Del movimiento estudiantil bolivariano

Una nueva corriente dentro de la Revolución

“NUNCA las universidades fueron utilizadas para peores fines como ahora. Es el colmo cómo los tinterillos de El Nacional y El Universal y los noticieros de Globovisión exaltan las manifestaciones de los grupos de las universidades privadas comparándolas con las jornadas de 1928 y de 1958. Son verdaderamente cínicos y sinvergüenzas. No sé si soltar una carcajada o vomitar. La gesta de 1928 fue contra una tiranía (Juan Vicente Gómez). El país había sido hundido en la barbarie con docenas de presos políticos en La Rotunda y en el Castillo Libertador, incomunicados, sin abogados defensores, sin visitas de familiares, sin protagonismo en la TV y diarios: un país sometido a los asesinatos y torturas, sin prensa libre y sin partidos. En una lucha titánica se forjó la acción estudiantil con el costo de largos años de prisión y destierro para Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt, Juan B. Fuenmayor, Ernesto Silva Tellería y otros (como José Pío Tamayo por ejemplo, las negritas son mías). Las acciones de 1958 fueron batallas libradas casi a diario entre barricadas y bombas molotov contra la brutal policía del coronel Nieto Bastos y los esbirros de Pedro Estrada. La dictadura de Pérez Jiménez mantuvo al país bajo el más tenebroso terror. ¿Cómo pueden comparar aquellas luchas con los desfiles de los niños bien de las universidades privadas provocando a la Policía Metropolitana con insultos, piedras y botellas sin respuesta represiva? ¿A quién engañan?”

¿Movimiento Alternativo?

Eso mismo nos preguntamos muchas personas, quienes sorprendidas vimos por televisión a quien creíamos estaba detrás de la autoría de este excelente párrafo, firmado con el seudónimo de Marciano, exculpar frente a todos los medios de comunicación al movimiento estudiantil de la oposición sobre sus vínculos políticos y la conspiración de la ultraderecha. Impresiona que un político y periodista tan avezado, quien tuviera tan altas responsabilidades en el gobierno bolivariano, se refiera a estas alturas al movimiento estudiantil de la oposición, que ha demostrado claros propósitos desestabilizadores, como un movimiento alternativo. De cualquiera se podría esperar un planteamiento tan inocente, menos de este “escribidor” a quienes hemos leído y escuchado por largos años.

Es posible creer que un movimiento estudiantil sea “alternativo” cuando: a) se catapulta a raíz del fin de la concesión a RCTV, defendiendo una empresa que monopolizó la comunicación y el entretenimiento durante 53 años, b) no tiene ni una sola consigna relacionada con los problemas de la educación superior, a no ser que reconozcan que la libertad de expresión que solicitan también se extienda para dentro de sus casas de estudios, c) se propone ir “avanzando” territorialmente hacia el centro del poder político para enfrentar los cuerpos policiales y desafiar las ordenanzas municipales, d) sus planteamientos todos se dirigen a descalificar la gestión de gobierno del Presidente Hugo Chávez Frías aún cuando se escondan detrás de un lenguaje conciliador, e) sus métodos son casi idénticos que aquellos aplicados por la CIA en Europa Oriental.

Lamentablemente no podemos hablar de un movimiento alternativo en estas manifestaciones de calle de los estudiantes de la oposición porque todos los días cambian de consigna, porque no se hacen eco del espíritu que históricamente caracterizó al movimiento estudiantil venezolano, siempre al lado de las conquistas populares, porque no son críticos del conocimiento que se les imparte ni de la falta de democracia interna de las instituciones donde estudian, por sus estrechos vínculos con los medios de comunicación privados golpistas.

Quienes se los llevaron por los cachos…

En realidad quienes han marcado la pauta han sido nuestros estudiantes bolivarianos, quienes en la Asamblea Nacional, en los espacios televisivos, en sus casas de estudios, en sus comunidades, han conmovido por su claridad política, sus convicciones, su naturalidad, su identificación con un proceso de transformación y cambios. Las palabras de una visitante a un centro comercial muy concurrido en el este de la capital, quien le comentaba en voz alta a su compañero mientras salía de un ascensor: “Los chavistas se los llevaron por los cachos”, son más que elocuentes de una verdad que quienes defendemos la Revolución Bolivariana no hemos sabido explotar suficientemente en beneficio de identificar realmente las nuevas corrientes que se mueven dentro de la sociedad venezolana.

Se les ha tratado de descalificar por su identificación con el liderazgo del Presidente Hugo Chávez Frías y con el proyecto político que él impulsa, diciendo que son “gobierneros”. Quienes luchamos por más de treinta años por alcanzar un proceso como el que estamos viviendo, y que fuimos testigos de cómo caían estudiantes por sólo pedir medio pasaje estudiantil o el cupo universitario, vemos como un derecho político inalienable que el movimiento estudiantil pueda identificarse con el gobierno bolivariano para ser protagonistas y ejercer su corresponsabilidad junto al pueblo al cual pertenecen en la construcción del socialismo del siglo XXI.

Son ellos, las nuevas generaciones que ya se han hecho dueñas de este proceso que se inició con la promulgación de una nueva constitución aprobada en referéndum por uno de los altos porcentajes que se conozca, los que representan el verdadero movimiento alternativo a la contrarrevolución, a la pusilanimidad, a la falta de frescura, fe y carácter. ¡Qué vivan los estudiantes!

clarac8@cantv.net


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Carmen Cecilia Lara

Profesora de comunicación social de la UBV

 sathya954@yahoo.com

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