblo, está cerrada, y el distanciamiento con el otro, que es nosotros, ya comienza a cerrarse. Está apareciendo en nuestra conciencia la presencia sensible del otro, el otro, que es igual a mí. Ahora tengo como referencia no sólo al máximo líder de la revolución, sino que esa referencia ya está incluida en mí, no como el jefe represor del estado, sino como mi intérprete. Y en mí está el otro que es también Chávez. ¡Todos somos Chávez!

Es posible que nos estemos acercando a consolidar lo que ha constituido el soporte de la V República: a) la movilización popular; b) la concentración de masas y c) la dirección política clara como fundamento de la resolución del problema del poder político, paso previo a la transformación revolucionaria de la sociedad y como significado de origen del poder soberano del pueblo. La importancia que tiene, tener conciencia de la relación entre masa y poder, es definitivo para pasar del acceso al gobierno por la vía electoral a la toma definitiva de los factores de poder real, que permitan la ejecución plena de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

1 En la V República la decisión de los parlamentarios de desarrollar asambleas revolucionarias parlamentarias en la comunidad, es un paso importante para pasar de la cultura política de la representación, que se estaba prolongando en la V República, a la cultura política de la participación.

2  Nos referimos a la rebelión popular que se produjo el 27 de Febrero de 1989 que se llamó posteriormente el Caracazo.

3 Lazo Rivero Carlos Armando, Argumentos. Pag. 1

4 En la V República, se elimina el monopolio de los partidos políticos, como único instrumento de acceso al poder, y se establece en el artículo 67 “¨…Los ciudadanos y ciudadanos, por iniciativa propia, tienen derecho a concurrir a los procesos electorales postulando candidatos o candidatas….”

5 Rebelión Militar liderizada por el actual Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez Frías, la cual logró un triunfo político dentro de su derrota militar.

6 Rebelión Militar liderizada por el Almirante Gruber Odremán, la cual fue derrotada política y militarmente.

7 Nos referimos a la marcha convocada por Acción Democrática. La cual fue enfrentada por las organizaciones populares de primera línea en el enfrentamiento de masas. Aquí participó fundamentalmente las brigadas del 23 de enero

8 Acosta Chirinos y Arias Cárdenas, han decidido volver a las filas de la Revolución Bolivariana en este año 2006, producto de rectificaciones en sus posiciones políticas y su cercanía con el Presidente Comandante Hugo Chávez Frías.

9 Empresario de seguros.

10 Fue el lugar desde el cual, se desarrolló la defensa principal del Palacio de Miraflores, contra el asedio de la Policía Metropolitana que estaba implicada en el golpe, y grupos armados enemigos de la revolución. Su objetivo era desalojar a la población que manifestaba en apoyo del Gobierno Revolucionario Bolivariano, en los alrededores del Palacio de Gobierno.

Coordinación Nacional de los Círculos Bolivarianos

Equipo Nacional de Educación y Dirección Política. La Ofensiva de Masas, la Organización Popular y el Problema del Poder




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Carlos Armando Lazo García


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