Es mi intención continuar contribuyendo, a través del intercambio de ideas, pensamientos y propuestas, con el debate referente a las cinco líneas estratégicas de acción política. En el artículo anterior expuse algunos criterios acerca de la primera de éstas: “De la cultura política capitalista a la militancia socialista”. Esta vez corresponde profundizar en la segunda línea: “Convertir la maquinaria en un Partido – Movimiento al servicio de las luchas del pueblo”.
Si bien, sobre la primera línea estratégica expuse que es la que puede derivar el éxito de las otras; la segunda supone entonces, la estrategia que debe ser aplicada con más contundencia, en el menor tiempo posible, ya que de ella dependerá, en gran medida, la continuación de la Revolución Bolivariana en el país.
El desarrollo explicativo de esta línea estratégica de acción, en el documento presentado por el comandante Hugo Chávez, me lleva a desarrollar mi exposición en dos vertientes. La primera se refiere a la imperiosa necesidad de posicionar al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), como un instrumento para la transformación de la sociedad, más allá de ser solo, como hasta ahora, una eficiente “maquinaria electoral”; y la segunda, a hacer un llamado consciente a toda la dirigencia para que apunte su artillería revolucionaria hacia la formación ideológica, la formación de verdaderos cuadros políticos bolivarianos y a la educación integral de toda la militancia, dado que nuestro partido se va consolidando como una organización de masas y de cuadros.
Dice el documento dentro de esta segunda línea: “Optar por la lógica del Partido – Movimiento implica posicionarse dentro de las masas populares, estableciendo y desplegando una amplia política de alianzas con las diversas formas de organización popular, incluyendo los sectores patrióticos y democráticos de las clases medias, apoyándolas e invitándolas a poner su talento y conocimiento al servicio de la construcción de una sociedad del buen vivir para todos y todas”.
Es por ello camaradas, que no podemos conformarnos con activar nuestras fuerzas políticas como partido, sólo cuando se acerca una contienda electoral. Nuestra conciencia del deber social, desde la trinchera que nos haya correspondido para la lucha a cada uno(a) de nosotros (as), debe mantenerse activa y en constante conexión con las bases populares, con el pueblo mismo. Es esta acción permanente, que además, debe ser oportuna, eficaz y eficiente, la que puede garantizarnos seguir perfeccionando ese nexo que debe existir entre Partido, Gobierno y Poder Popular. Garantizarnos un PSUV en constante movimiento y en contacto permanente con las masas populares.
Pero considero, que muy flaco favor haríamos a la construcción Bolivariana, si sólo nos limitásemos a transformar condiciones materiales de vida y satisfacer las necesidades individuales en el pueblo (sin que eso signifique que no es importante); y dejásemos de lado la formación ideológica y la alimentación constante de nuestra Conciencia Revolucionaria. El Partido-Movimiento debe ocuparse de ese ámbito, indudablemente.
De allí la segunda vertiente: la formación de los verdaderos cuadros revolucionarios y de toda la militancia del partido. En la visión de Antonio Gramsci, los cuadros establecen el componente elemental de un Partido Político Revolucionario: “"Se habla de capitanes sin ejercito, pero en realidad es más fácil formar un ejercito que formar capitanes. Tan es así que un ejercito ya existente sería destruido si le llegasen a faltar los capitanes, mientras que la existencia de un grupo de capitanes, acordes entre sí, con fines comunes, no tarda en formar un ejercito aún donde no existe".
Sin duda que la metáfora de Gramsci aplica magistralmente dentro de la concepción que todos y todas como dirigentes y militantes del PSUV, debemos asumir. Tiene, indudablemente que ver con la ideología y con la cultura. Por ello mi llamado consciente a seguir formándonos y educándonos en función de convertirnos en ese “militante socialista”, del que habla la primera línea estratégica, (de los capitanes de los que habla Gramsci) porque en la medida que nos sigamos formando y asumamos con el alma, la mente y el corazón, los preceptos revolucionarios, como bolivarianos, zamoranos y robinsonianos, seremos capaces de involucrarnos, como parte del trabajo político, con “el ser común”, que no es más que aquel compatriota indiferente, aquel compañero o compañera que aún no ha sido convencido de que este, el Socialismo Bolivariano, es el único camino posible para alcanzar el bienestar y la “mayor suma de felicidad posible”.
Sin duda, que hemos avanzado en el nivel de formación de nuestros cuadros y de nuestra militancia, pero realmente tenemos que avanzar más todavía en ese campo. Eso requiere esfuerzo, sacrificio, dedicación; y mucha voluntad. Tenemos que seguir superándonos en los dos aspectos: en lo ideológico y en lo educacional; tenemos que trabajar en los dos sentidos. Hay que seguir elevando el nivel ideológico y educacional de los cuadros y de la militancia del partido, para ser, cada día que pase, más sólidos política y educacionalmente. Hay que ser sólido políticamente para combatir a nuestros enemigos históricos, para combatir con éxito a las ideologías reaccionarias, a los prejuicios y a los oscurantismos.
Podría decirse entonces, que la formación ideológica y la conformación de verdaderos cuadros revolucionarios, es la vía más expedita para seguir avanzando en la consolidación de un verdadero Partido Revolucionario, que no sólo sea reconocido en el país y Latinoamérica como el más numeroso, el conformado por una gran cantidad de militantes, sino que seamos reconocidos como un verdadero Partido de masas y de cuadros. Escribió en una oportunidad también Gramsci: "Somos una organización de lucha, y en nuestras filas se estudia para aumentar, para afinar la capacidad de lucha del militante y de toda la organización; para comprender mejor cuales son las posiciones del enemigo y la nuestra; para poder mejor adecuar al militante a nuestra acción de cada día. Estudio y cultura no son para nosotros otra cosa que la conciencia teórica de nuestros fines inmediatos y supremos y del modo como podremos ligar traducirlos en actos."
Es pues, el Partido-Movimiento, un reto ineludible para toda la militancia del PSUV y para los partidos de la alianza patriótica, porque nos une un mismo pensamiento, un mismo fin. Debemos trabajar incansablemente todos y todas de la mano, entrelazados, con el pueblo, porque es éste el que, finalmente, dictará el camino de la patria. Pero está en nuestras manos el convencimiento definitivo de todo el pueblo por la Revolución y el Socialismo; que le nazca de lo más profundo de su pensamiento y de su ser. Ese convencimiento consciente de la gran mayoría será la garantía de la consolidación del Socialismo Bolivariano. Compartamos con Gramsci, estos pedimentos imperativos: “Instrúyanse, porque necesitaremos toda nuestra inteligencia. Conmuévanse porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitaremos toda nuestra fuerza”.
Patria Socialista o Muerte
Venceremos!!!
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