INTEVEP y la soberanía tecnológica petrolera

La trayectoria de Venezuela como potencia petrolera, lejos de haber garantizado una plena soberanía tecnológica petrolera, ha estado marcada por una persistente dependencia de conocimientos, equipos y servicios provistos por empresas extranjeras, por lo que es necesario generar esas capacidades que hoy no tenemos y donde el aporte del INTEVEP es imprescindible.

Esta realidad subraya una necesidad estratégica ineludible, la de incrementar nuestra dimensión científica y tecnológica propia, no solo para la diversificación económica, sino crucialmente en las mismas áreas petroleras que continúan siendo el motor fundamental de la nación. La autonomía en este campo es vital para asegurar la operatividad, la eficiencia y la seguridad de la industria, reduciendo la vulnerabilidad a presiones externas y optimizando la explotación de sus vastas reservas como aquellas de crudos pesados y extra pesados, que requieren soluciones altamente especializadas y adaptadas a las condiciones locales.

Hacemos por ello una propuesta para vivificar el INTEVEP resumida en tres elementos: Regionalizar la presencia del INTEVEP mediante la creación de INTEVEP regionales; Diversificación de sus líneas de investigación hacia áreas emergentes o críticas; Creación y fortalecimiento de nuevas estructuras organizativas de investigación. Todo en los nuevos contextos que está produciendo la Inteligencia Artificial IA, como el que genera Gemini y que es es fundamental para una Venezuela que no quiere ser un país marginal.

Para ello, es indispensable identificar los desafíos y los problemas nacionales clave donde la industria petrolera, juega un rol central, como por ejemplo la crisis de la gasolina. Estos problemas deben ser foco de la agenda de investigación de INTEVEP, permitiendo que sus capacidades se apliquen directamente a las necesidades más apremiantes del país y trabajarla conjuntamente con otras instituciones de singular importancia administrativa como el Ministerio de Industria y empresas venezolanas vinculadas. Creemos que surgiría una nueva agenda productiva diseñada con condiciones para ser implementada con agilidad y eficacia, para beneplácito de todos. En este contexto, la reestructuración y expansión del INTEVEP, el brazo de investigación y desarrollo de PDVSA, se presenta como una estrategia necesaria y que debe dársele la importancia que requiere como actividad central da la una nueva dinámica nacional.

La propuesta de crear subsidiarias de INTEVEP por regiones petroleras, comenzando en pequeña escala, podría considerarse un paso hacia una descentralización eficaz del conocimiento e incrementaría la rapidez en la aplicación directa de innovaciones y a su vez consolidaría las innovaciones que surgen de la experiencia productiva. Un INTEVEP regionalizado permitiría una conexión mucho más íntima y eficaz entre los desafíos específicos de cada yacimiento o complejo refinador y las soluciones investigativas. Las oficinas en el Zulia podrían enfocarse en la recuperación mejorada del Lago de Maracaibo; las del Oriente en los desafíos del gas y crudos ligeros; y las de la Faja del Orinoco en las particularidades de la producción y mejoramiento del crudo extra pesado.

Así que INTEVEP debe abrir y diversificar sus estructuras de investigación en nuevas áreas emergentes, como el manejo tecnológico de los desechos petroleros, recuperación y reutilización de residuos plásticos, como una necesidad ambiental, sino también una oportunidad estratégica de valor agregado que tienen posibilidades de comercialización. Considerar que la Petroquímica, Informática, Refinación por sí mismos son grandes centros de producción y servicios que deben potenciarse con la Investigación y Desarrollo específica para ellas y recuperar la innovación industrial que generan.

Si no se dispone de los grandes capitales necesarios en la investigación tecnológica, se puede considerar empezar en pequeño, utilizando el bien más difícil de obtener que son las ideas orientadoras, con equipos multidisciplinarios focalizados en problemas concretos de una región específica, lo que ofrece múltiples ventajas, pues permite una fase de prueba y error controlada, minimiza la inversión inicial y facilita la adaptación orgánica a las necesidades cambiantes del campo.

Los centros regionales funcionarían como nodos de conocimiento, fomentarían la especialización, actuarían como incubadoras de soluciones innovadoras, promoviendo la colaboración directa entre los distintos profesionales activos en el campo, generando un ciclo de investigación-aplicación-mejora.

Además, estas mini-INTEVEP regionales servirían como centros de formación práctica y retención de talento local, vinculándose a las comunidades, brindando oportunidades a profesionales y técnicos en sus propias regiones, mitigando la fuga de cerebros y construyendo una base de conocimiento autóctona más resiliente y distribuida. Es una inversión estratégica que, si bien puede parecer modesta en su inicio, promete dividendos exponenciales en términos de soberanía tecnológica, eficiencia operativa y desarrollo humano a largo plazo para la nación.

Esta orientación hacia la innovación no solo optimiza recursos y genera riqueza, sino que también refuerza la visión de un socialismo técnico, ecológico y político para el país, uno que no solo extrae y produce, sino que también repara y reinventa, forma técnicos, personas y comunidades consolidando una imagen de nación comprometida con el desarrollo integral.



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Oscar Rodríguez E


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