En el Antiguo Testamento en Hebreo, figura un mito, conocido como EL ARCA DE NOÉ. Según este mito, que algunos atribuyen a otro mito Sumerio, Yahvé observando que las personas en la tierra tenían conductas libertinas y había mucha violencia entre ellos, decidió acabar con esta humanidad. Le ordenó a Noé, por ser el más “justo y recto de los hombres”, que construyera una embarcación y en su interior metiera a su esposa e hijos, distintas especies animales y alimentos para todos, pues durante cuarenta días y cuarenta noches, la tierra toda se inundaría con un terrible diluvio, y sólo los que se encontraran en esta embarcación se salvarían. Dicen que el suceso aconteció en el monte de Ararat hoy Turquía, pero pruebas no hay ninguna. Los mitos son necesarios, importantes y hasta maravillosos como factores de creación humana, de fuerza lingüística y de construcción cultural. Debemos degustar con delicias de los mitos, pero no creer en ellos.
Haciendo analogías, tomemos la crisis actual por la que estamos pasando en Venezuela, el comportamiento de los venezolanos (el consumismo patológico, las consecuencias del rentismo petrolero), y en particular los llamados “dirigentes”, y las políticas del gobierno. Reiterativamente el gobierno y sus voceros, sueles señalar, que “aquí cabemos todos”, y la oposición afirman que si ellos vuelven a ser gobierno “vamos a caber todo”, como si el país no los conociera precisamente como gobernantes, son cínicos. Que lo diga lo oposición, es comprensible, que lo afirme un gobierno que dice ir al socialismo, nos preocupa. Todos son revolucionarios en Venezuela. Volviendo al Arca de Noé, ¿cómo fue aquello, de que en una misma pequeña embarcación, convivieron en santa paz durante cuarenta días y cuarenta noches, personas y animales, algunos carnívoros, y unos no se comieron a los otros? Parece que la demagogia tiene siglos.
La machacona expresión de que “aquí cabemos todos” como si aquí no hubiera clases sociales, enerva. Nadie puede negar en sano juicio, los extraordinarios logros de este proceso chavista, como nunca antes vistos. Pero de buenas intenciones está empedrado el infierno. Afirmar que los históricamente opuestos; pobres y ricos, caben en condiciones de igualdad en un mismo país, es una salvaje mentira, casi en los límites de la traición. Siempre, los pobres han producido la riqueza, pero los ricos son quienes la disfrutan. Esta burguesía parasita, chula, apátrida, que se ha aprovechado de todos, absolutamente de todos los gobiernos habidos hasta ahora, que ha recibido y sigue recibiendo miles de millones de dólares, que tienen más de trescientos mil millones dólares fuera del país, que se han fagocitado lo mejor de la renta petrolera, no puede ser igual a Juan Bimbas (el mismo que un día demagógicamente usaran los adecos). Vienen tiempos difíciles para la patria, que le pasará a los ricos y que le pasará a los pobres. A la clase media le espera el barranco. El problema está, en que el fracaso del gobierno será el fracaso de los pobres y la reconquista del poder por los ricos. Hugo Chávez, siempre tuvo coraje (y lo que te conté….), para decirle al país la verdad. ¿Por qué el gobierno no nos dice la verdad de la crisis? ¿Cree realmente el gobierno que con medidas reformistas socialdemócratas, se salvará del “diluvio”?. ¿En verdad el “desarrollo” o “industrialización capitalista” del país, en manos de ESTA lumpenburguesía, nos conducirá al socialismo? ¿Genera o no plusvalía (explotación) el trabajo asalariado? El capitalismo está dando centenares de demostraciones, de ser un modelo terriblemente destructor de la naturaleza y de los humanos. ¿Cómo es esto de dos capitalismos, uno bueno y uno malo, uno humano y otro inhumano, y que el gobierno ha seleccionado “el bueno”?. “La verdad nos hará libres y la mentira su esclavo”. Nos quieren meter el contrabando del “socialismo de mercado”.
Este modelo rentista petrolero, se agotó. El capitalismo está sumergido en una crisis estructural profunda, que amenaza al planeta con destrucción de la naturaleza y de sus habitantes. Curiosamente, nuestro gobierno se empecina en apuntalar al capitalismo con medidas keynesianas y desarrollistas. Populismo y asistencialismo, es cuerda para su propio cuello. La nave chocará estrepitosamente contra el muro de la realidad, los pobres caerán en mayores sufrimientos, y los ricos a mejor vida.
Es sencillo ver los informes del Banco Central de Venezuela, para observar de inmediato, como en este proceso, de estos quince años, la burguesía ha logrado más riqueza que antes. (Hoy en el mundo, el 1% de la población es dueña del 48 % del PIB). En Venezuela, la mayor parte del presupuesto nacional, termina en manos de la lumpen burguesía “criolla”, incluyendo la boliburguesia nueva. La banca ( que debe ser nacionalizada), ganó el 13% más. Hay que ser bien iluso, para creer, que esta clase históricamente nacida al ritmo de la riqueza petrolera, de la corrupción, dedicada a las importaciones, los créditos blandos que con frecuencia ni pagan y otras maneras de aprovechamiento de clase, ahora sí, por fin, van a invertir en Venezuela, para dedicar su riqueza mal habida al “desarrollo” nacional. Sencillamente jamás han tenido esta práctica, y menos la van a tener ahora, cuando hay resortes del poder, como PDVSA, que ellos no controlan completamente.
Como siempre, tomaran los millardos en dólares, una parte la inyectarán en el dólar paralelo, otra en importaciones, y la mayor parte irá fuera del país. NOÉ se quedará esperando el “milagro”. Pero, la culpa no la tiene el ciego, sino el que le da el garrote. Que el 2015 nos traiga “felices y prósperas luchas de clase”. (Nos leeremos el próximo sábado)
