En educación, mientras Chávez avanza, la burguesía y el clero ponen el grito al cielo

1. Nada de lo que haga Hugo Chávez en Venezuela –cómo en los sesentas Fidel Castro en Cuba- podrá agradar al imperio estadounidense porque hasta hoy sigue siendo el policía mundial y queriendo imponer castigos de acuerdo a sus particulares intereses. Por eso al aprobar la Asamblea Nacional (Congreso) de Venezuela, en las primeras horas de este viernes 14 una nueva ley de educación, la polarización de los grandes empresarios, los medios de información y la iglesia, contra el gobierno de Chávez se agudizó; hay amenazas de ser desconocida por gremios y universitarios que consideran que la ley pretende ideologizar a los alumnos en el socialismo, en tanto que la jerarquía de la Iglesia Católica advirtió que elimina la educación religiosa en las escuelas venezolanas.

2. Como en México, en Venezuela los sectores más reaccionarios, los impulsadores de la educación privada y enemigos de la educación pública, no aceptan que se les toque sus privilegios. En México la educación privada, la mayoría de las veces dominada por la iglesia, es un gigantesco negocio multimillonario con la total protección del Estado. Es el mismo gobierno el que ha dejado al abandono la escuela pública (presupuestos, programas, maestros, edificios, laboratorios) para que los padres con dinero paguen la escuela privada. ¡Imagínense lo que pasaría en México si esas gigantescas escuelas privadas de una orden religiosa se les impidieran hacer negocios, se les obligara a impartir una educación científica y se les prohibiera hacer campañas religiosas en la escuela!

3. Con el tonto y tramposo argumento de que “el Estado no debe intervenir en la educación de los hijos y que las familias deben elegir el tipo de enseñanza que quieren” se pretende descalificar la educación pública y acusar a los gobiernos de querer ideologizar dictatorialmente. En el México de los años sesenta, con el argumento de “destruir la ideología comunista” los grandes ricos más reaccionarios se reunían en las plazas públicas para realizar grandes hogueras para quemar cientos de libros de texto gratuito que el gobierno repartía en las escuelas primarias. Pero los gobiernos miedosos, como los de López Mateos y Díaz Ordaz, en vez de castigar a quienes ordenaban las quemas, buscaban negociar con ellos cambios de orientación de los textos, tal como se ha venido haciendo.

4. Los ricos empresarios, los medios de información y la iglesia, al pedir que el Estado deje en las familias la orientación de la educación, callan sus verdaderos propósitos: querer quedarse con la educación para que la dirijan a su manera. ¿Se olvida acaso que el clero, los terratenientes y militares, que en el siglo XIX llegaron a tener en sus manos el monopolio de la educación provocaron guerras para evitar que los liberales de entonces (como en México) lucharan para separar a la iglesia del Estado y arrebatarle el monopolio educativo? Indiscutiblemente Chávez conoce bien esas experiencias históricas y sabrá explicarlas a su pueblo para que no sea engañado y manipulado por los medios de información. Si en Venezuela se busca realmente dar los primeros pasos al socialismo, la educación es un buen comienzo.

5. Fidel Castro no dio paso atrás alguno porque en ese país, en un año (no recuerdo si fue en 1961 o 1962) se superó totalmente el analfabetismo. En Venezuela, parece que la campaña contra el analfabetismo realizada por el bolivarismo y la robinsoneada ha logrado la alfabetización total. Lo que no se puede decir de México donde, después de 90 años de campañas tras campañas anuales, de dilapidar millones y millones de pesos, aún las estadísticas reconocen más de un 12 por ciento, es decir, casi 15 millones de analfabetas, y en pleno siglo XXI. Además hay que hablar del analfabetismo funcional, el de aquellas personas que aprendieron a leer pero que ya desaprendieron por falta de práctica. En las sociedades capitalismo, donde la educación escolarizada es tomada en cuenta, ser analfabeta es ser marginado.

6. Pero en Venezuela han ligado otro problema. El artículo 50 de la ley de educación es uno de los más polémicos al establecer que los medios de comunicación –que acostumbran hacer lo que les da la gana- tienen prohibido publicar informaciones que produzcan terror en los niños, inciten al odio, atenten contra los sanos valores del pueblo venezolano, la salud mental y física de la población. La mención a la prensa provocó la reacción de los periodistas, que alertaron sobre los peligros a la libertad de expresión. Pero, ¿de qué libertad de expresión hablan si el pueblo no tiene espacios para expresarse, son pueblos sin voz, y son los medios los que monopolizan la palabra y la propiedad de los periódicos, radios y TV? En última instancia no se silencia a nadie sino sólo se les dice que no pueden hacer lo que les venga en gana.

7. Ante la avalancha de críticas de los grupos de derecha, el gobierno de Chávez ha dicho: “Todo el mundo fue consultado incluyendo los sectores de oposición que dicen que no fueron abordados. Ellos mismos estuvieron en la comisión permanente de Educación, Cultura y Deportes y expusieron lo que pensaban y lo que quieren es que la educación sea privada para convertirla en una mercancía de enriquecimiento. La educación en Venezuela será gratuita, popular, laica, será una educación para la liberación del ser humano y no para la subordinación de fuerzas imperialistas como desea la oposición. Están indignados porque se declara Bolivariana y Robinsoniana nuestra educación o sea que prácticamente les avergüenza el pensamiento de nuestro Libertador y de su maestro Simón Rodríguez”.

8. La educación en Venezuela, en México, en Cuba o en cualquier país no puede dejarse en manos de los dueños del capital, de quienes se han aprovechado de ella para hacer negocios y controlar la mente del pueblo para someterlo. El pueblo tiene el derecho absoluta a ella y debe estar en manos de sus representantes en tanto no pueda controlarla de manera directa. Hugo Chávez está haciendo lo que en México hicimos a mediados del siglo XIX y que continuamos al triunfo de nuestra revolución; pero también nos está despertando a los latinoamericanos de ese larguísimo sueño que le ha permitido a los privatizadores arrebatarnos la educación pública, gratuita, laica y popular para imponerlos una educación al servicio del capital. Esperamos que Chávez siga adelante para que nos enseñe lo que es luchar para el pueblo.

pedroe@cablered.net.mx


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Pedro Echeverría V


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