Piedra angular para el éxito

Los valores y principios revolucionarios en un Consejo Comunal

Para el abordaje del tema que se presenta, se hace necesario, primero que nada, desentrañar los términos: valores y principios. A tales efectos, el concepto valores son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada organización social. Los principios, por su parte, son las actitudes o juicios consecuentes de los valores asumidos. En este sentido si el valor es la honestidad, el principio o juicio será siempre: no robar, no hurtar, entre otros…

En la vigente Ley Orgánica de los Consejos Comunales, específicamente en el artículo 3, han sido establecidos por el Legislador Nacional, sustentado en el Parlamentarismo de Calle, una serie de enunciados que tienen que ver con los valores en tal organización comunal. Son variados, pero todos son vitales para el excelente éxito de las ejecutorias colectivas de tan bonita expresión del Poder Popular. Veamos de manera breve cada uno de ellos:

La Participación: es una de las mejores garantías de permanencia de la democracia, pues si se participa se crea un vínculo entre nuestros ideales, valores y hábitos culturales, y ese lazo se traduce en compromiso valido con nosotros mismos y con la sociedad.

La Corresponsabilidad: es la aptitud compartida en todos los sujetos de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de los hechos, de las actuaciones realizadas libremente.

La Democracia: donde la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los miembros del grupo y nuca de cogollos o de conciliábulos.

La Identidad Nacional: conglomerado de acciones tendientes siempre a la protección de lo que somos, lo que hacemos, lo que hemos hecho, nuestras tradiciones y nuestra historia, para que cualquier “viento” no nos destruya.

El Libre Debate de las Ideas: estudio permanente de la teoría y la práctica correspondiente para la adquisición y fortalecimiento de la conciencia.

La Celeridad: para que las acciones del Consejo Comunal se lleven a cabo de la forma más sencilla y expedita posible, en aras de evitar dilaciones indebidas que mermen las alegrías y los anhelos del soberano.

La Coordinación: traducida en la participación activa y protagónica en forma articulada entre los ciudadanos, las organizaciones comunitarias, movimientos sociales y populares, en la procura del cumplimiento de los objetivos y matas del Consejo Comunal.

La Cooperación: la cual debe ser siempre internalizada como el obrar permanentemente en forma conjunta con otro u otros para un mismo fin.

La Solidaridad: acción humana de carácter horizontal, sin esperar nada a cambio, para ayudar al congénere a superar las dificultades que se les presente.

La Transparencia: actuación objetiva, clara, organizada, metódica y siempre pública en el cumplimiento del deber ser.

La Rendición de Cuentas: acción individual y/o colectiva donde se detallen las atribuciones, las tareas y las diligencias desarrolladas, a través de una memoria y de unas cuentas que vislumbren la armonía entre el ser y el deber ser.

La Honestidad: recato y fiel cumplimiento en el manejo de los recursos, de las atribuciones, de las tareas sean éstas económicas, financieras o de otra índole. La verdad sobre todas las cosas.

El Bien Común: conjunto de posibilidades que deben propiciar en este caso el Consejo Comunal a cada ser humano de la comunidad, para que éste logre desarrollar sus aptitudes, logre cristalizar sus sueños y sus esperanzas en función del colectivo.

El Humanismo: donde veamos, sintamos y consideremos al ser humano como un ser hijo de Dios, como un sujeto de Derecho y nunca como un objeto del derecho.

La Territorialidad: debe ser comprendido en el Consejo Comunal como el sentido de pertenencia, como el conocimiento claro con respecto al espacio geográfico que compartimos.

El Colectivismo: donde los objetivos y las metas que se desarrollen y se cumplan sean la expresión del pueblo, sean los lineamientos del colectivo y nunca de los “cogollos” que tanto daño han hecho a las comunidades.

La Eficacia y Eficiencia: La eficacia como la capacidad de lograr, en forma compartida, el efecto que se desea o espera con el cumplimiento de las fases delineadas; la eficiencia como la virtud para lograr lo que se espera, pero siempre con el valor agregado, tal como la generación de empleo, el sentido de pertenencia, la racionalidad en el gasto, entre otros.

La Ética: instrumento científico del correcto y siempre deber ser, donde los anti valores no tengan nunca más cabida.

La Responsabilidad Social: virtud cristiana, sustentada en la libertad, para responder debidamente de las acciones frente al colectivo.

El Control Social: ejecución constante de manera preventiva, durante y posterior de acciones tendientes al cumplimiento con valores de las responsabilidades de rigor, en función del colectivo: que los objetivos y las metas se cumplan con el apego irrestricto a los valores y principios.

La Libertad: comprendida como la aptitud que debe poseer, en el caso que nos ocupa, cada miembro del Consejo Comunal, para poder obrar según su propio albedrio, según su voluntad y con la consecuente responsabilidad de sus actos.

La Tolerancia: la cual no puede ser entendida como la resignación al fracaso y a los improperios del congénere, debe ser asimilada como la actitud individual o colectiva de carácter permisivo y racional ante o frente los pensamientos, consideraciones y pareceres del congénere, en función de la verdad y del interés colectivo.

La Equidad: aplicación humana de la justicia en el caso concreto, con la toma en consideración de todas las circunstancias que rodean el hecho y en el accionar comunitario.

Justicia e Igualdad Social y de Género: la justicia como reina de las virtudes, acción permanente de dar a cada quien sus necesidades y el de pedir a cada quien según sus capacidades; la igualdad social y de género, donde no se distingan los particulares muy propios de los humanos: raza, sexo, color, religión, entre otros.

Ahora bien, después de haber enunciado los particulares de cada valor pero de manera precisa, se hace necesario reflexionar sobre su importancia, de su justa ponderación en cada uno de los Consejos Comunales, pues de nada valdrá el esfuerzo del Presidente de la República y de los diversos organismos tanto públicos como privados y de cualquier nivel para la transferencia de innumerables recursos, si se carece del fiel cumplimiento de los valores que obligatoriamente deben cumplirse.

Muchas Gracias. Dios les pague siempre.

Nicolás Alberto Paredes Peña
niko_paredes@hotmail.com


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