Pensar por los jóvenes

Hay apoyos sospechosos y otros, definitivamente contra natura. Que las grandes corporaciones mediáticas, la derecha eclesiástica, Fedecámaras y los auto exiliados de Miami apoyen a un sector del estudiantado, es algo que por lo menos levanta suspicacias. Si a semejantes respaldos se suma algún espaldarazo de Condoleezza Rice o se coincide con ella en el discurso (“derechos civiles”, “libertad de expresión”), ya la cosa amerita un urgente examen de conciencia.

¿Qué estamos haciendo? Los estudiantes oposicionistas que hoy protestan por el Grupo 1BC, han recibido un desmesurado empujón mediático que dejaría loco al propio Mc Luhan. Los famosos 15 segundos de gloria ya se extienden por semanas. En ese inusitado apoyo virtual está su fortaleza y, también, el envoltorio de su fracaso. ¡Luces! ¡Cámara! ¡Acc…quéeee?

Las protestas de los alumnos oposicionistas, publicitariamente bien concebidas y mejor montadas, son noticia permanente de primera plana y noticieros estelares, con fanfarrias y cortina musical de espanto y suspenso. Los estudiosos se preguntan por qué si no hay atributos, factores ni elementos noticiosos, lo que hagan o digan estos jóvenes sigue recibiendo tratamiento de noticia espectacular.

Estamos, de nuevo, ante una puesta en escena tipo plaza Altamira. Otra vez, para su deslumbramiento momentáneo y estruendoso fracaso final, los medios llevan la batuta. Si ayer secuestraron a los meritócratas petroleros, a la llamada “sociedad civil”, a los militares de plaza Francia y a la coordinadora democrática, hoy han tomado por asalto al movimiento estudiantil oposicionista.

Resulta artificial la supuesta creatividad, tan ordenada y coordinada, de los chicos de las universidades privadas. La “espontánea” llegada al Metro con fotógrafos y camarógrafos esperándolos, la palabra “Libertad” geométricamente perfecta en la Cota Mil y las tomas hechas desde el teleférico; el guión con sujeto, verbo y predicado leído en la Asamblea Nacional, arrancan una sonrisa de asombro cómplice. A esto se agrega el monopolio de las primeras páginas durante semanas (no ocurre nada en el país ni en el mundo que los desplace en importancia noticiosa), los reportajes por todos los medios, las entrevistas donde el entrevistado no dice nada pero al que dan página completa a ver si alguien encuentra algo.

Lo virtual, pregúntenle al bueno de Pasquali, no se puede sostener durante mucho tiempo. Cuando choca con la realidad, se desmorona escandalosamente. Esto fue lo que pasó en la Asamblea Nacional el 07 de junio de este año de las protestas hechas marketing. Los alumnos de los colegios privados pidieron un debate en cadena nacional (así está escrito en su carta) y cuando se les concedió, abandonaron el escenario, enojados porque se les complació.

Lo primero que tienen que hacer estos chicos es sacudirse a los medios. Lo segundo, zafarse de rectores y profesores que encabezan sus marchas. Lo tercero, mandar al diablo el envoltorio de cuñas comerciales de sus protestas. A partir de ese momento, encontrarán sus propios pasos y hasta serán capaces de debatir sin necesidad de guiones de empresas publicitarias, cuyo lema es el ofensivo y arrogante “permítanos pensar por usted”.


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Earle Herrera

Profesor de Comunicación Social en la UCV y diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV. Destacado como cuentista y poeta. Galardonado en cuatro ocasiones con el Premio Nacional de Periodismo, así como el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal (mención Poesía) y el Premio Conac de Narrativa. Conductor del programa de TV "El Kisoco Veráz".

 earlejh@hotmail.com

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