Lewis Carrol…
Los derechos civiles y políticos,
en todos los tiempos, han sido armas usadas por los revolucionarios
para defender los intereses del pueblo. Gracias a los derechos civiles
que respetaron algunos dignos militares de la IV República, Hugo Chávez,
junto a los demás participantes en la rebelión militar del 4F, fueron
procesados a pesar de la presión de factores de la derecha de la época,
fueron amnistiados ante la presión popular y la necesidad del gobierno
de Rafael Caldera de mejorar su imagen pública. Pero en la IV República
también hubo una violación de todos los derechos civiles y políticos
de todo el pueblo venezolano, esto no paró para que Chávez triunfara
en los comicios del 6 de diciembre de 1998; fue la única vía que dejó
abierta: la insurrección armada del 4F de 1992.
La Revolución Bolivariana
nació, precisamente, para restaurar todos los derechos civiles y políticos
del pueblo pisoteados durante la IV Republica. Vino por el respeto a
las libertades democráticas, el gran factor que movilizó, unió y
dio fortaleza a todo el proceso revolucionario encabezado por Chávez,
que después devino en antiimperialista y luego ha proclamado la intención
de construir el socialismo. Doce años han transcurrido ya.
Venezuela es signataria de
los pactos de los derechos civiles y políticos y de los derechos económicos,
sociales y culturales, por mandato constitucional. La Declaración Universal
de los Derechos Humanos, aún es desconocida por muchos funcionarios
venezolanos; algunos, por los que todavía parece no haber pasado la
Constitución de La Republica Bolivariana de Venezuela, la consideran
'burguesa', mientras otros creen que la aplicación de sus preceptos
en Venezuela debe condicionarse al los derechos del pueblo venezolano
en rehenes de la política del gatopardo.
La soberanía del pueblo venezolano
no es negociable. La versión estalinista de socialismo que quiere ganar
terreno en Venezuela desde el 2007, parte de una concepción burocrática
estatista, anti libertaria y anti socialista de los derechos humanos,
que tiende a limitarlos, como una garantía del control estadal sobre
la sociedad, cuando debería ser al revés: la sociedad ser quien controle
a las instituciones del estado venezolano.
Hay que erradicar esa concepción
de la 'dictadura del proletariado', como lo es el control institucional
de un partido sobre toda la sociedad, que administra un capitalismo
de Estado obsoleto, muy distante de la idea original de los clásicos
del marxismo de la república democrática de los trabajadores asociados
(la sociedad más democrática y libre), que impide, donde se ha aplicado,
la socialización de la propiedad, el poder y las decisiones, posibilitando
que la burocracia, generada naturalmente por el control del estado sobre
la economía, ponga los órganos de represión creados por el mismo
estado para combatir la contrarrevolución, en función de custodiar
su poder absoluto sobre la economía, la política y la sociedad, ejerciéndose
la dictadura no solo contra el enemigo de clases, sino sobre el propio
pueblo trabajador.
En Venezuela no se puede repetir
la amarga experiencia del llamado socialismo 'real'. Hay que aplicar
los cambios que promueve el socialismo participativo, protagónico y
democrático en lo económico, político y social, plasmados en la CRBV.
Avanzar en este proceso bolivariano
requiere de un profundo trabajo de concientización, de educación
política e ideológica, tanto del PSUV, como de la propia clase trabajadora.
Pero cómo hacer el socialismo sin trabajo político, si el aparato
político de la revolución bolivariana no entiende, que la necesidad
de este proceso, debe estar dispuesto a realizar este trabajo y no obstaculizarlo,
no impidiendo la divulgación del pensamiento socialista y libertario.
En Venezuela cierta elite dirigente
está ejerciendo, para obstaculizar el avance hacia el socialismo, restringiendo
el derecho de expresión de los propios revolucionarios. La única explicación
está en el temor de la burocracia a perder su posición actual.
Argumentan siempre el trillado
fantasma del “enemigo imperialista y sus lacayos internos”, la misma
ladilla de siempre, muchos se aprovechan de las libertades políticas
y civiles para quitarle el poder a la 'Revolución', como si ésta fuera
un ente aparte y extraño a los trabajadores, y al pueblo venezolano,
quienes serían los verdadero beneficiarios del poder, en lo económico,
como en el proceso de socialización.
El imperialismo y sus aliados internos poco pueden hacer por ellos mismos para obstaculizar el avance, están plenamente identificados ellos, como sus acciones, sobre todo que no tienen el poder. Pero los que sí pueden obstaculizar son los oportunistas de siempre, la burocracia vestida de rojo rojitos, que camuflageados con una verborrea 'revolucionaria extremista' engañosa. Pero ya el pueblo ha aprendido a conocer quienes son los que verdaderamente le hacen el juego al llamado ‘imperialismo’ y a sus planes, y a ubicar a quienes realmente tratan de avanzar hacia el socialismo, y a quienes lo impiden.
Limitar los derechos civiles
y políticos se ha llevado en los cachos al propio campo revolucionario,
al seno del PSUV, a los que luchan por la profundización de un socialismo
democrático, lo cual está constituyendo la principal amenaza al futuro
del socialismo en Venezuela.
Se habla mucho de la unidad
en la pluralidad. ¿Cómo es posible lograr esa unidad reprimiendo la
pluralidad en el pensamiento? Rectificar siempre es de sabios; la terquedad
es de brutos. La Revolución Bolivariana estará más fuerte y más
consolidada, mientras más democrática sea.
Los mayores peligros de la Revolución Bolivariana hoy en día, no provienen de la oposición, sino de las torpezas de los revolucionarios mismos, 'los únicos capaces de revertirla', esos que están atrapados en el inmovilismo, por el burocratismo y la corrupción, adversarios del socialismo, muchos cercenan las libertades que impiden la divulgación del pensamiento socialista que puede ayudar a los ciudadanos a liberarse definitivamente. La lucha ideológica solo es posible con adversarios libres en sus derechos. Quien dude del valor y la capacidad de sus ideas, no tiene derecho a triunfar. Quien le tema a la represión tampoco.
Percasita11@yahoo.es