La tragedia para la Iglesia católica desde Roma, ha sido estar en los remolques del imperialismo interrumpiendo la investigación social, perdiendo como Iglesia su significación más profunda acaparada y manipulada por el capitalismo, por los partidos políticos de extrema derecha, por la clase oligarca, no tiene autoridad moral ni espiritual para pregonar la liberación en nombre de Dios.
Mons. Leónidas Proaño, para mí, solo Leónidas, desde que lo conocí en 1974 “este es el Chimborazo de Bolívar y Manuela Sáenz, por aquí pasaron, esta es la casa donde descansaron” me dijo un día recorriendo la ciudad empedrada en su célebre Volkswagen. Perseguido por la dictadura ecuatoriana, por el Vaticano, por la CIA y por la ignorancia popular influenciada por los terratenientes, medios de comunicación al servicio de la burguesía, lo acusaban de ser comunista, Leónidas nunca se amedrento a pesar de los intentos por agredirlo o expulsarlo de la Diócesis de Riobamba, siguió adelante con los indígenas y los más pobres organizándolos.
El Obispo Leónidas Proaño jamás circunscribió su misión al terreno teórico, administrativo o jurídico, por considerar un freno para la gente humilde y hasta tímida, considero importante el establecimiento de estructuras de acción para estar más cerca de ellos en el campo, estructuras más humanas y menos opresoras para la gente pobre.
Expulsado del colegio Don Bosco de Quito no podía estudiar ese año, fue la sanción impuesta por el poder católico, alejado de la Iglesia y trabajando en el Oriente ecuatoriano, circunstancias de vida me llevaron a conocer a Leónidas en Riobamba, me hospedo en la casa hogar Santa Cruz, hogar dedicado a convivencias, seminarios y reflexión. Leónidas lo fundó en el año 1968.
En ese sitio fue capturado en 1976 junto a otros 14 obispos y más sacerdotes de América Latina incluidos de Estados Unidos, estaba de moda el estudio de la teología de la liberación y la lucha frontal contra las dictaduras que apresaban toda la región. Leónidas, era un ferviente defensor de la teología de la liberación y del progresismo.
En agosto de 1968 en la segunda reunión general del episcopado iberoamericano nace en Medellín, la teología de la liberación (hasta hoy se discute si su nacimiento fue en Sudamérica o en Europa) movimiento liberacionista por la situación de miseria, injusticia y opresión, en la que sobreviven los pueblos de América Latina, por la influencia imperialista que crea monstruosas condiciones de dependencia.
Paulo Freire, Giolio Girar di, Gustavo Gutiérrez, Paul Blanquart, son considerados los principales teólogos de la liberación y la multiplicación de sociedades católicas prerrevolucionarias como el grupo Golconda colombiano fundado en 1968, iba tras los pasos de los pensamientos del padre Camilo Torres del ELN muerto en combate en 1964. El grupo ONIS en Perú fundado en 1970; sacerdotes para el tercer mundo en Argentina; Iglesia joven en Chile; Comunidad de Cuernavaca en México, Cosdegua en Guatemala, National Federation of Prites-Councils en EEUU, y la proliferación de sacerdotes de acuerdo en cambiar la Iglesia del Vaticano, para hacerla más accesible al pueblo como Romero en El Salvador, Cardenal Nicaragua, Leonardo Boff Brasil, Luna Tovar y Leónidas Proaño Ecuador, y muchos otros con los cuales me disculpo por omitir sus nombres en este articulo, quienes después del golpe en Chile en 1973 y la posterior represión en todo el continente se vieron obligados, los que no fueron asesinados por las dictaduras, a protegerse en el exilio.
Invitado por organizaciones populares de Quito, Leónidas celebro una misa por el primer aniversario del asesinato de Allende, aprovecho la ocasión para condenar el genocidio brutal de Pinochet, invitando a los pueblos a defenderse, llamo la atención una vez más de inteligencia política de la dictadura militar.
Leónidas decía cosas como esta “el ejército tiene métodos de domesticación” Leónidas era un amante de la verdad, le gustaba al pan pan y al vino vino, detestaba las medias tintas o la hipocresía, en una ocasión dijo “ los indios como tú los llamas tienen dos lados, el lado culturalizado mestizo y su lado rebelde, yo amo este último, porque, han resistido a los españoles, a la aristocracia liberadora de Bolívar, a los misioneros, a nosotros la Iglesia, se resisten a todo, amo esa rebeldía, acuérdate, pasaran otros 300 o más años y no darán su brazo a torcer”
Fundó el periódico La Verdad, el hogar Santa Cruz y Tepeyaj, en donde se formaban lideres indígenas y campesinos hombres y mujeres, el frente solidaridad, la organización de mujeres OMCH, la cooperativa de vivienda popular, las comunidades eclesiásticas de base CEB, la organización política de los indígenas MICH, la escuela radiofónicas populares del Ecuador ERPRE, el semanario La Verdad, la revista Mensaje, el centro de estudios sociales CEAS.
Nació en 1910 en San Antonio de Ibarra en la provincia de Imbabura, ordenado sacerdote en 1936 en Quito, en 1944 funda la librería CARDIJH, de allí en más siempre inauguraba algo que serbia a los pobres como a la sociedad. Se retiro por mayoría de edad sacerdotal en 1985, en 1988 muere en la casa sagrado corazón de la Armenia. Que dolor tan grande siento hasta ahora no haber estado allí cuando murió por encontrarme en el Oriente ecuatoriano y colombiano.
En 1985 cuando el Papa Juan Pablo II visito Ecuador, en Latacunga, Leónidas fue declarado el “obispo de los indios” por el máximo jerarca del Vaticano, a pesar que la Santa Sede lo investigo por graves denuncias orquestadas desde la nunciatura y por la jerarquía eclesiástica de la época, también fue candidato al Nobel de la paz, a lo que no le dio mucha importancia.
En 1987 pasamos unos días juntos con gente del MIR (movimiento izquierdista revolucionario de Chile) y un camarada tupamaro uruguayo, hablamos sobre lo que parecía se freno la teología de la liberación y la proliferación guerrillera en Colombia y Centro América, la necesidad de luchar por el cambio y, como su trabajo con los indígenas se podía perder, “no lo soportaría, no se puede defender la propiedad privada con un dogma cuando la tierra que es para todos donde mueren de hambre las tres cuartas partes de hombres, mujeres y niños es utilizada solo por el feudalismo, eso es traicionar a un pueblo que nació libre que no tiene trabajo y cuando lo tiene es explotado. El Dios de la Iglesia no debe ser el dinero ni lo material”.
Lo importante es que no se detenga la solidaridad apoyada por la teología de la liberación y su amor evangélico que impulsa a nuestros hermanos de Latinoamérica a dar su esfuerzo hasta su sangre en esta enorme tarea; habrá fallos pero todo es corregible con buena voluntad. Ante Dios, la sinceridad de quienes se entregan a los demás sin medida es garantía de autenticidad liberadora evangélica y es una elocuente instrucción para la Iglesia”.
Luego agrego “Jesús dejo a la Iglesia tareas que hacer con su ejemplo para mejoras sociales no solo cambiando la estructura sino los corazones para que la humanidad no sea esclavos unos de otros” No te apartes de la Iglesia Raúl, me aconsejo, fue la última vez que lo vi en Quito.
Que Dios te guarde camarada Leónidas.
De paso breve por Ecuador, después de haber estado en el exilio por 6 años visite a 3 sacerdotes que acompañaban a Leónidas, Agustín Bravo secretario general de la curia de Riobamba, lo conocí brevemente unas 2 o 3 veces, hoy con 93 años me dio gusto saludarlo, tremendo sacerdote de izquierda “yo no doy la bendición me dijo” después de conversar sobre la teología revolucionaria. La hormiguita, padre Modesto Arrieta Chávez, secretario particular de Leónidas, hizo posible este articulo a través de su libro “Mons. Leónidas E. Proaño, algunos hechos de vida” hoy con 80 años y el sacerdote Estuardo Gallegos, tremendo radical liberacionista, cada uno luchando por la causa del cambio, a ellos mil gracias por su colaboración, que gusto oírlos y conversar. Leales a Leónidas y a sus ideales se esfuerzan por mantener vivo su trabajo.
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