La nueva Ley de Educación, un nuevo ideario emancipatorio para la democracia venezolana

Las sociedades latinoamericanas están divididas en ricos y pobres, ignorantes y conscientes. Las sociedades latinoamericanas siguen bajo el efecto conservador del sistema colonial, aun persevera una sociedad bajo los efectos del positivismo. Una sociedad atomizada, encauzada a la división social y del pensamiento. Una sociedad donde pensar está prohibido, donde la razón humana sigue siendo atacada por la razón instrumental, por un sistema dominante que ha diseñado a un individuo para ser dominado, consumista, oprimido, pasivo, adaptado a un mundo de valores ajenos, como escribía Paulo Freire, una educación para que el individuo domado acepte al sistema imperante o lo legitime.

El individuo está cambiando, la sociedad esta motorizada a revoluciones por segundo, las instituciones deben estar adaptadas a esos cambios y las leyes deben ser la guía y el control de esos cambios. La Nueva Ley Orgánica de Educación es la expresión de una sociedad cambiante. Es la expresión de la justicia humana.

Una Educación de estos tiempos

Henry Giroux, en sus acertados comentarios sobre la nueva forma de hacer pedagogía en tiempos de oscuridad dice:

“Es imprescindible comprender que vivimos en la historia y somos partes de ella, hay que dedicarse a enseñar a las personas y en especial a los niños, que son el recambio de la sociedad, que las estructuras que nos rodean han sido hechas y vueltas a hacer una y otra vez, este es el primer paso a la generación de un pensamiento crítico hacia la realidad.

Luego de esta reflexión del profesor Giroux, de igual manera, presentamos el extracto de una entrevista que la periodista Ángela Satiro, de la Revista española, “Iniciativa Socialista” (2005), le hiciera al célebre antropólogo y filosofo Edgar Morín:

“Ángela Sátiro.- ¿Cuál es la educación necesaria para el siglo XXI?
Edgar Morín.- La educación tiene que ser reorganizada totalmente. Y esa reorganización no se refiere al acto de enseñar, sino a la lucha contra los defectos del sistema, cada vez mayores. Por ejemplo, la enseñanza de disciplinas separadas y sin ninguna intercomunicación produce una fragmentación y una dispersión que nos impide ver cosas cada vez más importantes en el mundo. Hay problemas centrales y fundamentales que permanecen completamente ignorados u olvidados, y que, sin embargo, son importantes para cualquier sociedad y cualquier cultura.

AS.- ¿Se refiere al estudio de los “siete saberes necesarios para la educación del futuro”? [Edgar MORIN, Les sept savoirs nécessaires à l’éducation du futur, SEUIL, Septembre 2000].

 EM.- Sí, me refiero a esos saberes, que implican

Una educación que reconozca las cegueras del conocimiento, sus errores e ilusiones. Una educación que asuma los principios de un conocimiento pertinente. La enseñanza de la condición humana. La enseñanza de la identidad planetaria. La capacitación para hacer frente a las incertidumbres. La enseñanza de la comprensión. La enseñanza de la ética del género humano”.

Todo esto, nos da a pensar que entonces el fin de la Educación en el actual sistema dominante es devaluar los aspectos humanos y socioculturales para sobredimensionar la competitividad, eficacia y rentabilidad, y hacer un mundo de personas sonámbulas para reproducir el aparato de dominación.

Hemos hecho educación de antivalores, mas no una educación donde los valores de lo público sea para transformar lo que es transformable, cuando en realidad, de los que se trata es de esconder los principios de la filosofía neoliberal y promover a través de los mensajes mediáticos un sistema de valores falso o crear el reino de la mentira.

El sostenimiento de la era capitalista, aparte de sus poderosas armas de destrucción masiva, es la información la que termina con una cultura, que transmiten tanto los medios de comunicación como el mismo sistema pedagógico del mundo capitalista. Friedman (1981), uno de los principales exponentes de la denominada Escuela de Frankfurt centró, de forma previa su atención en el reino cultural, apuntando sus críticas hacia la denominada “industria cultural”, de aquellas que controlan la cultura moderna, lo que genera una “cultura de masas”, definida por el autor, como una “cultura manipulada”, que se opone a decir la verdad, es una cultura ideologizante que niega la esencia de las cosas, que al decir de Karel Kosic, representa el mundo de la pseudoconcresión y esa fue la clave preocupante de los estudiosos que se ocuparon desde la Escuela de Fankfurt, a desinformar y deconstruir las falsedades del reino oscuro del capitalismo:

“Con relación a esta industria, lo que más preocupa a los pensadores críticos. Primero, les preocupa su falsedad. Piensan que se trata de un conjunto de preempaquetado de ideas producidas en masa y divulgadas a las masas por los medios de comunicación. Segundo, a los teóricos críticos les inquieta su efecto apaciguador, represor y entontecedor en la gente” (Friedman, 1981)

 

Una Educación de Contexto y para el Contexto

Primero debemos asumir en estos tiempo una educación para el hombre, segundo, una educación desafiante, emancipatorio y contextual, la educación para transformar mi barrio, mi localidad, mi país y mi sociedad. Aprendimos a ser gobernados, ahora, aprendamos a gobernar. Aprendimos a ser oprimidos, ahora, aprendamos a ser libres. Aprendimos a ser privados, ahora, aprendamos a ser públicos. Aprendimos a ser pasivos, ahora, aprendamos a cambiar el mundo.

Para Paulo Freire, “El punto de partida de la educación está en el contexto cultural, ideológico, social y político”, a lo que resumía que por estas razones expuestas, debemos asumir la responsabilidad del mundo, de la sociedad y sus instituciones, de la reconstrucción del mundo, de perseguir los sueños que tenemos y de afrontar los miedos con los que vivimos, en los cuales debemos incidir. Únicamente asumiendo la coautoría de Dios al crear el mundo, podemos tener la capacidad de responsabilizarnos de lo que el mundo nos pide, de lo que el ser humano necesita, de lo que siempre hemos querido que sea nuestro planeta. (Freire)

Según Henry Giroux, una educación divorciada de su contexto carece de valor.

El Artículo 6 de la nueva Ley de Educación, entre las garantías que ofrece esta el de la terrorialización de la Educación contextualizada que dice: “De territorialización de la educación universitaria, que facilite la municipalización, con calidad y pertinencia social en atención a los valores culturales, capacidades y potencialidades locales, dentro de la estrategia de inclusión social educativa y del proyecto de desarrollo nacional endógeno, sustentable y sostenible 

 

Esta es una educación para aprender vivir en contexto, para cambiarlo y hacer de él un espacio para la vida y el bienestar. Es aquella que utiliza el entorno como recurso pedagógico. Una educación contextualizada será aquella que motive las relaciones del conocimiento con el contexto real del individuo y que lleve al conocimiento más allá, examinando las situaciones de otros contextos, analizando sus contradicciones y encuentros.

 

“La existencia de procesos de enseñanza desconectados del contexto, no motivan la reflexión crítica sobre la realidad social del entorno; sólo en algunas ocasiones intentan establecer algunos vínculos, que se limitan a esfuerzos aislados que no transcienden a la reflexión ni a la toma de posturas ante las diferentes problemáticas de la región y el país.”(Giroux)

 

En la nueva Ley Orgánica de Educación, percibimos el hombre y el país que queremos, donde se debe educar para la vida en comunidad; por lo tanto ésta debe formar parte de la institución. Los contenidos de las escuelas de educación básica y media, deben hacer referencia a los asuntos del medio, para así, comprender la realidad.

 

El estudiante debe estar en contacto con su realidad para que descubra, lo transforme, comparta, discuta y reconstruya nuevos significados. En la interacción con el medio, el estudiante se sensibiliza con los problemas del entorno; por ello la metodología de los programas deberá ser abierta, dinámica, dinamizadora, y permitir que se aborden los contenidos a través de las problemáticas reales.

 

Lo que un individuo interioriza a través del proceso de socialización depende del contexto en el que éste está inmerso (familiar, social, cultural y educativo). Cada individuo interactúa e interpreta de diferente manera la realidad en la que vive; esta interpretación se basa en las representaciones internas que construye. Según sean estas interpretaciones, así serán las actuaciones que realice; por ello, un individuo es más competente en la medida en que sus representaciones internas favorecen una mejor actuación sobre su vida.

Una Educación para transformar 

Está encaminada a la transformación social en beneficio de los más débiles. La educación debe considerar las desigualdades sociales existentes en el mundo globalizado, así como adquirir un compromiso con la justicia y la equidad

Es necesaria la formación de la autoconciencia para lograr crear un proceso de construcción de significados apoyados en las experiencias personales. Cuando el estudiante deje la escuela, debe estar preparado para poder pelear, combatir y transformar el mundo que lo circunda. Lo que no queremos hacer es educar a los estudiantes para que crean en un modelo autoritario y corporativo, en donde no haya oportunidades para combatir y pelear.

Esta nueva Ley de Educación, nos dará la oportunidad de materializar los sueños del que tanto habló Don Simón Bolívar, Don Simón Rodríguez, Don Luis Beltrán Prieto Figueroa, y Don José Martí. Construir el nuevo mundo con el nuevo hombre.

(*) Antropólogo. Magister en Docencia para Educación Superior

 


martinezear@yahoo.com


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Edgar Martínez-Castillo(*)

Dr. en Ciencias Políticas


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