Sucedió en 1987.
La Organización de Unidad Africana se reunió en Addis Abeba, Etiopía, en los últimos días de ese caluroso julio. Y allí estaba. Con su uniforme caqui y su fuerte sentido del humor, Thomas Sankara, el revolucionario presidente de Burkina Faso, el Che Guevara de África, hizo su último discurso y se apoderó de los corazones de los pobres y explotados del mundo. Para siempre.
“No podemos pagas la deuda. Primero porque si no la pagamos los prestamistas no morirán. Eso es seguro. Pero si pagamos, nosotros sí moriremos. Eso también es seguro”, dijo. Y siguió diciendo: “Los que nos condujeron a endeudarnos jugaron como en un casino. Mientras tuvieron beneficios no hubo discusión. Pero ahora, cuando sufren pérdidas, exigen el pago. Y hablamos de crisis. No, señor presidente, jugaron y perdieron. Son las reglas del juego y la vida sigue adelante”.
Pero Sankara sabía demasiado bien que no podía reisistir él solo. Y por lo tanto rogó a los demás jefes de Estado africanos que siguieran su ejemplo: “Si Burkina Faso está sola en su negativa de pagar la deuda, no estaré aquí en la próxima Conferencia”, dijo, proféticamente. Y todos rieron…
Es lo que pasa actualmente.
El Parlamento griego se reunió el domingo por la noche (la madrugada del lunes, para ser exactos) para votar el nuevo memorando que impondría más austeridad a las clases media y baja del país que ya se debaten en dificultades. Sería a cambio de otro préstamo, del cual por lo menos un 70% se gastará para pagar intereses de anteriores deudas. La sesión fue orquestada por un gobierno nombrado (no elegido), -dirigido por un primer ministro banquero (tampoco elegido)– en el que se encuentran, entre otros, elementos de extrema derecha.
Las nuevas medidas incluyen una reducción de un 22% del salario mínimo (32% para los menores de 25 años), 15.000 despidos en el sector público en 2012 y 150.000 hasta 2015 (¡y eso en un país con una tasa de desempleo de un 20%!), recortes en los servicios públicos (salud, educación, bienestar social), la privatización de (¡lucrativos!) activos estatales, más una garantía de que las nuevas medidas se implementarán sea cual sea el mandato popular en las elecciones de abril, como decretó recientemente “Su Alteza” Wolfgang Schäuble.
Frente al Parlamento cientos de miles de personas (incluidos los héroes de la resistencia griega Manolis Glezos y Mikis Theodorakis) se reunieron para mostrar su oposición al memorando, la Troika, el paradigma económico dominante y la propia clase política del país. Su voz, un eco proveniente de Addis Abeba y desde lo profundo de los tiempos: “Si no pagamos la deuda, los bancos y la Troika no morirán. Es seguro. Pero si pagamos, nosotros sí moriremos. Eso también es seguro”,
No importa, parece. El memorando fue aprobado por el Parlamento, pero ahora la Troika teme que pueda ser revocado por el mandato popular en las elecciones de abril. Por eso los acreedores están modificando sus objetivos para el gobierno griego, en un intento patético de retardar el pago del próximo rescate hasta que el nuevo gobierno griego también prometa fidelidad al memorando, después de las elecciones.
Temor al pueblo. ¡Y viva la democracia!
Thomas Sankara, el hombre que creía que se puede asesinar a los revolucionarios pero no sus ideas, no llegó a la siguiente Conferencia de la Organización de Unidad Africana. Fue asesinado tres meses después de su famoso discurso de Addis Abeba.
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Fuente: Roarmag.org
Leonidas Oikonomakis es activista y miembro del grupo de hip hop "Social Waste". Es licenciado en letras en Estudios Internacionales y Europeos de la Universidad de Pireus (2005) y posee una maestría en Desarrollo Internacional: Pobreza, Conflicto y Reconstrucción de la Universidad de Manchester (2006).
Fuente: http://www.zcommunications.org/parallelisms-sankara-the-hero-who-defied-his-creditors-by-leonidas-oikonomakis-1
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=145127
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