La Revolución perdió el rumbo

Vivimos en un drama, todo es un misterio y una mentira, solos los actores principales tienen la verdad absoluta, los restantes mortales vivimos un espejismo negativo, un holograma maligno, pero todo es falso, es la sensación que nos induce el Imperio a través de sus tecnologías de controlar la mente de todos los 7 mil millones de mortales. Los habitantes del planeta vivimos un teatro melodramático y una película de ciencia-ficción.

Si nosotros estamos viviendo es una etapa de alta tecnología, en qué país del mundo se da el lujo de comprar su comida a través de capta huellas o un equipo biométrico, ni los gringos que han ido a la luna tienen un sistema así. Nuestro adelanto no solo queda ahí, tenemos tantos recursos que alquilamos tierras en varios países para dedicarlo a la agricultura y a la cría de animales cárnicos para satisfacer nuestras necesidades alimenticias, entonces, cual es el asombro, esos alimentos deben ser transportados por barcos y llegan a través de los puertos. Por eso podemos decir con orgullo que tenemos soberanía alimentaria.

En nuestro proceso socialista, las empresas están dirigidas y administradas por el proletariado, un Estado obrero y como somos poseedores de los medios de producción y por tal razón el gobierno nacional su misión y política es la satisfacción a las crecientes necesidades materiales y culturales de toda la sociedad y cada uno de sus miembros sobre la base y los lineamientos del Plan Patria para desarrollar de manera continua y planificada de la economía nacional, de incrementar la productividad del trabajo social, de ahí la grandes producciones de la industria nacional y las empresas básicas de Guayana. Sin escasez, sin desabastecimiento y sin inflación. Ese era la vía a tomar, pero se retomaron las veredas de la cuarta república y aunque vergüenza da decirlo, nuestros gobernantes han cometidos errores y no corrigen ni aceptan la equivocación. Se consideran una caja e machete y los papás de los helados. El que hace la crítica y trata de corregir los entuertos es ignorado y defenestrado.

Tramoyistas, luminitos, utileros, funcionarios y ministros son los encargados de encantarnos como en una obra de teatro. Aquí todo está bien, igual paso con “el milagro agrícola” de Lusinchi, donde el campo se llenaba de paja y gamelote, la máxima felicidad lograda en Caldera II, cuando el ministro Petkoff decía "Estamos mal pero vamos bien." El libreto no debe repetirse, el pueblo exige respuestas ante lo robado y estafado d los organismos del control cambiario, llámense CADIVI, SITME, SICAD I y II, no podemos permitir que nos birlen nuestros sueños e ilusiones. No bastara para justificar el tiempo perdido con el verbo encendido y amedrentador, la perorata y la jerga rebuscada en el orador locuaz y el experto mitinero.

El soberano exige que los actores que sin rubor, con su magia se llevaron más de 21 mil millones de dólares y con ellos hagan desaparecer la esperanza en un santiamén, que se esfumen ríos de dinero en su provecho y con él montones de ilusiones.
Entre bambalinas los administradores, los directores de la tramoya, adulteran los resultados del INE y el BCV. La mayoría aun no despertamos de la resaca, es el momento de exigir que la máxima felicidad nos toque a todos los 30 millones de venezolanos. ¿Que hacer para transitar hacia el socialismo?


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Juan Linares

Ex-parlamentario regional. Especialista en Crisis. Temas Preferido: Ecología, Política Internacional y Laboral. Militante de Marea Socialista en el estado Bolívar.

 jlrlinares@gmail.com      @JuanLinaresRuiz

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