Infiltrado

Soluciones revolucionarias no es REVOLUCIÓN. Cumplir con abultadas deudas sociales no son pautas sino para un pasado-presente distanciado de la oportunidad para crecer. La Revolución es un crecimiento o desarrollo humano que intenta contra corriente, acabar la manipulación que ha envilecido lo característico natural que le pertenece a ese factor humano. Estos momentos son de chispa para encender un motor dormido de amor antes inexistente o dormido por siglos, o mejor, para los más pesimistas, nunca despertado. Por supuesto, las soluciones revolucionarias tratan en algún modo ser una vertiente o un punto de apoyo que buscan matar el virus latente: EL EGOÍSMO, pero el objetivo es lo humano, el núcleo a vacunar y sólo puede hacerlo lo humano con su defecto inoculado desparecido. Teorías del bien, el maravilloso Evangelio, teorías marxistas, propuestas alternativas y los etcéteras que andan o pudieren salir son puro papel y tinta, y de seguro habrá habido mejores propuestas quizás desaparecidas en el olvido y fuego de la intransigencia, habiendo llegado hasta nosotros los sobrevividos más connotados.

El pueblo que sigue un liderazgo está esperanzado en el paso que dé y no despierta de su letargo hasta que su propia llama es encendida y mantenida por sí mismo. Pero ¿qué produce ese fuego la ignición iniciada? El ejemplo del líder ¿Y qué la continúa? la virtud de sus más cercanos seguidores.

Traigo a colación el famoso ejemplo de Pedro que quería demostrar su fe en el Cristo y él mismo se retó caminando sobre las aguas del Mar de Galilea, pero en lo que se dio cuenta de la proeza que realizaba, cayó en su lógica natural y por poco se ahoga el muy tonto, que si no es el mismo Cristo que lo salva hubiese perecido, por la debilidad en que nuevamente había caído su fe. ¿Es este hecho un milagro? pues yo digo que la asunción de Chávez muy bien puede ser otro. Pero Chávez no es nada si no resulta victorioso su proyecto de cambio en lo humano. Para ello se ha rodeado de elegidos que tendrían que operar como discípulos de ese cambio, promocionarlo con sus vidas, si no, son papel y tinta para la historia, Chávez incluido.

Revolución es dar por herencia la sencillez de vida que conduce a otras riquezas de sabiduría. Si mi prójimo es externo a mí, jamás lo amaré como a mí mismo, pues él es una extensión de mí, no otro ser, y si hago distinciones, mi primer prójimo es mi familia, después el que está conmigo, entonces olvidémonos de Revolución, por lo menos cristiana. Revolución es mirar(se) en el entorno con sus disímiles, comprender la inocencia (este término es muy confundido), ella vista en su parte limpia, pero partir de uno, descansado, ese poder une, gana adeptos, las palabras fluyen, las ganas contagian, el deber es amistad (la virtud del amor) antes que horario a cumplir. Yo en lo personal tampoco creo en la horizontalidad inicial, pues lo inicial es un fuego de liderazgo que se expande, pero también conexión horizontal, ahora, si se conceptualizan estos términos, se está mirando nuevamente desde afuera, no desde lo propio interior y de nada sirve.

No pido que se hagan renunciantes, yo ya lo soy de mucho antes de que llegara este proyecto de cambios, pero sí sé que la vida no está en atesorar, aunque ahora mismo adolezco de casa para arriba, pero sí tengo certeza del mensaje que estoy dando.

Finalmente, Revolución es que si Juan de Dios hizo fallas, él mismo lo confiese, si Diosdado lo encabulló, sea también que lo confiese, si es Tascón que busca pantallas, que también lo confiese, si el Presidente está encubriendo o fue engañado, más que nadie debe confesarlo y trasmitirlo, tendríamos en el PSUV el más maravilloso partido que revolución alguna haya parido. La Revisión en su punto de inocencia sería un paso de LA HUMANIDAD, no de Venezuela solamente, el inicio del a REVOLUCIÓN MUNDIAL. De inmediato comenzarían a caerse las caretas y por más que se intenten otras ponerse bajo este nuevo precepto, hay una inmensa mayoría ¡son 5 millones! que estarían funcionando de otra manera, cada quien en su trinchera, su propia chispa encendida por su propio estímulo; la alternativa mortal del lema (Patria Socialismo o Muerte) desaparecería y simplificaría el objetivo, pues la muerte no tendría razón de ser, para eso ya estaría la Revolución en marcha con su fe de antorcha ¿Peco de estúpido, de infantil… de infiltrado?, pues vaya para ustedes mi propia consigna

¡Que viva el socialismo, la vida del planeta!

¿Si estamos preparados para todo eso?


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Arnulfo Poyer Márquez


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