“El pernil a los docentes”: un país de mendigos y limosneros

"La entrega del pernil al personal Gobernación de Miranda fue un desmadre... maestras desmayadas, otras embarazadas, les negaban hacer uso de un bañó, docentes enfermas, otras estafadas…Mayor humillación", así señaló la profesora Omaira Luque (@LuqueOmaira) desde su cuenta en Twitter¹ el cómo la "dependencia" mencionada (mal)trató a las educadoras y docentes que estuvieron en forma numerosa bajo tal situación de espera, que paradójicamente no fue vista en ese mismo espacio como centro de votación el pasado 6 de diciembre.

Y si lo anterior, ya resulta deplorable, peor deriva en la denuncia del secretario de la Federación Venezolana de Maestros (FVM) cuando asegura que más de 40 docentes adscritos a la Unidad Educativa "Rodríguez López" en Los Teques, pues, ninguno de éstos recibió la pieza de pernil por estar sumados a la protesta nacional del magisterio debido a las condiciones de miseria que vive este gremio; siendo más grave su denuncia en que la" directora" de tal institución, Milagros Valera junto con la subdirectora Erika Andrade, actuando más en carácter de agentes políticas y de amedrentamiento habrían llamado a la policía regional cuando los docentes reclamaron, o sea, en palabras de Zapata: «pretendían meter presos a los maestros por denunciar tal atropello», tal y como fue señalado por un portal de noticias².

Y es que además, Zapata también señaló que esta condenable y deplorable situación se repitió en otras escuelas y liceos del estado Miranda, y sobre lo cual como residente de la isla de Margarita doy fe, que lo vivido en ese estado central con semejantes hechos, no son muy diferentes sobre el férreo y déspota control que las mal llamadas "autoridades" de la Zona Educativa de Nueva Esparta ejercen contra quienes alcen sus voces por salarios mensuales de cinco dólares en promedio, así como las paupérrimas condiciones de infraestructura y "pedagógicas".

Atrás, muy atrás, es decir, hace mucho tiempo quedaron para el recuerdo aquellos años en los cuales los docentes con sus ingresos entregaban canastillas llenas de alimentos y presentes navideños para el personal administrativo y obrero de sus planteles, que incluso se extendía como labor social hasta las familias más pobres del sector donde pertenecía la escuela o liceo, y en donde tampoco faltaban juguetes para los niños más necesitados.

Desgraciadamente, si hay una filosofía y pragmatismo madurista que comprueba la degradación social del docente y de los venezolanos en general, ha sido la "implantación" por mandato presidencial de "la entrega del pernil" en estos tiempos decembrinos, lo cual se asemeja cada vez más a una suerte de lotería sobre la cual, sólo muy pocos, entre muchos mendigos y limosneros, podrán finalmente tener en sus manos el anhelado pernil, aunque su carne esté en mal estado, es decir, podrida, tal y como, fue denunciado por Asael «Roque» Méndez, secretario de organización del Sindicato de Trabajadores de la Educación del Estado Miranda (Sitrem)³.

Hoy, la inmensa mayoría de venezolanos, aunque suene terrible decirlo y aceptarlo nos hemos convertido en eso, limosneros y mendigos, porque aquellos que se resisten por otras razones a buscar un pedazo de pernil – que en la mayoría de los casos nunca llegará, y si llega puede estar descompuesto – estamos en la desesperada acción del rebusque, o esperando la remesa del familiar, el amigo o el donante, que en nada difiere al que espera ese "prometido" pedazo de carne para cocinar aunque sea unas contadas hallacas de otrora cena navideña que se vivía con alegría y dignidad.

Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo en el mundo, con inmensas riquezas minerales y naturales, donde era hasta hace poco el país con la vialidad e infraestructura más envidiada del continente, con universidades y hospitales públicos que eran centros de postgrados en Latinoamérica, con el Metro más moderno y avanzando en sistema de transporte público de la región, y con una geografía que llama a desarrollar una empresa turística de alto nivel, basados en una historia de libertad y gesta emancipadora, merece más que la infausta decisión que nos regalen un pedazo de pernil, o tengamos que vivir de una remesa; o peor aún, morir con nuestros hijos ahogados en altamar o cruzando fronteras.

Los docentes y trabajadores tenemos en nuestras manos la posibilidad de cambiar esta realidad. El pensamiento por una Venezuela distinta debe unirnos para abandonar para siempre esa filosofía y pragmatismo que algunos pretenden enlodarnos como si nuestra vida solo valiera "un pedazo de pernil".

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¹ https://twitter.com/LuqueOmaira/status/1339409763155800066

² http://xn--eltequeo-j3a.com/no-hay-pernil-para-docentes-en-conflicto-dejan-sin-cochino-a-40-maestros-en-los-teques/

³ https://elpitazo.net/gran-caracas/educadora-de-miranda-recibe-pernil-en-mal-estado/



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Javier Antonio Vivas Santana

Más de 6 millones de lecturas en Aporrea. Autor de la Teoría de la Regeneración del Pensar. Dr. en Educación (UPEL). Maestría en Educación, mención Enseñanza del Castellano (UDO). Lcdo. en Educación en las menciones de Ciencias Sociales y Lengua (UNA). Profesor de pre y postgrado tiene diversas publicaciones y ponencias internacionales acreditadas y arbitradas por editoriales, universidades e instituciones de España, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, y naciones de América Latina.

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