Alquimia Política

El Trabajo de Aplicación y sus versiones en Ciencias Sociales de UNELLEZ

Lo más difícil en un hogar es, cuando se es familia numerosa, poder consensuar en las relaciones interpersonales y el manejo y método para encarar los quehaceres diarios de la cotidianidad en la convivencia. Es difícil que los padres asuman una conducta ante el uso de la escoba, y los hijos, por su parte cada quien barre a su manera, algunos dejando más polvo que otros y colocando la herramienta de limpieza en los espacios que considera deberían pernotar. En ese sencillo ejemplo de la cotidianidad tenemos dos realidades: una, la escoba tiene un método tradicional para su uso, las innovaciones son aceptadas, pero el fin debe justificar la acción de barrer que es recoger el sucio. Y dos, que ese método tradicional de uso admite mejoras, estilos, pero nunca renuncia a la esencia práctica del método: limpiar.

Esto mismo, pero enfocado a la metodología del denominado Trabajo de Aplicación que sirve como requisito para obtener el título de Licenciado en Administración o Licenciado en Contaduría Pública, en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora, UNELLEZ, ocurre con la inducción en esa metodología en los Cuatro Vicerrectorados que hacen vida en la UNELLEZ (eso sin contar la experiencia de la municipalización donde también se da esta situación). Resulta que la metodología para el abordaje del Trabajo de Aplicación se ha venido confeccionando desde el año 2007, cuando entró en vigencia el actual pensum de las carreras mencionadas y que contemplaba la figura del Trabajo de Aplicación como una tesis que partiendo de un diagnóstico adecuado, buscara una solución a alguna debilidad encontrada, la aplicara y de allí evaluara el impacto de dicha propuesta-solución en los sujetos investigados.

Como se puede apreciar, es una percepción sencilla que induce a la idea de la investigación-acción y promueve mecanismos de intervención por parte de los investigadores en los asuntos o problemas explorados.

Pero esta idea tan simple que debería haber madurado sin egoísmos, con verdadera vocación académica, terminó por ser desvirtuada desde el documento oficial que en el 2009, se aprobó con el titulado de "Normas para la elaboración y presentación del Trabajo de Aplicación para las carreras Licenciatura en Administración y Licenciatura en Contaduría Pública del Programa Ciencias Sociales de la UNELLEZ". En dicho documento se transfiere un error que edición tras edición, en el Manual de la Universidad Politécnica Experimental Libertador (la actual edición es la cuarta), se ha venido cometiendo, y es la no delimitación de lo que es Proyecto Factible y Proyecto Acción, entiéndase por las características metodológicas de este último, Trabajo de Aplicación.

El Proyecto Factible es un documento científico que tiene diagnóstico, que determina lo factible de las potenciales soluciones para mejorar las debilidades que haya mostrado el diagnóstico, desde lo administrativo, técnico, operacional, entre otros; y tiene un resultado que es la propuesta. Un Proyecto Factible llega hasta la caracterización de la propuesta.

Por su parte, el Proyecto Acción, entiéndase Trabajo de Aplicación, es un documento científico que parte de un diagnóstico, analiza la posibilidad de una potencial solución a las debilidades develadas por el diagnóstico, diseña objetivamente la solución, la aplica a unos sujetos determinados y finalmente la evalúa o valora, en razón del impacto positivo o negativo que tuvo la aplicación de dicha propuesta-solución. Es decir, el Proyecto Acción tiene como resultado la evaluación del impacto de la propuesta que se aplicó.

¿Cuál fue el origen del problema que hoy causa que en cada vicerrectorado se de una metodología distinta para la construcción de un Trabajo de Aplicación? Como expresé anteriormente, se reprodujo un grave error que está en el Manual de la UPEL, este error está en el capítulo II, Sección tercera, De los Proyectos Factibles, numeral 15, que dice: "El Proyecto Factible comprende las siguientes etapas generales: diagnóstico, planteamiento y fundamentación teórica de la propuesta; procedimiento metodológico, actividades y recursos necesarios para su ejecución; análisis y conclusiones sobre la viabilidad y realización del Proyecto; y en caso de su desarrollo, la ejecución de la propuesta y la evaluación del proceso como de sus resultados". Resulta que en la primera parte hace una mescolanza entre lo que sería una investigación exploratoria-documental de campo y un proyecto que presente soluciones a problemas de índole práctico definidos, sin embargo se puede "pasar por bola" ese desliz , dado que cierra su acercamiento diciendo que se llegará a un "…análisis y conclusiones sobre la viabilidad y realización del Proyecto", al decir "viabilidad", ya está dándonos la imagen de una propuesta, por ende el fin último del Proyecto Factible está develado sin mayor contratiempo. Pero culmina el numeral expresándose con absoluta vaguedad de que: "…y en caso de su desarrollo, la ejecución de la propuesta y la evaluación del proceso como de sus resultados".

A partir de esta última oración ya no se está en los terrenos del Proyecto Factible, se traspasa y se llega a otra metodología más amplia, que tiene otros objetivos y propósitos, se conoce como Proyecto Acción, y su fin es aplicar la propuesta-solución y medir el impacto de dicha propuesta en los sujetos investigados. El error es no abordar este punto en la frontera del conocimiento técnico y metodológico, adecuado, aunque se intuye que para alguien que sepa del tema no hay confusión alguna, pero para quienes observaron esta realidad y la llevaron a la norma de la UNELLEZ referida, pareciera que descuidaron totalmente hacer esa acotación que delimita dos formas distintas de ver un proyecto en el ámbito local-situacional. La norma en su artículo 39, dice: "Los Trabajos de Aplicación tipo Proyecto Factible, consisten en la elaboración y desarrollo de una propuesta viable para solucionar problemas, requerimientos o necesidades (administrativas o contables) de una organización o grupo social apoyado en una investigación documental, de campo o ambas (UPEL, 2008). El Proyecto Factible comprende cinco etapas: Diagnóstico, factibilidad, elaboración de la propuesta, ejecución o puesta en marcha de la propuesta y evaluación de la propuesta. El Trabajo de Aplicación de tipo Proyecto Factible puede llegar hasta la elaboración de la propuesta."

En todo el primer cuerpo de la norma describe un adefesio metodológico en cuanto a las características que debe contemplar un Trabajo de Aplicación, relacionándolo con el Proyecto Factible en el error de no delimitarlo como Proyecto Acción; y culmina esgrimiendo que el "…Trabajo de Aplicación de tipo Proyecto Factible puede llegar hasta la elaboración de la propuesta"; es decir, lo relaciona nuevamente con el Proyecto Factible cuando el Trabajo de Aplicación, epistemológicamente no está enmarcado en el discurso de la factibilidad, sino en el escenario de la valoración, evaluación e inferimiento del impacto de una propuesta ejecutada.

Si vamos al plano de la complejidad del proceso de investigación (que contempla cuatro niveles: perceptual, aprehensivo, comprensivo e integrativo), se tiene que el Trabajo de Aplicación está en el nivel Integrativo (cuarto), y su fin último debe encararse en este mismo nivel, el Proyecto Factible está en el tercer nivel, Comprensivo, y tiene sus intereses distintos, válidos, pero diferentes al sentido integral que promueven los Trabajos de Aplicación. Ambas metodologías son válidas, exigentes y altamente eficientes en el manejo de problemas locales-situacionales, pero debe establecerse sus fronteras metodológicas porque la ambigüedad ha generado que en cada vicerrectorado de UNELLEZ, el docente asuma una postura fuera de la lógica investigativa que dio razón de ser al Trabajo de Aplicación.

En una palabra, unos lo asumen como Proyecto Factible y lo llaman Trabajo de aplicación; otros como descriptivo de campo y lo llaman Trabajo de Aplicación; otros como Informe exploratorio y lo llaman Trabajo de Aplicación. Debe definirse un documento y una intencionalidad académica por normar el Trabajo de Aplicación, pero sin ególatras, sin raspicuín académicos que se les cae el anillo imponiendo sus dos libritos de metodología "leídos" en su vida; queremos debate, pero serio, con responsabilidad, con gente humana, sensible, con vocación docente, no nos sentaríamos jamás con el disfraz de la soberbia que es lo que hoy caracteriza a buena parte de quienes piensan que la metodología es un asunto de saber leer y escribir, no de investigar. Mucho analfabeta metodológicos pululan nuestras cátedras universitarias, a esa gente no nos interesa convocar, queremos a gente pensante y con buenas intenciones, cuando quieran y en el terreno que quieran debatimos.



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Ramón Eduardo Azócar Añez

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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