Reflexiones sobre la geopolítica alrededor de la energía en Venezuela y el mundo

Actualmente la población mundial está alrededor de 6,7 mil millones de seres humanos, de los cuales 2 mil millones de personas carecen de acceso a una red eléctrica pública o privada, es decir, casi un 30% de toda la población mundial no tiene acceso a tecnologías de generación eléctrica ni al uso de los recursos energéticos del planeta para su beneficio y desarrollo personal. Lo que no quiere decir que el restante 4,7 mil millones de personas tenga un acceso uniforme y equitativo a la energía eléctrica (sea cual sea su fuente primaria). Concretamente, el nivel de electrificación en cualquier país tiene una relación directa con el indice de desarrollo humano de ese país (IDH) y, en ese sentido, el consumo eléctrico per capita tambien implica un determinado nivel de desarrollo economico e industrial en un país, aunque la relación no sea siempre directa.

Se ha observado que, desde el punto de vista de suministro eléctrico, lo mayores indices de desarrollo humano se sostienen con un minimo de alrededor de 5000 kWh per capita, al año, ya que por encima de ese nivel el indice de desarrollo es más o menos constante. Naciones como los Estados Unidos de Norteamerica llegan a gastar hasta casi 15000 kWh al año per capita y, sin embargo, su indice de desarrollo humano, según la Agencia Internacional de la Energía, es similar al de Italia que consume unos 5000 kWh per capita al año, he aquí la evidencia de un modelo derrochador de energía (curioso que Italia y EEUU tengan un indice de desarrollo humano similar, aunque ud. no lo crea, los rascacielos, Hummers y McDonalds no implican “desarrollo humano”!). En los países donde el consumo eléctrico per capita es menor, el costo por expansión de la capacidad de generación centralizada y los sistemas de transmisión y distribución son casi prohibitivos para sus estados nacionales, y las tecnologías de generación eléctrica deben adquirirse a los mismos países a los que “venden” su matería prima, generándose siempre una balanza de pagos favorable a las potencias económicas de siempre (aunque la propaganda siempre acusa a los paises exportadores de recursos energéticos como culpables de los altos precios de la energía, así de hipócrita es este mundo!).

Muchos de los paises exportadores de fuentes primarias de energía tienen una baja densidad demográfica, evidenciada en un población mayoritariamente campesina o dispersa en amplias extensiones de terreno (llanuras o desiertos), lo que dificulta aún más el acceso a la electricidad a través de los sistemas tradicionales de generación y suministro centralizados (casos típicos de India, China, casi todas las Repúblicas Africanas y del Sur-este Asiático y países del oriente medio). No es casual que muchas de estas naciones sean, al mismo tiempo, las mismas que suministran los recursos minerales con los que se produce la electricidad en Europa y EEUU. En pocas palabras, se ha apartado a los pueblos de los paises exportadores de energía primaria del disfrute de los recursos que se extraen de sus propios países en una muestra típica de colonialismo imperialista (perdonen la redundancia). El desarrollo de gran parte de los países del “tercer mundo” se está viendo seriamente frenado por la dificultad de acceso a la energía eléctrica tanto para la producción industrial y comercial como para el consumo final de familias y comunidades. Energía que cada vez es más escasa debido, en gran parte, a que la mitad de los recursos fósiles acumulados en nuestro planeta tierra durante millones de años ya han sido consumidos por las grandes potencias, derrochadoramente y sin ningun freno, para su respectivo desarrollo industrial que se ha sostenido a sangre fuego contra las pueblos de los paises exportadores. Y ahora pretenden imponer tasas e impuestos prohibitivos al desarrollo industrial de las naciones emergentes con la excusa del cambio climático. Si aceptásemos como justas estas imposiciones entonces los pueblos de las naciones “en vias de desarrollo” tambien tendríamos que cobrar, como agraviados por los daños ocasionados al medio ambiente, a las naciones industrializadas intereses de mora desde que, a finales del siglo XIX, empezaron a emitir indiscriminadamente CO2 a la atmósfera, y no ser nosotros ahora tambien quienes paguemos por nuestro desarrollo industrial lo que los “industrializados” nunca pagaron, porque ni siquiera el precio justo de petróleo que se han tragado lo han pagado. Ahora, se muestran con los “paladines” de las energías limpias, y se creen con derecho de acusar a las naciones emergentes de contaminantes, cuando son ellos quienes han creado todos los estragos al medio ambiente que hoy padecemos todos, “tirios y troyanos”.

En este contexto, es evidente que cause extremas molestías dentro de los poderes económicos mundiales el hecho que Venezuela se haya convertido en suplidor de energía a los paises del Caribe y de Sur América. Les molesta en extremo que los recursos petroleros venezolanos, de los que se consideran dueños, estén ahora en estaciones de gasolina de Cuba, San Vicente y Granadinas, Nicaragua, Guatemala, Rep. Dominicana, Haiti. A los poderes fácticos globales les gusta más la miserable “cooperación al desarrollo” que se basa en unos cuantos “chavales” disfrazados de Indiana Jones tomandose fotos con cámaras digitales de 1000 dólares (si vas de cooperante mas te vale llevarte, como mínimo, una reflex!) con niños haitianos, que más que esas fotos necesitan es que sus paises tengan acceso a la energía que les permita desarrollar las industrias y servicios de sus países, y eso, hasta ahora, solo hace Venezuela, NADIE MÁS!. La energía es la clave de la política mundial actual, de la economía y del futuro de la humanidad, lo demás es propaganda, marketing y publicdad para ONG´s subsidiadas por grandes capitalistas, por empresas que buscan espacios titulares en periódicos y algún que otro desgravamen fiscal. Pero el tema de la energía, como todos los temas trascendentales se ha desvirtuado, manipulado, y contaminado con toda una sarta de mentiras.

Los grandes poderes económicos mundiales saben que los recursos energéticos fosiles mundiales están proximos a menguar hasta niveles alarmantes, y cada barril de petróleo que dejan de aprovechar económicamente les duele profundamente. Cada barril de petróleo que se utiliza en un país emergénte es un barril que dejan de mercadear, que dejan de utilizar para seguir ampliando la brecha entre ricos y pobres, y es un barril que ayuda a que, en un futuro, tengámos un mundo mas grande, donde los los 2000 millones sin acceso a energía podría llegar a tener el mismo poder politico o mayor que el que hoy tienen las grandes potencias occidentales (esto les aterra!). No juzgo la veracidad de las investigaciones sobre el cambio climático pero tambien estoy seguro de que esta teoria se está utilizando, ferozmente, como arma politica contra los paises en vias de desarrollo, transportando la culpa de los males del planeta desde las potencias occidentales, todas contaminantes, todas depredadoras del medio ambiente, hacia los paises emergentes que apenas ahora se incorporan a este mundo complejo de la energía, las emisiones de CO2 y el medio ambiente.

Venezuela está llamada a incrementar exponencialmente la densidad de producción de energía, debemos generar cada vez más potencia eléctrica desde diversas fuentes primarias (gas, petróleo, carbón limpio, viento, sol, hidroeléctricas y nuclear…), la energía nos proporcionará una reducción importante en nuestros costos de producción industrial y agricola, así como de bienes y servicios. La abundancia está asociada a la producción de energía. Las tecnologías de mayor eficiencia energética serán siempre las más convenientes, aunque estos parámetros cambian cuando se habla de energías renovables, lo importante es aprovechar cada kilocaloría, cada KiloJulio contenido en un barril de petróleo, en cada litro de gas, en cada ráfaga de viento, en dad hora de sol pico, etc. Ciertamente, debemos ser responsables con el medio ambiente pero según la justicia de nuestra causa, porque no hemos sido causantes de los problemas que padece el planeta y, como he dicho antes, somos acreedores y no deudores, porque como pobladores de este planeta padecemos las consecuencias de una explotación indiscriminada de energía por las potencias occidentales que no son los más adecuados para juzgar las estrategias de desarrollo energético que los paises emergentes podamos adoptar.

Debemos adoptar medidas de protección ambiental, pero como repúblicas democrátricas responsables y no como colonias que están sujetas a impuestos “ambientales” dictados desde los países más contaminantes y derrochadores del mundo, como freno a nuestro desarrollo industrial. Porque, a final de cuentas, todo esto del cambio climático podría muy bien estar siendo utilizado como un arma politica y excusa para frenar a los paises emergentes y su industrialización, para frenar el crecimiento poblacional mundial, y para que sigan siendo los mismos de siempre los que disfruten de las delicias de este planeta, en el que, aún, “el sol sale para todos, por igual”.



Ingeniero Electricista

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Alejandro López González

Doctor en Sostenibilidad (Cum-Laude) por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Sus investigaciones sobre la sostenibilidad de proyectos de electrificación rural con energías renovables en Venezuela le valieron el reconocimiento como la mejor tesis doctoral en el período 2018-2019, según la comisión de doctorado de la UPC. Se graduó de ingeniero electricista en la Universidad del Zulia en 2004 y ha publicado más de una docena de artículos científicos acerca de la sostenibilidad de la electrificación con energías renovables en países en desarrollo

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