Hoy, en un acto que no dudamos en calificar de enorme torpeza, incapacidad profesional y abundante petulancia, atendiendo al permanente boicot que un grupo de conocidísimos opositores y contrarrevolucionarios llevan a cabo en la UNEFA-Mérida, una comisión de “auditoría académica” de Caracas, encabezada por el Coronel Abelardo Fernández, hizo acto de presencia en la sede de Mérida.
Si bien es cierto que las dos profesoras que lo acompañaban mostraron respeto, interés en las actividades académicas y adecuado vocabulario, la conducta del citado militar fue altanera, impropia y vulgar. En ningún momento entendió que estaba en una institución de educación superior, y que existe un protocolo académico que todo universitario conoce. Su actitud, supuestamente atendiendo instrucciones expresas del Rector de la UNEFA, contradecía para lo que aparentemente había venido a Mérida: enterarse de las “denuncias” que este grupo opositor, y con evidentes conexiones en Caracas, habían hecho llegar a la sede de nuestra Universidad. En todo momento mostró parcialidad hacia el grupo contrarrevolucionario, se “apoderó” del Decanato del Dr. Guido Ochoa, usurpando prerrogativas a las cuales la tradición y el decoro universitario dictan, haciendo caso omiso a la autoridad del Dr. Juan C. Villegas, Jefe de la División Académica, y quien en ausencia del Decano es la máxima autoridad en el núcleo.
En la gestión del Dr. Guido Ochoa se ha ido convirtiendo esta institución en una verdadera Universidad, con crecientes niveles de exigencia académicas, con un acendrado interés en el estudio de las ciencias sociales y el desarrollo tecnológico endógeno, la pasión por la historia republicana y la creación de las condiciones materiales y sociales que provoquen la transición de una sociedad capitalista al socialismo bolivariano. Pero, la derecha política y su ignorancia medular, aderezada de severas distorsiones como el nombramiento de los llamados “paladines” a puestos de poder, sin la más mínima consideración en cuanto a sus capacidades profesionales, formación política y vocación académica, han configurado una situación de inminente involución y destrucción de lo que tanto ha costado construir.
Creemos que nuestras autoridades universitarias no han ponderado suficientemente, lo estratégico que representa en el panorama político nacional el núcleo de la UNEFA, en la siempre convulsa ciudad de Mérida; donde ésta se ha convertido en un laboratorio donde se prueban permanentemente artificios y métodos de guerra sicológica, guerrilla urbana y de combate ideológico. Shows como los que nos ha obligado hoy a participar el Coronel Fernández, distraen a esa institución de los objetivos trascendentes que la historia nos reclama; robándoles a todo el tren director el preciosísimo tiempo que éstos deben invertir en la formación intelectual y física de nuestros jóvenes, en la edificación de una UNEFA acorde con las exigencias que la patria reclama y por la que el Presidente Chávez ha estado luchando a brazo partido, con una base científica y tecnológica que disminuya la dependencia de potencias extranjeras hostiles, y con el suficiente dominio de las herramientas culturales y filosóficas que nos hagan dueños de nuestro destino.
La banalización de las actividades medulares de nuestra Universidad es un verdadero crimen. Y eso, y no lo dudamos, lo hemos vivido hoy, con el apoyo a estos grupos que sueñan con resucitar la podrida cuarta república.
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