Se entiende por cenit del petróleo aquel en el cual las reservas dejan de crecer en función de su producción y comienzan a decaer, teniendo entre otras consecuencias un incremento en los precios. Según las propias agencias de energía imperialista ya ha ocurrido, centrándose la polémica si fue en el 2006, el 2010 o el 2018, lo cual refleja que no hay consenso entre los expertos, de los países industrializados sobre el momento exacto en que ocurrió la llegada al cenit. Considero que ya ocurrió ese cenit, pero no puede ser política de los países ricos difundir este hecho por las consecuencias preocupantes que generaría.
Las consecuencias para todos los países del mundo son considerables, pobres o ricos ya que no habrá energía barata, abundante y asequible por lo que el impacto ya llegó y se ira profundizando a escala global.
Sin embargo, creo que como siempre este impacto será desigual pues los países pobres sufrirán y creo que ya están sufriendo, más que los países ricos que como su nombre lo indica, tienen más recursos para enfrentar las consecuencias de la escasez petrolera.
Esto es una observación importante y realista, ya que los países con menos recursos pueden tener más dificultades para adaptarse a la escasez de petróleo por lo que nosotros, o sea Venezuela, como país casi petrolero, y digo casi, porque tenemos petróleo en abundancia pero no podemos llevarlo o no nos dejan llevarlo al mercado, debe utilizar esta situación de impacto desigual como política concientizadora en los foros internacionales.
Una de las consecuencias que el cenit o disminución relativa de las reservas petroleras a nivel mundial, es el incremento de los esfuerzos de los países ricos para impedir el crecimiento de los países pobres, pues ello provoca un crecimiento del consumo energético y por lo tanto agudiza las dificultades para sostener su crecimiento imperialista, basado en los recursos baratos que pueden obtener de nuestros países.
El cenit petrolero creo que ha influenciado grandemente en los programas de búsqueda de energías alternativas en los países industrializados, lo cual está oculto en la supuesta lucha contra el cambio climático, lo que evita tratar directamente la situación que puede escapársele de control.
Por último, tendríamos las consecuencias que ha tenido en la política internacional de los Estados Unidos, el cual aunque no quiera, debe dedicar grandes esfuerzos a su tratamiento y evitar caer en la dependencia energética que a pesar de todo, en mi opinión, se ve inevitable ya que no se dispone de una tecnología confiable que sustituya al petróleo. Hay que asumir que son pocos años en términos de país, para el declive evidente del petróleo.
Esto debería tener una gran importancia para nuestro país como suministrador confiable de energía, gas, petróleo, carbón, petroquímica en la medida que Estados Unidos pueda centrarse más en asegurar el acceso a los recursos energéticos que necesita, con tonos menos agresivos, con lo que se aliviarían tensiones internacionales y conflictos. Es muy difícil con los imperialistas, pero se verá. Y es que según creo que sectores claves de su producción industrial, como la industria automotriz, la aviación y la manufactura, de no lograr un equilibrio pacifico con Venezuela, pudieran a corto o mediano plazo, enfrentar mayores costos operativos, que podría llevar a una reducción en la producción y pérdida de empleos.
Por el lado de los consumidores también sufrirán al verse obligados a adoptar hábitos más eficientes en el uso de energía, como el uso de vehículos eléctricos y la reducción del consumo en general.