Algunas claves sobre la reestructuración de PDVSA

Es de conocimiento público que PDVSA está en crisis. Así, se creó, este año 2020, la Comisión Presidencial "Alí Rodríguez Araque", siendo uno de sus objetivos la reestructuración de PDVSA.

Esto es de lo más importante, pues si no se dirige la reestructuración, se dará sola, por descomposición. Al mismo tiempo, es una labor extremadamente peligrosa: Si no se hace adecuadamente, se podría acelerar la descomposición y esto conduciría al outsourcing. No se privatizaría, como algunos creen, porque nadie compraría activos descompuestos. El outsourcing sería equivalente a pagar para privatizar.

En la industria petrolera, hay quienes, sin decirlo, guardan resentimiento contra la Revolución Bolivariana, por lo que hacen propuestas con las que pretenden devolvernos a la estética de la vieja PDVSA. Ellos advierten sobre falsos errores. Pondré un ejemplo: Insisten en que Chávez se equivocó al crear filiales de PDVSA con un objeto que consideran "no petrolero"; por ello proponen que esas filiales sean eliminadas. No advierten que muchas de esas filiales han copado su capacidad de almacenamiento porque PDVSA prefiere importar lo que estas producen. Dicen que esas filiales son una carga para PDVSA, pero no explican que esa carga aparece porque las finanzas fueron centralizadas en la Casa Matriz, tanto así que esa función de apoyo (finanzas) se convirtió en una vicepresidencia.

Insistirán en que Chávez es el culpable. Pero la verdad es que la organización que actualmente tiene PDVSA, se creó en el año 1975 para mantener el orden que las trasnacionales desarrollaron en el periodo de las concesiones petroleras (1907 – 1975). Ese orden minimizó al Estado. Se creó una Casa Matriz cuyas funciones son iguales a las del ministerio. Se asumió que el Estado no tendría la capacidad de manejar a la industria petrolera. En cambio, con una Casa Matriz constituida como Sociedad Anónima, el Estado delegaría la administración en una Junta Directiva y en un tren gerencial ya preparado por las trasnacionales.

Desde la creación de PDVSA, la relación Casa Matriz – Filiales es la base de su diseño organizacional. Quienes añoran a la vieja PDVSA no hablarán sobre esto porque, para ellos, es normal que el Estado constituya una empresa de derecho privado que a su vez constituya una cadena de empresas filiales que forman un velo corporativo contra el propio Estado. A esto le llaman "Gobierno Corporativo".

En principio, las antiguas concesionarias se convirtieron en filiales de PDVSA, pero 20 años después, con la "apertura petrolera", esas filiales se reestructuraron para crear monopolios en cada proceso medular de la industria. Esto requirió de la modificación de los Estatutos de PDVSA, lo que ocurrió en el año 2001, cinco meses antes de ser sancionada, por vía habilitante, la Ley Orgánica de Hidrocarburos.

¿Por qué la Revolución Bolivariana no reestructuró a la industria petrolera?

La Revolución Bolivariana estrenó la estructura creada para la "apertura petrolera". No la transformó, a pesar de que en cuatro ocasiones modificó los estatutos de PDVSA y, en 2014, reestructuró de manera sensible a la función de Comercio y Suministro. La reestructuración verdadera no le ha sido posible porque ésta no se decreta, se construye a partir de una nueva visión internalizada.

Cuando se venció al sabotaje petrolero de 2002-2003, el pragmatismo obligaba a concentrar fuerzas en la recuperación de la producción. Para eso se utilizó el elemento integrador de la vieja estructura: Las normas y procedimientos de PDVSA. Éstas se convirtieron en manuales y eso facilitó la sobrevivencia de la vieja cultura organizacional.

La Revolución tardó ocho años en formar su propia visión sobre la industria petrolera. Fue un proceso. Una vez definida la visión, debió darse a conocer y ser asimilada. Esa promoción la asumió el Comandante Chávez, prácticamente solo. Nótese, por ejemplo, lo poco que PDVSA explicaba sobre Petrocaribe o la Faja Petrolífera del Orinoco. Siempre lo hacía Chávez.

Luego, no se contó con el tiempo ni se conformaron los equipos de trabajo necesarios para adecuar la estructura a la nueva visión del Estado. De hecho, la Dirección de Desarrollo Organizacional de PDVSA fue muy disminuida.

¿Cómo podría emprenderse la reestructuración?

La reestructuración requiere de pleno conocimiento de la estructura que se quiere transformar. Un equipo que desconoce la estructura, tardará dos años en conocerla. A partir de ese momento podría, si tiene la experticia necesaria, proponer alguna modificación. Luego se tardarían al menos tres años para generar una nueva cultura organizacional. Recordemos que las trasnacionales planificaron la Nacionalización durante, al menos, diez años. Así pues, lo importante es planificar el cambio, emprenderlo y garantizar su continuidad.

Primero, hay que redimensionar los objetivos de la industria, priorizando al consumo nacional y exportando excedentes. Lo más importante es garantizarle al pueblo los combustibles que necesita. Hay quienes no estarán de acuerdo con esto, porque preferirían seguir priorizando al mercado internacional pues, para ellos, el petróleo es una fuente de divisas, no de energía.

Para incrementar la producción, hay que invertir en los campos tradicionales, no en la Faja. La Faja no cuenta con capacidad de mejoramiento disponible para atender una mayor producción en esa área. En cambio, nuestras refinerías requieren crudos convencionales. Es cierto que hace falta capital, pero los trabajadores reúnen capacidades que permitirán grandes ahorros. No se pueden seguir utilizando contratos convencionales, hay que innovar en esa materia.

Para recuperar la capacidad productiva de la industria y garantizar el relevo generacional del cuerpo gerencial, es necesario convocar y reorganizar a la fuerza laboral que Chávez dejó y que aún se mantiene en PDVSA, e incluir a los jubilados interesados en que la industria se recupere.

La reestructuración de PDVSA debe cuestionar la relación Casa Matriz – Filiales. Hay que eliminar filiales, pues hay centenares de ellas y muchas son inoperantes. Pero, en algún momento habrá que eliminar a la Casa Matriz. Ésta debe ser absorbida por el ministerio y éste debe asumir plenamente sus funciones sin tener que disputárselas con una empresa del Estado, como ha ocurrido hasta ahora. Quizás, ese conflicto llevó al Comandante Chávez a permitir que el ministro y el presidente de PDVSA fuesen la misma persona.

Otras claves, a título enunciativo:

1. PDVSA nunca ha jerarquizado sus inversiones. Esto es obligatorio.

2. La reestructuración debe alcanzar a la industria petrolera y no sólo a PDVSA. PDVSA no es más que unas oficinas instaladas en Caracas. Todo lo demás son filiales, con personalidad jurídica propia, las cuales pueden ser privatizadas porque el Estado no tiene reservadas ni sus acciones ni sus actividades.

3. No es conveniente crear monopolios que, como PDVSA, son brutalmente más poderosos que cualquier mecanismo de control del Estado.

4. La reestructuración de la industria petrolera no es posible sin la transformación del Estado.

5. La mejor estrategia para transformar al Estado es la prohibición del libre nombramiento y remoción en cargos de la administración pública. Esta medida sólo puede implementarla la Asamblea Nacional Constituyente, modificando el artículo 146 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En esto, todo el país estaría de acuerdo (quien no, que tire la primera piedra).

6. El factor de producción que genera riqueza es el trabajo. Por lo tanto, ningún logro es posible si no se corrige la política de Recursos Humanos que se ha implementado en todas las instituciones públicas, en este caso, PDVSA. Esto es parte de la reestructuración.

7. La crisis ha abierto la posibilidad de ejecutar grandes cambios revolucionarios. Hay que aprovechar el momento.

jonnyhidalgo@gmail.com



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Jonny Hidalgo


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