Hay una diferencia entre Burgueses y Oligarcas. Veamos

El capitalismo industrial se convirtió en el siglo XX en capitalismo corporativo o capitalismo globalizado o capitalismo transnacionalizado. Como quiera que se le llame, pasa por entender que el capital sólo subsiste acumulado, agregado, en montañas como las de Rico Mac Pato. La sabiduría popular lo entiende así: “dinero llama dinero”. Gráficamente se podría explicar poniendo muchas pelotas de diferentes tamaños en diferentes sitios y la ley de la gravedad nos revelará que la pelota o pelotas que tengan mayor tamaño, en su movimiento atraerán a las pelotas de menor tamaño. Es así como los capitales corporativizados transnacionalmente están en la capacidad de absorber a los capitales individuales, nacionales e incluso internacionales.

Es por eso que las burguesías nacionales tienden a desaparecer. Pero si es verdad que la clase social desaparece, la gente no lo hace; se transforman en las oligarquías, que son los herederos de los medios de producción, que no lograron dar el paso hacia la transnacionalización de sus industrias y cuyos capitales fueron absorbidos por las grandes corporaciones. Así, los hijos de los que antes pertenecieron a las burguesías nacionales se convirtieron en oligarcas, es decir, usaron las herramientas heredadas del dominio de sus antepasados en las relaciones de producción, para apoderarse del poder político, lo que les permitiría seguir conservando las prebendas que como clase dominante tuvieron en la industrialización. Son los que viven de lo que queda del poder que los políticos detentaban en los Estados nacionales.

Ahora bien, los burgueses son la clase social dominante del Capitalismo; es decir, son los dueños de los medios de producción, son los que explotan a los asalariados y son los que se quedan con la plusvalía. Y no existe hoy ni ha existido nunca algo tal como una “burguesía nacionalista”; existieron burguesías nacionales y ahora son la burguesía transnacionalizada, que tal como los capitales tienden a aglomerarse, a aglutinarse. Por eso se reúnen en grupos que deciden qué hacer y en qué momento tomar tales o cuales resoluciones. El capital hay que conservarlo en la menor cantidad de manos posibles. Para ello necesitan no sólo clases trabajadoras que hagan los pocos trabajos manuales que quedan, como por ejemplo la guerra cuerpo a cuerpo; también necesitan los capataces que dirijan a esa clase obrera y que se ensucien las manos con la sangre de los muertos pertenecientes a los cinco mil millones de población sobrante.

Allí entran en juego las oligarquías, esas si, nacionales, mientras los estados nacionales subsistan. Si los padres de los actuales oligarcas vivieron de explotar a los pobres, estos viven única y exclusivamente bajo la condición de convertirse en los principales funcionarios de estados transnacionales, que garanticen que las corporaciones tengan toda la libertad para mover los capitales de la forma en que mejor les convenga. Para eso necesitan arrebatar el poder político de las manos de los políticos, porque el poder político ya no tiene lugar y debe dar paso al poder económico, en la lucha por conservar el poder. Con esa idea convencieron a pueblos enteros de que la política era una enfermedad que había que exterminar y que lo mejor que podía suceder a la humanidad era que las naciones dejaran de existir y se convirtieran en corporaciones. La eficiencia es la consigna.

Lo único que no se dice es para qué la eficiencia. Porque sonaría muy bestia la verdad: que la eficiencia es para que los capitalistas puedan acumular cada vez más capital a costos cada vez menores. La vida no tiene valor alguno. El único problema es que todavía no han logrado sustituir por completo a los seres humanos por máquinas productoras de plusvalor. Porque lo que nadie dice es que las corporaciones no están hechas para dar cuenta de la vida; porque el capitalismo no es un modo de vida, sino un modo de PRODUCCIÓN. Pero a estas alturas, con la paradoja que ha creado el desarrollo científico tecnológico, por medio del cual la creación del conocimiento tiene velocidades de vértigo, los trabajadores empiezan a preguntarse cómo es que siendo las corporaciones tan eficientes, la vida se hace cada día más hostil.

Increíblemente, mientras eso sucede en el seno de las clases menos privilegiadas, los oligarcas no han entendido que ellos mismos están viviendo en un limbo entre el capitalismo industrial y el capitalismo corporativo, en el que más temprano que tarde tendrán que desaparecer, porque el capital tiende a acumularse y no se está acumulando en sus manos, sino en las manos de la burguesía transnacional, que los utiliza para aumentar la acumulación y rebajar los costos, de los que ellos son una buena parte.

Oligarcas TEMBLAD, no porque estemos cada vez más cerca del socialismo, que ojalá que así sea; sino porque mientras más nos tardemos en transformar el modo de producción en MODO DE VIDA, los oligarcas estarán cada día más cerca de tener hijos y nietos OBREROS o inclusive, pobres de solemnidad. Probablemente ahí se den cuenta del valor que tiene el Pensamiento Chavista.

¡¡ Con Chávez es con Maduro !!

¡! Venceremos Comandante !!


mohighpear@yahoo.com


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