Gasolina barata ¿Para qué?

Durante más de 30 años Venezuela ha tenido para el consumo nacional el precio de los combustibles más barato del mundo (2 centavos de dólar/litro de gasolina). En los demás países rige el precio internacional de 1,00 a 2,00 dólares/litro. Este inmenso abismo en el precio ¿Qué le ha traído al país? ¿Acaso le ha reportado mayor desarrollo económico? Si como se dice, los combustibles son el motor de la economía, el precio barato de la gasolina ¿Para qué ha servido? La lógica más elemental hace pensar que nuestro desarrollo económico – subsidiado con gasolina barata - debería ser muy superior al de cualquier país a escala continental y mundial. Primero, porque dinamiza todas las actividades productivas; y segundo, por cuanto no tendría competencia en el mercado. Producir con gasolina a 2 centavos de dólar no es lo mismo que producir con gasolina a 1 o 2 dólares el litro. Pero, los hechos muestran lo contrario. En lugar de Venezuela inundar con su producción a los países vecinos, resulta que éstos - con combustibles a precio internacional - inundan el nuestro. ¡Qué paradoja! Pero es nuestra triste y angustiante realidad. Hemos vivido sumergidos en una economía ficticia. Economía improductiva y atrasada. Más aun en el sector agropecuario.

Entonces, si la gasolina barata no ha servido para el desarrollo productivo ¿Para qué ha servido? La respuesta es obvia. Para mantener el rodamiento de un inútil parque automotor de vehículos particulares que aporta la mayor cuota de contaminación a la atmósfera, por causa de lo que Juan Pablo Pérez Alfonso denominaba "el uso vil del petróleo", al utilizarlo como combustible que se quema en el tubo de escape de los vehículos y chimeneas de la industria. Si existen 400 mil subproductos del petróleo, quemarlo es un uso vil. Ciudades atiborradas de vehículos en muy elevado porcentaje sin utilidad práctica y adquiridos gracias a la dádiva de las divisas del petróleo. Mientras el Bs mantuvo el poder adquisitivo por encima de las monedas de los paíes vecinos, la gasolina barata sólo servía para el consumo nacional. Pero, en la medida que el Bs cayó por el indetenible despeñadero de la devaluación monetaria, vino el desbarajuste del contrabando de extracción de combustibles y de todo bien que se coloque en los estantes del comercio nacional. En esto consiste, en gran medida, la cacareada "guerra económica", creada por la política devaluacionista del gobierno, llevada al extremo de pulverizar el valor del Bs. Esa guerra no es ni ha sido del imperio ni de los empresarios, fue heredada por Chávez y mantenida por sus herederos en el gobierno. ¿Puede haber explicación para tan estúpida política?

Se dice que mantener el precio de la gasolina barata le causa al país pérdidas por 14 mil millones de dólares anuales. De ser cierta esta cifra ¿Por qué se mantiene el precio barato de la gasolina y de los combustibles en general? ¿Cuántos son 14 mil millones de dólares anuales en 30 o más años? ¿Puede algún país mantener una sangría de esa magnitud sin que se recienta la economía? Además, de muchos otros factores, ahí está una de las causas de la ruina económica que padecemos. Si es un hecho tan evidente ¿Por qué el gobierno, en tantos años, no ha tomado las medidas para detener la hemorragia y suturar la herida?

La medida de subir el precio de la gasolina no se toma, por cuanto durante los últimos 60 años hemos sido gobernados por la demagogia electoralista, elevada al clímax por el chavismo. Dádivas, limosnas, subsidios y electoralismo, van de la mano. Con tal de ganar elecciones y mantenerse en el gobierno, no importa que el país se arruine. Y eso vale para ambos bandos: chavismo y MUD. ¿Qué es lo primero que la MUD hace cuando gana la mayoría en la Asamblea Nacional (2016)? Elaborar leyes populistas de entrega de propiedades y de aumento de pensiones: demagogia y cochino electoralismo. ¿Era esa la función más importante de la Asamblea Nacional en ese momento? Este electoralismo descarado está presente en toda actividad política de uno u otro bando. Con tal de ganar elecciones no importa que el país se hunda en el desastre económico. Con esa concepción de la política, resulta imposible suturar la herida de la gasolina regalada, montada sobre la falsa premisa que se van a repetir los hechos del "caracazo". Lo cual es falso de toda falsedad. Pensar que el caracazo se dio por el aumento de la gasolina, es desconocer e invisibilizar la terrible crisis económica que en ese momento golpeaba a los sectores populares. Durante el mes anterior al caracazo y con motivo de la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez, a su segunda presidencia, se produjo una gran movilización nacional de caficultores que comenzó por la toma del edificio de Foncafé en San Cristóbal y de sus oficinas en todas las zonas cafeteras del país, acción complementada por la toma del edificio del Ministerio de Agricultura y Cría en Barquisimeto, desde cuyas oficinas se dirige la actividad agropecuaria de Lara, Yaracuy, Cojedes, Portuguesa, Barinas y Falcón: asistencia técnica, planillas de movilización de rebaños y cosechas, investigación agropecuaria, planificación, etc.

¿Por qué la movilización se realiza en el sector café y no en otro? Primero, porque tenía organización gremial (Asociación Venezolana de Caficultores, AVC), y económica (Cooperativas y Paccas). Segundo, porque las crisis económicas se sienten con mayor crudeza en las zonas rurales, ello es una de las causas del porque la población rural, pasó del 70%, al 8 o 10% actual. La movilización de los caficultores en enero y febrero de 1989, recibió gran respaldo de los demás sectores productivos. En Barquisimeto los gremios, sindicatos y asociaciones brindaron apoyo. Hasta Fedecámaras sacó un remitido por la prensa en apoyo a las demandas de los caficultores. La toma de edificios gubernamentales de tanta importancia y la protesta de los caficultores mantenida durante mes y medio (15 de enero a 20 de febrero de 1989) fue el prolegómeno de los hechos del 27 y 28 de febrero. En aquel momento no se había producido el aumento de la gasolina, pero, el malestar cabalgaba los cerros, las barriadas populares y zonas rurales de todo el país. Eso explica por qué la represión del gobierno fue tan violenta, con miles de muertos. Decir que el aumento de la gasolina fue la causa del "caracazo", es una interpretación mecanicista, de un hecho fortuito. Es tanto como decir que el dedo del cura Madariaga en el balcón del Cabildo fue la causa que condujo a la declaración de independencia; o el hecho fortuito de un ramo de flores lanzado desde un balcón en Santa Fe de Bogotá, fue la causa de la independencia de Colombia.

Con la amenaza del "caracazo" - si se pretende cerrar el oleoducto de la gasolina barata - la economía del país ha sagrado durante 30 años, hasta llegar a la extenuación en que se encuentra, sin que el cirujano mayor, que dice tener el respaldo de las mayorías nacionales, aplique la sutura del aumento de la gasolina a precio internacional y de esa manera, comenzar a sincerar la economía ficticia en que hemos vivido. El aumento de la gasolina no es un reclamo, es un clamor

Otro manido argumento es el del encarecimiento del transporte. El parque automotor nacional (transporte de carga y pasajeros), no constituye ni la tercera parte en comparación con el parque automotor de vehículos particulares. Resulta manipulador el alegato del encarecimiento del transporte en general (carga, pasajeros). El aumento de la gasolina, más que a las mayorías nacionales, golpea al parque automotor parasitario de vehículos particulares. He ahí la verdadera causa. En todo caso, con los 14 mil millones de dólares que se liberan del presupuesto nacional por ese concepto, más la recaudación por el aumento de la gasolina a precio internacional, se abre la oportunidad de utilizar parte de esa recaudación en elevar ¡A la excelencia! el transporte urbano, o como dicen, "dignificarlo", sacarlo del abandono en que lo han mantenido los gobiernos que se dicen servidores de las mayorías nacionales. El chavismo lo elevó al clímax de la desidia.

Clamor nacional ¡Aumento de la gasolina ya! A precio internacional para frenar la pérdida de 14 mil millones de dólares que durante 30 años ha padecido la economía por causa de la demagogia electoralista. La política es cuestión de civiles. Los curas a sus templos y los militares a sus cuarteles. Rescatar el Estado civil y laico. Fuera el Estado militarista y teológico.



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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