El documento

El documento presentado por el Prof. Jorge Giordani estimo vale más por lo que sugiere, que, por aquello que directamente significa. Consideremos que las respuestas que ha suscitado deben ser razonadas bajo perspectivas que impongan una postura mas ecuánime que las reacciones airadas que ha motivado.

Aspiro que un tema como éste, reconozca otras posiciones de análisis menos maniqueas. La primera es considerar de quién se trata. Imposible ocultar que la vida de esta persona ha estado desde siempre dedicada a estudiar, analizar y enseñar y trabajar sin reserva alguna, en defensa y desarrollo de contenidos políticos que movilizan la izquierda del país y del continente.

Aunque en esta pieza que hoy entrega se siente mas dirigida a la emoción más que la inteligencia. Tal como sucede cuando se exhiben en un discurso los símbolos religiosos, su revelación enciende la fe de los practicantes. Obvio son palabras tomadas como insignias y como tal sirven. El problema de las palabras-insignias es que en algún momento alguien –un inoportuno- va a solicitar algo más de concreción. Y es ese efecto, precisamente lo que debe estar claro cuando se agitan panfletos para activar a los ciudadanos.

Aunque es menester clarificar que es imposible aceptar que se le mire como si tratara de algún inmaduro o inconforme o enguayabado que reclame con este acción por haber sido dejado de lado o fuera de una posición burocrática. Sería demasiado obvio.

Es sabido que él ha producido, en tanto Ministro del área económico, que yo sepa,- que no es mucho, por cierto- no menos de cinco documentos, haciendo comentarios críticos sobre algunas decisiones que han sido adoptadas por el gobierno, de los cuales no recibió ninguna respuesta.

Se le critica, no haber dicho esto antes, cuando era Ministro. Evidente que de haberlo hecho antes hubiera suscitado las mismas furias que hoy produce. Esto en parte debido a que nos hemos hecho muy reactivos a aceptar las criticas que se nos hacen.

¿Por qué surge este discurso de Giordani en este momento? Hacer ondas con estos contenidos no se explica sino por la realidad de un entorno de crisis económica, mas la conjura debida a la presunción de índices de corrupción –administrativa, política- destacados, el desabastecimiento, las degradantes colas, y evidente la baja de la popularidad e imagen del gobierno, todo lo cual hace propicio un ambiente de cruce de críticas y ajuste de cuentas, que el documento puede exacerbar.

Sin duda que él es en parte responsable del modelo económico vigente y de los efectos negativos que hoy padecemos. ¿Pero solo él

Diría Pedro Grullo: Un sistema o modelo económico sirve mientras es útil. Ostensible: el nuestro precisa hoy de serias reformas.

Quien diseño el esquema que hoy fenece deberá reposar en las cenizas de la historia. Paradójicamente los problemas complejos de muchas crisis, como la presente, tienen soluciones sencillas. Lo que falta es buscar en el lugar debido.

Sin duda que Jorge Giordani, tiene el honor e ser tenido como el mentor de Chávez, pero a la vez, se tiene como el creador de la política económica que tiene a Venezuela sumida en su crisis más grave desde hace década.

Su teoría que motivó 23 trimestres de crecimiento del PIB, como cualquier sortilegio ha agotado su magia. Ahora lo que viene es buscar la manera de lograr la renovación de la institucionalidad. Lo cual sin duda tiene que pasar forzosamente por el reconocimiento de los errores cometidos.

Mirar hacia otro lado. Poner cara de tabla, acudiendo al precedente de viejas calificaciones y glorias. O poner rostro de profundo y aseverar que se va a dar un golpe de timón, pero sin reconocer cuando y dónde se perdió el rumbo, sólo traerá consigo más desconfianza. Más desconcierto y el ensanchamiento del aburrimiento de nuestra gente del Metro.

Mientras sigamos manteniendo un país donde todo el mundo se sale del atoro gimiendo, dándose golpes de pecho para afirmar que no es el momento de buscar responsables. Es como declarar desde los íntimos recodos de la des-vergüenza, y la falta de pudor que ese momento de rendir cuentas nunca va a llegar. Salvo que es evidente la historia – cual fantasma reparador- llegará para reconocer la responsabilidad de quienes se equivocaron.

Y mostrarles el acumulado de tarjetas, amarillas y rojas que han ido atesorando. En este momento son muchos los que están atrapados en este Titanic. Es imposible la tarea de cuadrar las cuentas del presente con la herencia del pasado.

Sin duda al Profe, también, le falto algo de autocrítica. Espero que a nosotros no.

 



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Tulio Monsalve


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