…¿Es revolucionario?

El lenguaje vulgar

Hay algo que me preocupa, como venezolano…y como revolucionario  de los viejos vinculado por el oficio al lenguaje periodístico: los vocablos vulgares ¿se justifican?. Paso de los ochenta años de edad y he leído muchísimo, quizás desde los diez u once; empecé a escuchar radio cuando ya era un manganzón de 12 ó 13 años y TV en Caracas, luego de ser expulsado de la Normal de Cumaná en1951. Durante todo ese período seguían siendo para mí , más que vulgares, algunas palabras comunes…y no usada con tanta frecuencia en algunos sectores del pueblo.

De pronto -no recuerdo el año- ese eminente intelectual de la burguesía venezolana, Arturo Uslar Pietri -cuya obra no desdeñamos-, utilizó y escribió para el público la palabra “pendejo” y le fue celebrado y hasta hubo una manifestación ( no recuerdo contra qué a la cual llamaron “de los pendejos,” encabezada, entre otros, por el caricaturista Zapata ). Bueno …y Alí Primera, que no tenía el acceso a los medios como AUP , popularizó el “vamos a pelear carajo”. De allí en adelante la utilización de las palabras llamadas vulgares se convirtieron en mercado popular, tanto es así que en la actualidad, los adultos mayores… casi nos “ruborizamos” con la sarta de palabras y frases vulgares que las muchachas y muchachos liceístas utilizan como lenguaje normal en su conversación coloquial.

Pero cuanto queremos preguntar en esta columna de hoy es lo siguiente: ¿Es revolucionario el lenguaje vulgar?. Sin pretender meternos en honduras lingüísticas que lamentablemente ignoramos, para este “muchacho” que pasa de los ochenta y aún puede opinar –frente a un, aunque sea reducido auditorio consecuente- decimos lo siguiente: la vulgaridad, ni es revolucionaria ni jamás podría reemplazar  “el buen hablar” que nos facilita el idioma castellano, riquísimo en vocablos para decir cuanto se nos antoje sin necesidad de llegar a lo grotesco que tal vez tiene sus momentos y sitios adecuados.

Por otra parte, si cuanto se pretende es elevar el nivel cultural de la gente, del pueblo, mediante un gobierno que empuña la bandera de un nuevo Estado (el Socialista), bien feo le queda a sus líderes que para “lucirse” y pretender identificarse como “pueblo” incluyan en sus discursos, con inexplicable frecuencia, “palabrotas”. No se educa, ni se eleva el nivel cultural del pueblo, repitiéndole vulgaridades que él ya utiliza como medio de comunicación impuesto por la marginalidad en que por años lo han sumido sus enemigos de clase.

ramnyanez@yahoo.com



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Ramón Ýánez


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