Golondrinas petroleras

Los nostálgicos del largo sabotaje petrolero que durante dos meses paralizó la industria, han creído ver en los problemas de Pdvsa (que los tiene) y en la campaña mediática (que los magnifica), una ilusión de retorno, previa caída del "rrrégimen".

A los viudos más irredentos del "vete ya" y de los nunca olvidados partes de guerra de las seis de la tarde, la fatiga de un taladro o el parpadeo de un balancín los hace soñar con aquellos momentos épicos de los trancazos y cauchos quemados. Cualquier cola de diez vehículos frente a una estación de gasolina los induce a profetizar el fin de la historia (de Pdvsa) y la nueva aurora de algún Carmona más prevenido y menos sonreído. Sin decreto, pues.

El déficit de 100 mil barriles en la producción occidental les provocó un clímax oleaginoso. La campaña para perforar mediáticamente la industria les revivió la mala costumbre o la manía triste de sustituir la realidad con los deseos. Muchos han visto en esta situación una segunda oportunidad como si en política las torpezas fueran impunes y gratuitas. Los brujos de los pozos han empezado a retornar con su pedante ropaje de "expertos petroleros".

Van a la televisión y presentan gráficos, curvas y legos que ilustran el inminente colapso de la empresa y, en consecuencia, del "rrrégimen", que es lo más sabroso del análisis.

El partido COPEI, ante el apocalipsis que se inventa y lo saca de ultratumba, ha propuesto el retorno de la llamada meritocracia petrolera para salvar a la patria del desastre.

Pareciera un chiste malo si el vocero copeyano no lo hubiera lanzado con la gravedad de quien se cree a pie juntillas su propio cuento. Más que malo, para los que sabotearon criminalmente la industria petrolera, puede resultar un chiste cruel. No es saludable andar creándoles piadosas ilusiones a quienes lanzaron irresponsablemente por la borda sus empleos. Alí Rodríguez les rogó varias veces que volvieran. Se burlaron. Ni un paso atrás. El Tribunal Supremo de Justicia les ordenó la reanudación de faenas. Desobedecieron. Fueron oportunidades ofrecidas y perdidas. Tejieron con arrogante eficiencia su aplastante derrota.

Algunos sujetos han regado por allí que el gobierno piensa llamar a los ex petroleros para que refloten Pdvsa.

La conseja, con resonancia mediática, busca crear una imagen de impotencia e ineficiencia en el actual personal de la industria. A la vez, se crea una realidad virtual en que los golpistas disfrutan su derrotada prepotencia y los ex empleados reviven los minutos de gloria cuando se creían imprescindibles. Pura virtualidad. La verdad verdadera es que los actuales trabajadores de Pdvsa asombraron al mundo cuando en tiempo record, recuperaron desde cero la producción y productividad de la industria después de dos meses de sabotaje y paralización total. Un déficit de 100 mil barriles (o de 300 mil como dicen los viudos del paro), frente a aquella hazaña, es una cuestión de pocos meses.

Cómo se distraen, viven y se desviven jugando los políticos opositores. Revisemos algunos escenarios: 1) ningún saboteador regresa al escenario de su sabotaje a trabajar, sino a intentarlo de nuevo, 2) si hay un gobierno que le dé esa oportunidad no sólo es un suicida, sino un irresponsable, por decir lo menos, 3) por muy ineficiente que sea el personal de una empresa -hagamos esa concesión a los derrotados meritócratas- esa limitación nunca logrará reducir la producción al punto que la llevaron los saboteadores de Pdvsa: 50 mil barriles diarios, no 100 mil.

Estos magos lograron con eficiencia que la industria dejara de producir casi tres millones de barriles, y eso es lo que promete su iluso y mediático retorno.

Ya lo dijo el poeta Gustavo Adolfo Bécquer de las oscuras golondrinas que se van: esas que se fueron, esas no volverán.


La campaña para perforar mediáticamente la industria les revivió la mala costumbre o la manía triste de sustituir la realidad con los deseos


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Earle Herrera

Profesor de Comunicación Social en la UCV y diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV. Destacado como cuentista y poeta. Galardonado en cuatro ocasiones con el Premio Nacional de Periodismo, así como el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal (mención Poesía) y el Premio Conac de Narrativa. Conductor del programa de TV "El Kisoco Veráz".

 earlejh@hotmail.com

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