Lo que ha pasado en PDVSA debe llamarnos a una profunda discusión

Lo que no se ve

Solía decir un viejo amigo que en política lo más peligroso es lo que no se ve. Expresión muy adecuada para describir una situación política que se va complicando peligrosamente porque los factores o causas que la originan pasan desapercibidas por los que toman decisiones, bien porque no se valoran correctamente o porque son subestimadas. Cuando este fenómeno avanza se genera un efecto explosivo o desencadenante porque se ha producido una acumulación de factores que, no atendidos a tiempo o sencillamente postergados se combinan y potencian con efectos en algunos casos catastróficos para los estamentos políticos o los pueblos bajo su conducción.

Ejemplos de este fenómeno abundan en la política. No pudo valorar o enfrentar correctamente la Revolución Chilena, la profundidad del fascismo que se incubaba en las elites y los mandos militares, llegando al punto de nombrar al mismo Augusto Pinochet Ministro de la Defensa, días antes del zarpazo. El valiente Presidente Salvador Allende dejó para la posteridad la lección para su Pueblo en su última y dolorosa proclama desde Radio Magallanes cuando el Golpe se consumaba "…El capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición…". El Presidente Chileno pagó con su vida, pagaron con miles de vidas las fuerzas revolucionarias y el pueblo Chileno, además del terrible retroceso de su sociedad bajo la dictadura.

La República Española, no pudo detener la contraofensiva monárquica, que parte desde los territorios coloniales en África a los cuales se les postergó la liberación. Incluso la dirección de la revolución se permitió aplastar y reprimir a los partidos anarquistas de Cataluña, para luego perecer todos bajo la barbarie y el crimen de las tropas franquistas fuertemente apoyadas por el eje nazi-fascista que luego barrería con Europa.

Poco antes del inicio de la primavera árabe estuvimos en Trípoli con el Comandante Chávez, me sorprendió la estabilidad política y el control aparente que tenía el Líder Muammar Gaddafi del país, la prosperidad de su pueblo. Ya se habían producido los acuerdos políticos y pactos secretos con las potencias occidentales y la apertura del sector petrolero a las transnacionales. Eran comunes las visitas de los Presidentes de las potencias Europeas a Trípoli y las fotos con el Líder de la Revolución. El mundo quedó sorprendido del giro imprevisto de los acontecimientos políticos en el hermano país africano, la agresión militar conducida y aupada por los antiguos visitantes y amigos europeos. Muammar Gaddafi pagó con su vida y Libia ha sido víctima del crimen y anarquía de diversos grupos extremistas y terroristas que asolan su tierra con las mismas armas provistas por los verdugos de su pueblo.

A la caída de Marcos Pérez Jiménez, la Unión Cívico Militar y la Junta Patriótica, encabezada por Fabricio Ojeda, resumían el espíritu revolucionario y transformador del movimiento insurrecional que dio al traste con la dictadura. Sin embargo, sucesivos errores políticos y decisiones de los partidos de la revolución, permitieron a las elites que hasta entonces apoyaron al dictador, restablecer su control del país con el pacto de Punto Fijo y ahogar en represión los intentos de la juventud venezolana de tomar el cielo por asalto. Se perdió así, el impulso y el momento de avanzar hacia la conquista del socialismo, sin que siquiera la dirección de los partidos de izquierda se dieran cuenta de su derrota política, lo pagamos caro, diez años de guerra de guerrillas y la inmolación de toda una generación en los asesinatos políticos, los desaparecidos, los TO, la Digepol y toda la violencia de AD y Copei contra las fuerzas revolucionarias, además de la instauración de la IV República y la profundización del capitalismo dependiente del modelo rentista petrolero.

A finales de los ochenta la dirigencia de la IV República, en su prepotencia y desconexión con el pueblo pobre, con la dura situación económica y social del país, después de años de crisis, fue sorprendida por los acontecimientos del Caracazo, respondieron de la manera brutal que lo hicieron masacrando al pueblo pobre de Caracas y luego ya no pudieron contener ni la rebelión del 4 de Febrero, ni el triunfo del Comandante Chávez, iniciando así la V República y la Revolución Bolivariana.

Tenía la IV República a uno de sus líderes más astutos y avezados al frente del Gobierno cuando el Caracazo y el 4 de Febrero y su gobierno de tecnócratas neoliberales avanzaba en la imposición de un paquete de medidas económicas bajo los acuerdos con el FMI. Ya la apertura petrolera se desplegaba en el país, cortando de raíz cualquier posibilidad de salvación del modelo rentista petrolero que colapsó con la IV República.

Por eso tenemos que aprender a escuchar, ver bien, pensar estratégicamente, pensar como nos enseñó el Comandante Chávez. Ir al seno del Pueblo, buscar los problemas bajo las piedras, salir de la zona de confort o de la burbuja que crea el poder, sus mecanismos, sus aduladores.

Hay que activar todos los mecanismos del Poder Popular, todo el pensamiento revolucionario, al Partido Socialista de Venezuela y a todos los partidos de la Revolución. No dejar a nadie atrás. El pensamiento de la vanguardia de la Revolución tiene que destacarse en su claridad y amplitud, su humildad y responsabilidad histórica para identificar todos los factores, fuerzas, intereses en disputa, conflicto y desarrollo político, para no ser sorprendidos por ningún evento que signifique una derrota para la Revolución Bolivariana, para el Pueblo, para el Legado de Chávez.

Todas las derrotas o victorias hay que precisarlas bien en su alcance, podemos obtener una victoria táctica y sin embargo sufrir una derrota estratégica, a veces sin darnos cuenta. Es lo que hay que cuidar, porque acá cualquier derrota tendría consecuencias inconmensurables para nuestro pueblo y nuestro país. Lo reitero, la derecha venezolana, mucho menos sus sectores extremistas, son incapaces de conducir este país, sería el caos, el salto al vacío. El campo de la revolución puede tener errores y problemas, pero la única opción posible para enfrentar con éxito la crisis, esta coyuntura, es la visión Revolucionaria, Popular, Socialista, Chavista.

Nosotros tenemos que ser más exigentes en el análisis, en el debate. Debe permitirse, debe abrirse, para eso existe el Partido. Es un mecanismo de defensa de la Revolución, del Pueblo. Un partido que no discute, no debate, no puede avanzar, no puede contribuir a la toma de decisiones. Como decía innumerables veces el Comandante Chávez, tenemos que dejar atrás el sectarismo, el personalismo, el grupismo, pero nunca, nunca, los principios.

Tenemos la ventaja como pueblo y proceso político que el Comandante Chávez predicó, discutió, abrió el campo de la teoría, la práctica, la contrastaba, sometía todo a escrutinio, a revisión, a reimpulso, ajustaba, enriquecía la idea, desde la tercera vía hasta el socialismo, pasando por el carácter anti imperialista de nuestra Revolución. Si nuestro Líder Supremo estimulaba la discusión y los aportes teóricos, la crítica constructiva la llamaba él, ¿cómo no lo vamos a hacer ahora, que es tan necesario, tan importante, tan definitivo?

¿Que debemos callar? ¿Es el momento de callar? ¿Hacerse a un lado? No, es el momento de aportar, de contribuir, callar es más fácil, más cómodo, pero al mismo tiempo es irresponsable. Eso no quiere decir brincar la talanquera, como le gusta insinuar al enemigo para que el campo revolucionario pierda su principal herramienta para avanzar que son sus ideas, nuestra propuesta. Nosotros sí tenemos un programa, un proyecto, una visión propia, nacional, popular, revolucionaria. Tenemos el pensamiento de Chávez y hemos jurado lealtad a su legado.

Existen distintos grados de conocimientos, de práctica, de experiencia. Todos debemos aportar para fortalecer la estrategia política para superar esta tormenta que el Comandante Chávez sabía que vendría, así nos lo advirtió. Nadie se puede abrogar la verdad o la interpretación de la situación, hay que saber escuchar, para actuar dentro de un solo plan. Discutir todo lo que se pueda, explicar bien al pueblo y avanzar.

La oposición venezolana ha incurrido en un crimen de traición a la Patria. Ha solicitado, pedido, exigido una intervención militar de la potencia más poderosa y agresiva contra nuestro país. Ha pedido en EEUU, Europa y otros países, sanciones de todo tipo, sanciones que además resultan ilegales contra el Estado Venezolano, contra todos los venezolanos. Pretenden deslegitimar nuestras instituciones para luego justificar una agresión, incluyendo la opción militar.

¿Es que alguien piensa que los EEUU van a retirar las sanciones, así porque se lo pidamos? Porque la oposición, la misma que las pidió, ahora dialogue. No se puede ser ingenuo cuando se reta al imperialismo. Que ahora los EEUU va a aflojar la mano sobre CITGO, rehén en su territorio; que no nos quieren hacer daño a todos los venezolanos, sino solo a los Chavistas ¿Alguien de verdad cree que existen las bombas solo mata Chavistas? Quien tenga dudas que vaya y pregunte en Libia, Irak o Siria.

La oposición venezolana ha estimulado la violencia, la han proclamado, con el objetivo de derrocar al gobierno constitucional. Por su errática e irresponsable táctica de lucha han provocado más de cien víctimas fatales, daños, violencia, caos, episodios de brutalidad y violencia fascistas. Definitivamente, debe haber responsables. Este país no se puede permitir que mueran más de cien personas, que quemen vivos seres humanos, que se produzcan linchamientos y ejecuciones sin que pase nada. Así, como si no fuera gran cosa, era de mentira, era para presionar al gobierno.

El diálogo es importante, y siempre es la vía deseada para resolver los problemas de disfuncionalidad política o los conflictos y la confrontación violenta. Pero no puede haber impunidad. La oposición niega públicamente el diálogo, pero participa a escondidas en él. Es decir, no renuncian al uso de la violencia, nunca lo han hecho. Entonces ¿qué negocian?

Ahora la oposición no puede pedir que haya impunidad. Tienen que rendir cuentas, porque hay cientos de familias de las víctimas que esperan por la justicia. Toda la sociedad lo espera.

Lo que ha pasado en PDVSA debe llamarnos a una profunda discusión. Siempre se habló de que nuestra empresa y nuestra política petrolera era uno de los pilares de nuestra Revolución, independientemente del precio, siempre va a ser el pilar de cualquier proceso de transformación por la cantidad extraordinaria de recursos que puede captar para beneficio del pueblo, del país, un factor fundamental para salir de la crisis económica. Ahora resulta que la producción ha caído casi un millón de barriles desde el año 2014. ¿Cómo puede suceder eso? Nosotros entregamos la dirección de la Empresa en agosto de 2014 con una producción de 3 millones de barriles día y un aporte de divisas del orden de 43 mil millones de dólares, el precio cerró en 97 dólares el. Ahora la situación se ha deteriorado mucho, ha caído el precio a 42 dólares el barril, pero esto no explica la caída.

Hay que discutirlo, es un secreto a voces. El sector internacional petrolero, el sector financiero, el espectro económico mundial lo sabe. Los trabajadores lo saben, algo hay que hacer y rápido.

Yo lo puedo decir, tengo que decirlo, me duele lo que está pasando y creo saber como avanzar en la solución. Nuevamente, nuestra empresa solo es viable en Revolución, las transnacionales esperan el asalto de la oposición al poder para repartirse nuestra empresa en pedazos, barrer la política petrolera del Comandante Chávez, la Plena Soberanía Petrolera, saquear nuestros recursos petroleros. Eso no puede suceder, ¡No volverán!

La economía, sí, la economía debe ser ahora nuestra prioridad. Tenemos tiempo diciéndolo, si no se actúa en el problema de raíz, se van acumulando percepciones, efectos, que escalan hacia problemas que están fuera de control. Hay que plantarse y hacer lo que hay que hacer. Hacerlo rápido para proteger a nuestro pueblo de la acción desestabilizadora del capitalismo rampante y especulativo que conspira todos los días y actúa contra nuestra economía para ahogar en problemas a nuestros injertos e incipientes ensayos de Socialismo en el ámbito económico. Son dos modelos en pugna dentro del mismo país.

Hay que explicarlo bien y llamar a todo el país a defender nuestra economía y restablecer los equilibrios necesarios para corregir y avanzar por el camino trazado por el Comandante Chávez, quien por cierto, le dio al país estabilidad y perspectivas de futuro después del colapso del modelo rentista petrolero de la IV República.

Acá en las Naciones Unidas, se inicia el 72 periodo de sesiones de la Asamblea General, vendrá nuestro Canciller, juntos seguiremos desplegados en defensa de nuestra Patria, la Patria de todos los Venezolanos, se levantarán las voces de los líderes de los países hermanos, estaremos con ellos, también hablará el imperio, todavía hay un fuerte olor a azufre. ¡Viva Chávez! ¡Venceremos!



Esta nota ha sido leída aproximadamente 6842 veces.



Rafael Ramírez Carreño

Ingeniero y político venezolano. Ex-embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante la ONU. Ex-ministro de Energía y Minas y expresidente de empresa pública Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) hasta el año 2014. Militante Revolucionario, Chavista y Bolivariano.

 @RRamirezVE

Visite el perfil de Rafael Ramírez Carreño para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Rafael Ramírez Carreño

Rafael Ramírez Carreño

Más artículos de este autor