Gasolina, COVID-19 y lucha de clases; mecanismos de una bomba de tiempo

Aproximadamente unos 244.240.848 litros de gasolina, o 1. 536.106 barriles de combustible(gasolina de alquilato 724.002 bls y 812.104 bls normal ), deberían alcanzar hasta que se reactive el parque refinador venezolano, y se pueda surtir el mercado local, cuya demanda actual se estima en unos 90.000 barriles por día, en un aparato productivo que se encuentra en cuidados intensivos después de 6 años consecutivos de recesión (2014-2019), tres años de hiperinflación , (2017-2020), cinco años de caída operacional y financiera de la industria petrolera (2015-2019), cuatro años fuera del sistema financiero global por salida no ordenada del pago de nuestra deuda externa (2017-2020), aislamiento político de la comunidad internacional y bloqueo económico y su impacto sobre el nivel de importaciones (2017-2020).

Es de suponerse que los iraníes, como ya lo han anunciado, podrían enviar a Venezuela, no solo petróleo, sino más gasolina, dada su posición en el juego geopolítico contra los Estados Unidos y la incertidumbre sobre la fecha de reactivación del parque refinador; aun cuando Iran, según Einstein Millán, la producción de gasolina en la nación Persa, se estima en 660 mil barriles por día, y el consumo interno llega a unos 610 mil barriles por día, quedando solo un excedente de 50.000 barriles por día, sin considerar el crecimiento del consumo interno anual de 9%, así que allí las cosas no están muy claras. https://www-aporrea-org.cdn.ampproyejec.org/c/s/www.aporrea.org/amp/energia/a291210.html

Me imagino que el gobierno, por razones obvias, nunca ha informado oficialmente sobre la cantidad de aditivos, repuestos y técnicos para la reactivación del parque refinador, que habrían llegado en algunos de los buques; pero el hecho de que en su estrategia discursiva nunca hagan estimaciones sobre la fecha de la reactivación nos da una lectura de la incertidumbre que ellos mismos tienen.

En una situación color de hormiga como la descrita, donde ya no se puede ocultar la escasez de gasolina con el COVID-19, que de salvador del gobierno, pasó a bumerang, se plantea el actual esquema de la distribución de gasolina, con un aumento en el momento menos indicado en la actual coyuntura del país, a través de la Plataforma Patria, como control social; con el método pico y placa, y con tres precios diferentes: 0.00 Bs.S para el transporte público y el asociado a la producción, 5.000,00 Bs.S para los pobres y 0.50 centavos de dólar, para los ricos; señales inequívocas de la lucha de clases, donde la discriminación social se pone de manifiesto y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela recibe otra nueva puñalada en el Artículo 318, sobre la soberanía de nuestra moneda nacional y la independencia del Banco Central de Venezuela.

Como es de esperarse, según los estudiosos de la economía política, desatendidos por el Presidente Maduro, porque según él, no han sembrado nunca una mata de papas; en cualquier sociedad, y más en la nuestra, cuando a un mismo bien o servicio se le colocan diferentes precios se genera corrupción, bachaqueo y distorsión de la economía.

El gobierno, a través del canal "de todos los venezolanos", desarrolla una campaña mediática donde acude a las comparaciones de 30 litros de gasolina de los pobres, tasada en 5.000 Bs.S con un Toronto, un refresco o una galleta, pero en su frágil manipulación no hacen ninguna comparación con el salario mínimo de esclavos que percibimos los pobres.

Por otra parte, la prédica de que, entre cuarentena y producción, no hay contradicción; queda desnuda con el 5 por 10; 5 días de flexibilización con participación de algunos sectores de la economía, y 10 días de descanso. Y es que, el nivel de producción, desde el punto de vista macro económico, se corresponde con los precios relativos de la economía (bienes, tasa de interés, tipo de cambio y salario) y con el acceso al mercado mundial; ya que, sin producción, ni acceso al mercado, se genera inflación descontrolada, tal como la que sufrimos hoy. Así que, como todo problema estructural, se convierte en un cuero seca, que no basta tocar en punto aislado, como el caso de la gasolina, sino que, requiere de políticas sistémicas que claven las cuatro puntas del cuero para que este no se levante.

En el caso del Zulia, por ejemplo, estado fronterizo, y específicamente en Maracaibo, con un "sistema de transporte" improvisado e indigno, donde predominan las "chirincheras", me imagino a los dueños de este tipo de transporte, decidiendo entre transportar los pasajeros o vender la gasolina al bachaqueo, que con seguridad le dará mayores dividendos; aun cuando hace unos minutos, el Presidente Maduro, mientras escribo esta líneas, dice estar seguro que eso no ocurrirá; claro luego de amenazar con quitarle los vehículos a quienes bachaquean con la gasolina subsidiada al 100%.

En definitiva, insisto en que, en esta gestión gubernamental no hay posibilidad alguna de revertir la crisis por la que atraviesa la sociedad venezolana, y en el caso de la gasolina, más temprano que tarde se incrementarán de nuevo las colas, producto del sistema de distribución, será indetenible el bachaqueo y continuará la distorsión de la economía nacional; por lo tanto, la gasolina, el COVID-19 y el salario de esclavos y la baja producción, como expresiones clásicas de la lucha de clases, siguen siendo los mecanismos, que al dispararse de manera secuencial o simultáneamente activan una bomba de tiempo, cuyo daños serán irreparables para la república; sino se desactivan oportunamente tales mecanismos.



 



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Roger Lázaro


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