Ningún sueldo compensará nunca la labor que desempeña una maestra o maestro en la sociedad. Ni que este gobierno, altamente preocupado por mejorar la calidad de vida de los venezolanos y especialmente de la clase trabajadora, incrementara el salario de los maestros cinco veces el que tienen se lograría el efecto de que reciban la compensación equivalente al aporte que ellas y ellos realizan a la sociedad.
La verdad es que siempre ha sido así, lamentable mucha gente que ejerce este oficio no lo sabe. Incluso si nos remontamos a los tiempos más remotos también se observa que la compensación de la labor de los maestros fue poco remunerada.
Alguien podrá decir, acaso los maestros no tienen derecho a mejorar y a tener una vida de calidad como otros profesionales y a no vivir en permanentes privaciones dados los bajos sueldos y salarios que perciben.
Diría que debemos intentar mejorar sustancialmente la calidad de vida de los maestros ideando un sistema en el cual quienes ejercen esta profesión puedan gozar de manera subsidiada, por el Estado pero también por el campo privado, del disfrute de ciertos bienes y servicios sin necesidad de que deban cancelar ningún costo por ellos. Imaginemos que los maestros puedan ir al cine, teatro, espectáculos, café, restaurant , sin cancelar costo por entradas y recibiendo un trato igual a quien si cancela; imaginemos que el Estado previa certificación, subsidiara pagos de electricidad, teléfono, condominio, internet, etc., de quienes ejercen la profesión de maestros; imaginemos que hasta debería considerarse la adquisición de libros, materiales educativos, de papelería, artículos electrónicos, etc., dentro de esta política; pero además imaginemos que al igual que sus padres maestros los hijos, hijas, esposo, esposa puedan gozar de algunos de estos beneficios. Necesariamente debe incluirse la adquisición de productos farmacéuticos y hasta podría pensarse en que puedan obtener subsidios en viajes, hoteles, en la temporada vacacional. Parece innecesario pero habría que considerar obviamente políticas de subsidio para compra y alquiler de viviendas a maestras y maestros.
La verdad que en una sociedad del capitalismo voraz donde a todos sólo les interesa enriquecerse a cualquier precio y sin importarle más nada, es imposible pensar que un planteamiento como el expuesto tenga aceptación, pero en una propuesta de sociedad socialista, como la que estamos vislumbrando en Venezuela no es utópico pensarlo y muy por contrario debe considerarse como una alternativa ante la necesidad del Estado de darle respuesta a los cientos de miles de maestros y maestras que viven una vida de privaciones y escasez.
Un planteamiento como el anterior más que otorgarle el privilegio a los maestros de ganar más sueldos que a otros sectores de la sociedad, estaría planteando mejorar la condición de maestra o maestro ya que estos beneficios será inherentes a quienes cumplen la labor más allá de la remuneración económica que seguirían recibiendo.
No olvidemos la célebre frase de un maestro de maestro que sentenció: “inventamos o erramos”. Vale la pena inventar cosas nuevas para abrirnos a horizontes nuevos en la sociedad socialista que se está erigiendo.
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