La culpa es de los que escriben en Aporrea, si toda la culpa

Cuando se defiende el proceso de cambios que vive Venezuela se comienza hablando de un país de hombres y mujeres libres, de la derrota del analfabetismo, aumento de la matrícula universitaria, periódicos, radios comunitarias, etc.

Pero de repente sale uno que otro censor de oficio deseando acotar el pensamiento y de repente se comienza a acusar a los que hacen uso de la libertad y de su talento y de su accionar revolucionario. Dale que es piñata y comienzan las acusaciones y señalamientos “Que lo del fondo chino es culpa de Roland y lo del tráfico de cabilla es culpa de Nickmer y los pranes surgen por un texto de Acosta” y por ahí van los ataques.

Lo único cierto es que por suerte contamos con críticos que saben y comprenden que el momento de la crítica es ya y es cada vez que lo consideren por que aquella máxima de “tarde piaste pajarito” es hoy mas cierta que nunca se halaga que hoy millones lean y millones escriban, pero uno que otro censor sin paga, uno que otro buscador de leña verde desea hacerse notar como el adalid de los que para cualquiera es una metida de pata, el gobierno no necesita de estos seres que desean dar clases de ética a los que se atreven a criticar con argumentos lo que ellos consideran que debe ser criticado.

Es que acaso no basta con las clases cotidianas de intolerancia que da la derecha, para que además desde sectores que parecen aliados se ataque a los sectores críticos, será que la tarea es romper el espinazo de “opinadores” revolucionarios y colocarlos contra la pared.

Estos émulos de Joaquin Villalobos que creen que la tarea es solo el gobierno quien está defendiendo estas cosas o que Maduro hoy y Chavez ayer están impregnados de aquella falsa creencia de la infalibilidad de los Papas Católicos de la edad media. Yo soy un civil mas donde asumo que el poder ejecutivo tiene que tener el suficiente poder para ejercer sus funciones. Pero sin contrapesos la cosa no sería tan amable.

Sin contrapesos políticos, sociales, intelectuales, sin opiniones divergentes, sin anarco/sindicalistas, sin sectores críticos no hay revolución y todo se transforma en un ensayo general sin posibilidad de llevarlo a las tablas, si discusiones francas y honestas, sin la aplicación de la ley, no hay cambio posible. Aporrea es un puente donde la discusión es amplia, democrática y revolucionaria y desde donde se intenta enfrentar lo que a la vista de muchos no convence.

La democracia no es solo un acto de un voto y una elección la democracia es el ejercicio de los derechos en cualquier circunstancia, es igualdad de oportunidades, es el ejercicio de la palabra es la posibilidad de que los sectores populares y sociales, sindicatos, dirigentes campesinos se sienten a conversar con el gobierno como lo hace la MUD y FEDECAMARAS.

Mientras tanto seguimos despejando incógnitas y buscando claves secretas en crucigramas o declarando sacando a relucir leyes de López Contreras contra el anarquismo, el comunismo y otros ismos.

La palabra es piedra en catapulta el enemigo está enfrente y las purgas deseadas podrán darse entre aquellos que las practican, nosotros parafraseando a Chávez “Nosotros somos indios alzados, rebeldes, nadie nos va a callar, no nos van a callar” Eso somos…


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Yuri Valecillo


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