¿Por qué acabaron imponiéndose aquel mar de nulidades engreídas, dueños y señores del Saber?

  1. Me costó tormentos tremendos soportar el papel de profesor en universidades como la UCV, "Luis Caballero Mejías", UDO y ULA. Ambientes que me llegaron a parecer los de una cárcel o campo de concentración. O manicomio. Con seres desintegrados que deambulaban por aulas y pasillos como si unos con otros tuviesen algo en común, siendo tan idénticos. Kafka, allí, se hubiera quedado pendejo. El fin prioritario para todos ellos era atenerse a un sueldo y repetir ad nauseam uno o dos cursos cada año. Gente a la cual los asuntos de la VERDAD, de la realidad de las cosas, la justicia o la moral no les incumbía para nada. No creían estar en una universidad para plantearse cuestiones que tuvieran que ver con la vida del día a día.

  2. Para nada, digo, les importaba a estos señores universitarios, si convivían en una institución dirigida por delincuentes, mafiosos, negociantes de partido, harto manipuladores. Un cuerpo profesoral y de investigación que se adaptaba sin complicación alguna con una realidad tan chocante, moralmente repugnante, y ellos recibiendo premios académicos de manos tan burdas y peludas, y llamándose a sí mismos INVESTIGADORES, ACADÉMICOS o INTELECTUALES. De vez en cuando se embozaban aquellas túnicas negras, aquellas togas y birretes para compartir desde la mayestática Aula Magna los papelazos de representantes del Saber. Junto a grandes negociantes y manipuladores de estas instituciones, en la entrega de títulos, de reconocimientos a otros profesionales y colegas. No se puede creer ni aceptar que quien se inclinara ante tamaña barbarie pudiese ser creador alguno ni mucho menos hombre. Por ello aquellas llamadas UNIVERSIDADES AUTÓNOMAS, funcionaban de manera tan pervertida y degradante de la condición humana, porque ante nada, que lo que prevalecía por doquier era la MENTIRA, el disimulo, el negocio, la debilidad, la cobardía y la maldad. ¡Qué santuario del conocimiento, señores! No, se trataba de un garito plagado de complicidades, en los que se urdían los mayores robos y actos de injusticias.

  3. La VERDAD es el fundamento de la vida humana, el elemento en que se mueve cuando no se olvidan sus primordiales principios ciudadanos; por eso es el fundamento de la convivencia, lo que la hace posible y asegura su carácter humano, la capacidad para expresarla; si nos falta se produce su degeneración hacia una u otra de estas dos posibilidades: la cosa o el rebaño. Y por ello las llamadas UNIVERSIDADES AUTÓNOMAS terminaron convirtiéndose en un rebaño manipulado por seres inescrupulosos que ni estudiaban ni daban clases, era simples hordas de facinerosos encargados de hacerle fachada a la virginidad perpetua, sagrada y pura de la Virtud y del Saber. Cualquier persona dentro de aquellas UNIVERSIDADES AUTÓNOMAS una universidad venezolana que tuviese el menor atrevimiento de sostener una verdad distinta a la de los EQUIPOS RECTORALES, de inmediato era hostilizado, atacado, catalogado de loco, de resentido y desadaptado social. Esto impone el miedo y tras él la crueldad del silencio y del rechazo al que se oponga convivir en ese espeso pantano de negocios y manipulaciones impuesto por los mandamases de negras escafandras.

  4. No se perdonaba la crítica porque perturbaba el negocio de los grupos de poder que dominaban en estas instituciones. La mayoría se encogía de hombros ante los males y simplemente ante la evidencia decía: "No me consta", como tampoco hace el menor esfuerzo por enterarse. Entonces todo se tornaba irrespirable, un mundo de impotentes y resignados al mal, un ambiente de irrespirable de indiferencia hacia los males que brotaban por doquier, y yo iba viendo cómo los malvados se apoyaban unos a otros para esconder sus faltas o trácalas, haciéndose fuertes incluso para condenar y hundir al que se atreviese a denunciar sus bajezas y trapacerías.

  5. Producto de aquel tráfago de fechorías, la gente honrada o se iba de aquellas instituciones o se apartaba del todo. Los espacios todos, entonces, quedaba tomados por los descarados y facinerosos. Por eso, los facinerosos, los mediocres, prosperaban en estos medios e iban ascendiendo en privilegios y "méritos". Una historia terrible que apenas comenzamos a desentrañar…



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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