Socialismo científico V

Para quienes luchamos por la igualdad, la equidad, la libertad, el sueño de otra comunidad, los hombres y mujeres que hacemos esta historia estamos lejos de saber cómo la hacemos; todavía delegamos y nos dicen lo que es mejor para nosotros. Hegel decía “que una época se conoce solo hacia el final” ahora supongamos que Fukuyama tenga razón con su teoría sobre “el fin de la historia” vivimos el ocaso del sistema capitalista-imperialista justo cuando este está a punto de dominar el planeta...

Construir un socialismo requiere nuevas enseñanzas sobre las condiciones políticas que requiere la gestión económica. La importancia de la relación entre política y economía emerge con fuerza después que la economía política global destruyo la ideología económica que antes marcaba fuertes diferencias, la globalización trajo similitudes en las formas que Europa, EEUU, Asia y América Latina, enfrentan la crisis con ciclos de expansión y restricción de intensidad y duración y de cómo a las economías emergentes nos afecta la crisis en la capacidad de gastos que, para los países con procesos al socialismo comprenden políticas redistributivas que privilegian el desarrollo social mediante fuertes inversiones públicas para sostener liderazgos y beneficiar al pueblo.

Esas fuertes inversiones no significan una distribución justa y aunque ha mejorado mucho la igualdad sigue estando mal, pero, considerando que, algunos países en América Latina la situación es peor podríamos decir que en Venezuela, la distribución es regular. Por otro lado, hasta no entender de mejor manera lo complejo que resulta medir la distribución y más difícil estudiarla ahora que el índice de desarrollo humano ajustado por desigualdad (IDH-D) de Naciones Unidas incorpora el grado de desigualdad en el acceso a los componentes que determinan el nivel de desarrollo de las personas de una sociedad con la esperanza de vida al nacer, los años promedio de educación con los años de instrucción ofrecidos por el Estado, el ingreso nacional bruto per cápita que a su vez determinan salud, educación y estándar de vida, en desigualdad creo yo.

Estos mecanismos se prestan como las leyes para que sean interpretados y ajustados de acuerdo a los intereses políticos del momento por los diferentes actores en la sociedad; para el pueblo, su realidad hace que la distribución, para que deje de ser injusta, requiere que el ingreso de los pobres aumenten más rápido o al menos igual que el de los ricos, de ninguna manera esto significa que los pobres dejaran de serlo o que los ricos se vuelvan pobres simultáneamente, significa que la distancia se redujo; esto para tranquilidad de los políticos que juegan con la pobreza utilizándola cuando les ayuda.

Para una transición al socialismo las leyes que ayudan al pueblo no se pueden tardar tanto, se pudieron decretar años atrás, sin embargo, se las promulga ahora para reelegirse y, el pueblo tendrá que esperar otros 5 años para otras 4 leyes que ayuden en la transición al socialismo, eso no es socialismo científico es empírico. Convertirnos en defensores de las dinastías políticas no es para nada ser socialistas. Los revolucionarios socialistas no estamos convencidos que esa práctica sea la mejor democracia porque el sectarismo y los dogmas abundan en el gobierno.

Las épocas en que la distribución empeoro coinciden con las épocas de alta inflación, es por demás evidente que los pobres no tienen mecanismos para defenderse de los estragos que producen los aumentos de precios en los productos de consumo masivo y la especulación relacionada con el crecimiento país y la injusticia en la distribución para medir la desigualdad social.

En los años de buen crecimiento económico la desigualdad tiende a caer y en los años de estancamiento tiende a crecer a pesar que, el crecimiento debería reducir significativamente el desempleo solo sube los sueldos beneficiando relativamente a los que tienen salario fijo, relativamente, porque, la especulación se lleva el mayor porcentaje del incremento y sin tocar para nada el subempleo utilizado como comodín político cuando se miden las tasas de empleo y desempleo.

Cambiando el tema al plano interno con la ideología es un alivio ser crítico, la crítica te permite ver más allá de la demagogia y de las inmaduras novelerías de nuestras instituciones para solicitar un cambio integral, a fondo, revolucionario, sosteniendo una línea de coherencia contra el golpismo, el burocratismo y contra los falderos llenos de discursos intrascendentes en la Asamblea o por el asunto de la lealtad interpretado o mal interpretado según conveniencias cuándo las leyes son violadas continuamente.

Integramos una sociedad transgresora y permisiva, las normas que nos rigen que deberían ser respetadas por todos son una plastilina, las alargamos y las adaptamos al calor de los intereses encubiertos e inconfesados, no se puede cortar ese círculo vicioso nefasto e interrumpido que nos lleva a la violación desvergonzada de un proceso revolucionario, acoplándonos en última instancia, con aceptación pasiva a la impunidad especulativa e inflacionaria como a la ignorancia politiquera del partido y del Buro; ignorancia y sectarismo frena el enorme gasto público que ayuda a las mejoras sociales porque la gente no gana en conocimiento y convicción a pesar de saber leer y escribir.

Conocimiento y convicción, crecimiento económico sin pausa en estos últimos años, distribución injusta si lo que se busca es reducir la distancia entre desigualdad e igualdad sosteniendo así como está la equidad en los subsidios y en la repartición de los ingresos del país, sin embargo, lo más lamentable, la demagogia hace que a cada rato nos auto golpeemos porque no practicamos el cambio, el capitalismo, el neoliberalismo y nuestra política exterior temerosa a las sanciones de la comunidad internacional nos obliga a traicionarnos y siguen imperantes porque no nos atrevemos a dar el salto al socialismo sugerido por las necesidades económicas y sociales, sugerido por la geopolítica regional y por muchos revolucionarios en discusiones ideológicas, idiomáticas, conversatorios, intervenciones y soberanías, respecto a lo que ocurre en otros lados y ocurrirá en Irán o Venezuela.

Hasta eso, cambiamos o seguimos con las medias tintas revolucionarias.

rcpuma061@yahoo.com



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Raúl Crespo


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