Conservar el gobierno, axioma elemental

Vuelve la burra al trigo! Pero no para darle palos a las piñatas de la fiesta histórica que nos ha tocado la suerte de vivir, deporte sin vibración ni adrenalina suplementaria preferido por bastantes "críticos" chavistas postchavistas, sino para redundar en problemas de base doctrinaria presentes en mi entorno inmediato.  Años haciéndolo, y no por no escuchado, fatigado, porque lo que pretendo hacer es darle valor social al oficio que me tocó ejercitar.  Que estos escritos regionales puedan extrapolarse con beneficio, es otra cosa.

Desde siempre los gobernantes de Mérida han vivido en una ciudad ilusoria, la conformada con los parámetros de la ideología merideña, desde sus formas remotas hasta las de la actualidad, colindantes con el fascismo.  Durante la colonia, salvo relativamente cortos períodos, los ricos merideños eran los menos pobres, pero no por ello la ideología que fueron conformando estaba libre de excedidos visos de explotación y discriminación contra sus casi semejantes… desde luego que las formas subsidiarias de capitalismo que tomaron forma y se sucedieron en la región acentuaron estas características basales de la ideología merideña.

Como en todas las formaciones económico-sociales, la ideología merideña, la de las clases dominantes de la "ciudad de los caballeros", con sus recurrentes peculiaridades locales, se trasfundió hasta la misma médula de la conciencia social de los explotados y segregados, hasta el punto de que el único modelo de identificación era el de quienes los sometían con groseros o sutiles mecanismos.  También, como en todas las sociedades, eso que llaman movilidad social (ostentosa expresión para calificar las ridículas oportunidades de ascenso entre clases) fueron utilizadas para enfluxarse y lograr los más íntimos anhelos de cualquier mortal merideño.

Esta historia debió trastocarse una vez que Chávez hizo visible, redimió, le dio sentido, recolocó en la historia, abrió a la desideologización al resquebrajar las bases burguesas, empoderó… al pueblo venezolano.  Una de las secuelas de este cambio cualitativo fue el ascenso al poder político de personas que no representaban el poder histórico; todo lo contrario, llevaban la expresa misión de subvertirlo, destruirlo y edificar la alternativa socialista.  Para esta obligación se dispone de la panoplia de armas teóricas acumuladas por el transcurrir de la humanidad sedienta de justicia y con el mejor legado que nos dejó Chávez, su prédica constante y el programa contenido en el Plan de la Patria

Esto por una parte, que por otra…

En medio del maremagno que atravesamos, tenemos que tener claro que para no naufragar es absolutamente imprescindible conservar el gobierno… que bogando, bogando, se terminará enderezando el rumbo hacia el socialismo.  Y para conservar el gobierno sólo hay una solución, gobernar distinto.  En la política de la historia universal reciente, la exacerbación de la ideologización (que no desideologización) en la etapa de agonía del capitalismo, se difuminaron las diferencias del modo de gobernar.  Sucede en la decadente Europa, donde los electores, ideologizados en extremo, ubican sus desdichas en quien encabeza el gobierno ideologizado del momento y, en la siguiente oportunidad, eligen otro que termina haciendo exactamente lo mismo, o casi, cayendo en un ritornelo frustrante.  ¿Hay diferencia entre el modo de gobernar del Partido Socialista francés del de la UMP?  ¿La habría con un gobierno encabezado por el FN?  (en este momento al presidente "socialista" francés lo apoya sólo el 17% de los franceses).  Las diferencias pasan a ser matices en cuestiones que no llegan al fondo de las necesidades de sus pueblos y de los del mundo.  Ni que hablar del caso español, iluminada vitrina de esta situación, ni de los casos latinoamericanos, donde el chileno destaca.

En nuestra realidad, en el ámbito municipal y estadal ha sido frecuente este comportamiento electoral resultado de la falta de real contraste entre el modo de gobernar de la derecha y la izquierda.  Si no lo hemos visto así, se debe a la negativa sistemática de abordar seriamente el análisis poselectoral, sin el cual causas y responsabilidades se diluyen sin consecuencias.  Alcaldes que fueron electos con el expreso encargo de encaminar a sus municipios hacia el socialismo, se enfluxaron, fueron devorados por la ideología y terminaron gobernando igual, con los mismos valores e idénticas soluciones de su predecesores de derecha.  No se crearon razones para un comportamiento electoral consecuente y fueron suplantados por alcaldes de la derecha.  Malo, muy malo, porque seguimos entrampados en la estrategia electoral burguesa, sin un Plan B a la vista.

Convencidos de la razón táctica de conservar el gobierno, desesperamos cuando las campañas electorales sólo se diferencian por la estética, los recursos invertidos y el toldo protector de figuras históricas y sus logros.  Fue el caso de la última campaña por la alcaldía del municipio Libertador, por sólo traer un ejemplo de los varios casos regionales.  Sin programa integral, con consignas vacías de todo contenido doctrinario que parecían construidas por una agencia mediocre de márquetin, apoyada fundamentalmente en el asistencialismo, pues se repartió a mansalva, entre otras, cosas un número considerable de kilos per cápita de jamón (ni cuando Mérida era productora y exportadora de jamón para el Caribe se vio tanto jamón)… que en buena parte fue acaparado por vivos y fue a parar a los restaurantes.  En esas condiciones, daba pesar ver a una muy buena candidata batirse por una alcaldía inalcanzable, a un partido parcialmente movilizado que manejaba hacia fuera un triunfalismo que ni lejanamente se sustentaba en la realidad… hasta le hicimos coro, para no desentonar.  Hay que decir, por poder demostrarlo, que tuvo más sentido y coherencia la campaña del candidato opositor, cuyo programa no se diferenciaba esencialmente del nuestro.  Se perdió alcaldía y se sufrió una derrota vergonzosa en el Concejo.

Sucedió así y no por falta de alertas tempranas, ni por la de voluntarios para meter una mano en la construcción de un programa de gestión apuntando a la realidad local, construir consignas doctrinarias dirigidas al grueso de  los electores y reorientar la campaña electoral.  La sordera política fue total y se despreció olímpicamente las ofertas de quienes sabíamos que nos humillarían electoralmente.

Lo dicho fue un caso de los resultados que se pueden esperar de no diferenciar esencialmente la forma de hacer política… ante ofertas semejantes, en condiciones políticas difíciles, sólo los adoctrinados, los patria-o-muerte, los mejor preparados políticamente… tienen claro por quién votar, a los demás les da lo mismo un candidato u otro.

Pero este sólo es un aspecto del problema.  Lo más grave reside en la exacta coincidencia entre determinados programas del gobierno revolucionario y los de la derecha más rancia del estado.  En este caso lo que es igual sí es trampa, porque es imposible políticamente coincidir se esa manera, y como la burguesía no da puntada sin dedal, certifico que quien está pelando es la izquierda gobernante. 

Nos veremos pronto, cuando sigamos planteando que la alcaldía del municipio Libertador y la gobernación de Mérida, antípodas políticos, puedan coincidir detalle a detalle en la manera de ver problemas, buscar soluciones, diseñar políticas y aplicarlas.  Uno de los dos entes está pelando, y no es la alcaldía ni los sectores sociales inmersos en ella.



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Fermin E Osorio C

Historifabulador socialista y antiimperialista.

 osorioc@gmail.com      @FrontinOso

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