Por esa misma política perversa de abandono de los activos tradicionales derivada de una ilusa "plena soberanía petrolera" vendida por Rafael Ramírez, además de los múltiples desaciertos de las pésimas administraciones sucesivas de M. Quevedo, A. Chávez, T. Aissami y P. Tellechea, la producción nación llegó a depender hasta en un 62% de la actividad asociada a la Faja Petrolífera del Orinoco [FPO], cediendo desde unos 3.3 MMBD en 2005 a 1 MMBD en la actualidad. Todo ello, junto al cambio de patrón de actividad operacional ocasionó un alza importante en los costos de producción, desde menos de $4 por barril en 2006, hasta $18 por barril en 2014 y unos $35 por barril en la actualidad.
La esencia de la plena soberanía petrolera fue un vil engaño de Ramírez. Mientras en teoría la FPO aumentaba producción desde 577.000 BPD en 2006 hasta 1.320.000 BPD en 2015, las áreas tradicionales perdían producción desde 1.787.000 BPD en 2006 hasta 1.149.000 BPD en 2015. Lo que se sumaba de producción en pesado y extrapesado [X/Xp], se dejaba de producir en condensados, livianos y medianos [C/L/M], LNG y gas asociado, dado el menor contenido de gas de los crudos X/Xp.
Esos 743.000 BPD de producción de X/Xp sumados en la FPO entre 2006 y 2015 representaban ingresos al valor de exportación promedio para entonces de unos $45.000.000 día, mientras que los 683.000 BPD de C/L/M que se dejaban de producir, más sus líquidos recuperables equivalentes a 62.000 BPD totalizaban 700.000 BPD (sin incluir el gas equivalente), representaban un valor de mercado cercano a $60.000.000 por día de entonces.
La plena soberanía de Ramírez originaba a la nación, una pérdida financiera anual al final de cada ciclo de unos $4.400 millones de entonces, al destruir la producción de crudos C/L/M para sustituirla por crudos X/Xp. Al incluir las pérdidas financieras que ocasionaba la incesante elevación de los costos de producción a medida que se intensificaban las operaciones en la FPO, desde $3.93 pb en 2005 (la llegada de Ramírez) a $18.05 en 2014 (la salida de Ramírez), el daño patrimonial originado en dicho periodo ascendía a $45.500 millones [RT:2014] por dicho concepto.
Mientras el barril ascendía de $28.1 en 2003 a $109.45 en 2013, Ramírez endeudaba criminalmente a PDVSA desde 2.262 millones en 2006 a $46.153 millones en 2014, mientras destruía los ingresos netos de la industria, aun bajo un escenario de precios elevados del barril. A partir de 2012, cuando el barril tocaba su máximo apogeo, Rafael Ramírez se vio obligado a poner mano a los ingresos especulativos cambiarios, para maquillar unas ganancias netas que de otra forma hubiesen resultado negativas, ya que, sin incluir dichos ingresos especulativos, hubiesen arrojado un saldo negativo de -9.2% a 2014. Fue precisamente para entonces cuando dichos ingresos especulativos cambiarios tocaron un máximo de $20.343 millones.
La masificación de la producción de la FPO y el descuido de las áreas tradicionales ocasionó un incremento sustancial del gasto por importación de crudo y productos antes producidos en el país. Dicha importación pasó de menos de 20.000, BPD previo a 2005, a más de 220.000 BPD durante la gestión de Manuel Quevedo. Para Abril’2025 estas llegaron a 94.000 BPD, elevándose sustancialmente en Mayo hacia los 160.000 BPD [Reuters: Pdvsa aumenta sus importaciones de nafta pesada - La Verdad].
Como resultado de todo lo anterior PDVSA perdió competitividad y liderazgo, además de mercados importantes, por la desaparición de cestas apetecidas de mediano-liviano. La reducción del margen de ganancias fue menguando en consecuencia la capacidad de inversión tornándola no competitiva, debido a la combinación de caída de actividad, alza de costos, perdida de eficiencia y la aparición de una imparable corrupción, que hoy aun prevalecen.
Durante la administración de D. Rodríguez y H. Obregón, la proporción de producción desde la FPO ha ido cediendo hasta el entorno del 57% en la actualidad, ante el incremento de fracciones C/L/M producidas particularmente desde el Lago de Maracaibo. Un cambio en la dirección correcta, aunque aún insuficiente. Los crudos livianos dominan la demanda mundial por su mayor rendimiento fraccional y Venezuela debe saber competir en dicho mercado.
Hemos sido enfáticos y así lo expresamos en 2021, sobre la necesidad de apalancar la producción de C/L/M [Einstein Millan Arcia on X: "Si no nos ponemos de acuerdo sobre #PDVSA perderemos nuestro futuro. Contando con más del doble de reservas de condensado, livianos y mediano que ellos, no producimos ninguna. Cumplo con alertar la patria sobre la grave amenaza que se erige en #guyana. https://t.co/4fq3EUXTfu" / X], como alternativa para aumentar nuestra presencia en los mercados. Nuestro objetivo al recomendar aumentar la volumetría de C/L/M es sintetizar una nueva cesta liviana que nos lleve a competir transversalmente en los mercados globales y así lo expresamos durante 2022 [Einstein Millan Arcia on X: "@petrotex Lo que debe hacer #Venezuela es retomar Tía Juana ligero o en su defecto; otra que compita mejor en los mercados por su "yield". Podría conservar en paralelo el Merey igualmente. La limitante de #PDVSA es su errado perfil de actividad aguas arriba" / X].
En Marzo'2025 sugerimos una serie de acciones tendientes a mejorar la presencia y eficiencia de nuestra industria [Einstein Millan Arcia on X: "APRENDIZAJE ministra @delcyrodriguez: #PDVSA debe -reducir su vulnerabilidad en sus próximos acuerdos con terceros. -racionalizar su estructura -disminuir su FFHH -optimizar costos y jerarquizar inversiones -mejorar eficiencia y productividad -incorporar cesta liviana-mediana" / X], ante la posibilidad del arribo de nuevas sanciones dirigidas en contra de nuestro país.
Hacia la última semana de Abril'2025 [Einstein Millan Arcia on X: "Aplaudimos la medida como puente hacia una cesta más competitiva, tal y como advertimos meses atrás. El Blend 22 se queda corto en su competitividad en Asia/Europa. La segregación ideal debe estar a la par de la cesta #OPEP. #PDVSA debe maximizar la transformación de sus crudos https://t.co/qBHO41XnTW" / X], PDVSA anunció la nueva cesta mediana Blend-22 y tenemos entendido que están trabajando en una mezcla liviana-30 API. Una acción en la direccion correcta.
La FPO, una siembra de corrupción
La Faja Petrolífera del Orinoco no tiene por qué resultar en un mal negocio. Lo que sucede es que su estructura de acuerdo está mal conceptualizada y peormente implementada.
La nación ha sido testigo múltiples veces de la corrupción que se ha apoderado tanto de las operaciones, como de las empresas mixtas y los llamados "acuerdos", que de hecho han abierto un inmenso hoyo financiero a nuestra nación:
-
MP detuvo a dos empresarios por corrupción en la Faja del Orinoco
-
Presos Jackelin Perico y José Lima por corrupción en faja del Orinoco - Diario Informe
Al parecer, nada ha cambiado en este sentido y PDVSA sigue "business as usual". Desde la campiña anuncian la firma de varios Contratos de participación productiva [CPP], una especie de acuerdo confidencial inicialmente rubricado en 2024 por el entonces ministro y presidente de PDVSA; hoy tras las rejas, el novato Tellechea.
Dichos contratos, amparados por la inconsulta ley antibloqueo, son estructuras de negocio que permiten al operador incluso comercializar, mientras PDVSA representa su inversión en especie; es decir pagada con producción. Por su naturaleza y secretismo los CPP, estos representan un caldo de cultivo perfecto para los negocios personales y la corrupción, ya que negocian a espaldas del dueño del recurso; el ciudadano, con operadores en su mayoría representados por empresas de maletín y en muchos casos, sin tradición alguna en el negocio petrolero, teniendo el control total sobre toda la cadena de valor [excepto refinación domestica]. Nadie sabe cuánto le queda a PDVSA y la nación de estos negocios amparados por la ley antibloqueo. Nadie sabe quién los audita.
El caso de la importación y venta de crudo y derivados a través de "traders"/terceros, es otra guarida para la corrupción, que sale de control a partir de la llegada del paracaidismo político-militar a PDVSA, ya que el pago de comisiones no deja traza alguna. En cuanto a la importación y venta de crudo y productos, el uso de "traders" o intermediarios debería ser la excepción en una corporación petrolera respetable, ya que estas operaciones normalmente se ejecutan de corporación a corporación, donde quedan blindados los registros y traza de las transacciones. Ese no es el caso de PDVSA.
La participación de PDVSA en la FPO debe ser madurada en el contexto de la menor exposición y máximo retorno para la nación. El gran problema del liderazgo de la industria y del ministerio, han sido las erradas estrategias y pésimos esquemas de negocio. PDVSA no explota el concepto de "valor o contenido local", el cual obliga a estas empresas a maximizar la inversión domestica impulsando empleo, comercio e industrias, con la consiguiente retención del valor del recurso. El gasto e inversión total retenida en el país debe ser negociado bajo el contexto del mayor beneficio para el desarrollo nacional y su contribución al crecimiento social y la calidad de vida del ciudadano mediante la estimulación de la productividad.
Los negocios que hace y ha hecho en el pasado PDVSA, no vigilan la protección de la información que expone a terceros, quedando a la merced de estos al facilitar una información que; como en el caso de Exxon en Guyana, podría ser utilizada en su contra. Tampoco cuidan la materia de vigilancia del activo y su explotación racional, y menos aún la materia de seguridad, higiene y ambiente. PDVSA jamás ha incluido en su esquema de negocios, la etapa de abandono y saneamiento final de los activos involucrados en dichos "negocios".
El abandono de pozos y saneamiento tampoco es negociado por PDVSA, Esta es una etapa crucial en la vida del activo, parte integral de la seguridad ambiental y protección de mantos acuíferos, al mitigar los riesgos asociados en el corto y largo plazo.
Todo ello nos lleva a concluir que, tanto antes como ahora, la industria petrolera solo ha enfocado; y a medias, en la materia económica, descuidando lo verdaderamente esencial.