UCV

Estos días de Marzo, van dejando enseñanzas muy importantes a nuestro pueblo, cada día más consciente de la agresión imperialista y, de quienes desde dentro de la Patria, se prestan a jugar al lado del imperio para cercenar nuestra Independencia. Las encuestas, comienzan a reflejar el enorme rechazo popular a esa actuación irregular de la MUD, acompañada del gobierno de los EEUU y el paramilitarismo uribista. Eleazar Díaz Rangel, da cuenta de los resultados de la encuestadora “Pronósticos” recogidos en la mal llamada Gran Caracas: “De realizarse elecciones presidenciales, ¿por quién votaría?, Capriles obtiene 16,5% y L. López 17,1%, y en el estado Carabobo la proporción es similar: 16,1% y 16,8%, respectivamente. Quien quedó totalmente fuera, pese a vincularse con los radicales fue Antonio Ledezma, con 1,3% en Caracas, y 1,9% en Carabobo. Y de María Corina Machado ni hablar: 0,7 y 0,6. En cambio, Maduro atrae 40,3 en Caracas y 37,8”. (Domingo de Díaz Rangel, Últimas Noticias, 16-03-2014). Sobre la pregunta: “¿Qué opinión le merecen las llamadas “güarimbas?” El 38,6% las considera negativas y 33,5% “muy negativas” (las dos suman 72,1%), pero 22,2% las ve positivas, y sólo 1,9% “muy positivas”. Se supone, que ese 24% sea de los más recalcitrantes opositores. Los resultados de Carabobo apenas tienen diferencias, la suma de las opiniones negativas es de 71,4%”. Respuestas contundentes, que dan muestra de lo errado que ha sido la opción violenta asumida por la MUD.

Entre las acciones violentas desplegadas por la MUD, una tiene que ver con el intento de repetir el escenario del 11 de Abril de 2002. Una marcha opositora, sin autorización para ingresar al Municipio Libertador, es desviada por sus organizadores hacia ese importante Municipio, el lugar seleccionado para el desvío no pudo ser otro sino la Ciudad Universitaria de Caracas, la UCV. Atrás dejaron, las autoridades de esa institución universitaria, su rechazo a la actuación de la Alcaldía de Libertador ocurrida el pasado 22-10-2010, en que esa Alcaldía organizó un Acto Cultural en homenaje a Jorge Rodríguez (Padre) en instalaciones ucevistas (tierra de nadie). La entonces directora del Instituto de la Juventud de Caracas, Andreina Tarazón incluso solicitó la permisología correspondiente mediante comunicación N° IMJC-P0439-10 de fecha 20-10-10, permiso negado entonces por la ciudadana rectora de esa universidad. No obstante lo cual, ese Acto se realizó con la consabida respuesta institucional, altisonante, toda vez que, hasta de violación de autonomía manifestó el alto cuerpo de decisión de esa institución pública. En esta oportunidad, aquella actuación se convirtió en historia. Pues, como han demostrado en estos cinco años pasados de mala gestión rectoral, la Autonomía es solo un artificio gramatical que utilizan según su conveniencia política.

Si bien los objetivos políticos de esa marcha no fueron hechos públicos, era más que evidente, que el objetivo era buscar enfrentar esa masa humana contra otra que se encontraba pocos metros del destino que pretendían dar: la Defensoría del Pueblo, en Bellas Artes; lugar de salida de la marcha de las y los estudiantes revolucionarios. Criminal objetivo, ese que pretendían darle al desviar la marcha opositora por la Ciudad Universitaria de Caracas, la UCV. La actuación responsable del Gobierno Nacional, a través de la Policía Nacional y la Guardia Nacional Bolivariana, evitó que esa marcha se dirigiera hacia el destino inequívoco que pretendían darle, quienes abandonaron la misma apenas se acercaban al arco de entrada a la UCV, la llamada Puerta Tamanaco, actuación que da muestra de los fines malévolos buscados por esa dirigencia negativa. Acertadamente, lo narra Alba Ciudad: “Los opositores mantuvieron en secreto hasta último minuto la nueva ruta de la marcha, hasta que finalmente decidieron que la misma ingresara a la Universidad Central de Venezuela (UCV) para ir hasta Plaza Venezuela, donde estaban congregados miles de revolucionarios. La Policía Nacional Bolivariana (PNB) y la Guardia Nacional los contuvieron y evitaron que pudieran salir desde la UCV hasta Plaza Venezuela por la puerta Tamanaco y ocurriera un enfrentamiento entre civiles; sin embargo, numerosos policías nacionales resultaron heridos por el lanzamiento de piedras, botellas y molotovs, y a varios de ellos se les arrebató sus herramientas de trabajo -sus escudos-. Presentamos videos y fotos de lo ocurrido. Un pequeño incendio en el Jardín Botánico fue controlado”. (http://albaciudad.org/wp/index.php/2014/03/videos-y-fotos-destrozos-en-la-ucv-luego-de-que-opositores-violentos-cambiaran-destino-de-su-marcha/).

La respuesta de las autoridades de la UCV, que abandonaron la marcha apenas se percataron de sus malévolos fines, no pudieron ser más desafortunadas: “La rectora de la Universidad Central de Venezuela, Cecilia García Arocha, calificó de "inaceptable e injustificable" que efectivos de la Guardia Nacional "reprimieran una concentración pacífica" que estaba a las puertas de esa casa de estudios, reseñó”. (unionradio.net, 12-03-2014). Y mientras se daba la batalla entre las bandas fascistas contra las fuerzas del bien, a lo interno de la UCV ocurrían otras actuaciones que tenían como protagonistas a los agentes de la seguridad interna de esa institución universitaria, tal como lo describe el entonces Director de ese cuerpo de Seguridad, José Cruz: “En el recuento de los hechos, el responsable de la seguridad universitaria informó que previa instrucción de García el miércoles pasado, le dieron acceso a la marcha de los estudiantes de derecha a las instalaciones de la universidad. "Se retira la rectora de la marcha y empiezan los hechos violentos", relata Cruz. "Empezamos a sacar personas, a evacuarlas de la universidad, en eso Nelson Terán (Subdirector) reúne un bloque para escoltarlos hacia las afueras de la UCV, en ese momento viene una camioneta pick up blanca con unos sujetos encapuchados dentro de la camioneta". Tras la voz de alto y posterior requisa, se hallaron bajo bolsas de basura "unos escudos de la Policía Nacional Bolivariana con grafittis contra el presidente Nicolás Maduro, unos chalecos de la Guardia Nacional, bombas lacrimógenas, máscaras antigases y objetos punzo penetrantes". El hallazgo fue notificado por el Director de Seguridad a García a las 7:00 de la noche, aproximadamente, luego de paliar los hechos violentos y de evacuar los espacios de la UCV. "Preséntalos (a los retenidos), no sabemos si son infiltrados", le indicó la rectora a Cruz, de acuerdo con el relato de él. Sin embargo, momentos después, durante el proceso de entrega de los apresados, Cruz recibe una llamada del Vicerrector Académico, Nicolás Bianco, que siguiendo instrucciones de García, le informa que "ya fue tomada una decisión, espera la llamada de Arrieta, pero no hagas nada de lo que vas a hacer". Luego Raúl Arrieta Cuevas, asesor jurídico del rectorado, llamó a Cruz y le preguntó si había cumplido con el procedimiento y tras obtener una respuesta afirmativa, le indicó: "Ve a ver cómo haces y buscas la forma y echas todo eso para atrás, revierte la situación de la entrega de esos estudiantes". Del grupo de encapuchados, solo uno era alumno de una institución privada, refirió Cruz. Las personas que viajaban en la camioneta fueron entregadas, junto con diez litros de combustible y otros elementos para generar violencia, al Comando Regional (Core) 5 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Tras cumplir con esta acción, prevista dentro de los protocolos del Cuerpo de Seguridad de la UCV, la rectora Cecilia García giró la instrucción para las destituciones, explicó el ex director”. (http://www.aporrea.org/actualidad/n247059.html).

Esa actuación del equipo directivo de la Dirección de Seguridad de la UCV, les valdría el puesto. La rectora Arocha, justifica su decisión sobre la base que: "Esta universidad no es represiva, aquí no queremos esbirros, ni sapos e históricamente nunca se ha entregado a ningún estudiante, ni siquiera cuando se encapuchaban los que todo el país conoce", dijo la rectora de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Cecilia García Arocha ante las acusaciones del ahora ex director de seguridad José Cruz, quien fue despedido, luego de que el pasado miércoles entregara a un grupo de estudiantes a las autoridades del Gobierno, sin presentar un informe a la universidad, ni mostrar pruebas de sus supuestos delitos. "No queremos seguir trabajando con quien nos engañó y su cargo es de libre remoción y no tengo que consultarlo a ningún sindicato", expresó Arocha; quien agregó que los estudiantes entregados por Cruz, fueron puestos en libertad plena ayer, "lo que no se compadece con la versión de Cruz", dijo. (Últimas Noticias, 14-03-2014).

¿Qué tan ciertas son esas afirmaciones de la ciudadana rectora? El pasado 18-11-2011, el Consejo Universitario de la UCV, decidió expulsar al estudiante Kevin Ávila, quien venía realizando diversas denuncias sobre ventas de cupos, deficiencias de servicios estudiantiles y mal manejo de recursos públicos en el comedor universitario, entre otras denuncias. Con su expulsión, acallaban una voz disidente. Al respecto, es importante considerar la opinión de la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz: “La fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, dijo este martes que el estudiante Kevin Ávila fue expulsado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) “sin que haya mediado un debido proceso a la defensa” hecho que vulnera lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y otras leyes venezolanas”. (Correo del Orinoco, 22-11-2011). Así de represivos son, las autoridades de la UCV, con quienes disienten de su opinión “única”. Al respecto, el propio Kevin Ávila, se pronunciaba en los siguientes términos: “En qué comedor del mundo se bota comida si hace falta presupuesto. La única deficiencia es de capacidad. Las autoridades universitarias, 20 profesores, deciden por toda la comunidad universitaria”. (Noticias24.Com, 18-11-2011).

Más recientemente, una intervención de la Profa. Titular Palmira Guevara ante el Consejo Universitario de la UCV, en la que expresaba: “Exigimos que haya un pronunciamiento directo, no velado, no a medias tintas, ni disimulado de este Consejo Universitario, ante la violencia de los güarimberos. No podemos estar esperando desde el 12 de febrero hasta el día de hoy, y no se ha visto ningún pronunciamiento directo de las autoridades de la UCV. No usemos el peso histórico de la universidad para nuestras intenciones directas”, esgrimió la profesora de Biología”. (Correo del Orinoco, 16-03-2014). Le valió la reprimenda de ese máximo cuerpo de decisión universitaria: “El Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela expresa su más categórico rechazo a las afirmaciones emitidas por la profesora Palmira Guevara, quien asumiendo la representación de un grupo de personas durante el ejercicio de un derecho de palabra en la sesión permanente de este Cuerpo del día 25 de febrero de 2014, profirió graves acusaciones sin fundamentos contra la Rectora Cecilia García-Arocha Márquez, asociando su nombre a supuestos planes ilegales contra la institucionalidad democrática en nuestro país”. (http://ucvnoticias.ucv.ve/?p=25702). Así se reprime la disidencia a lo interno de la UCV, expulsando estudiantes, descalificando docentes y despidiendo empleados y obreros. La propia dictadura académica.
En el caso concreto de los ex directivos de la Dirección de Seguridad, obvio que fueron despedidos por cumplir con sus obligaciones de Ley: garantizar la seguridad de las instalaciones y la comunidad universitaria. Obvio que privaron razones políticas en su despido. Obvio que, las autoridades de la UCV no están comprometidas con la Seguridad del patrimonio ucevista y, mucho menos, con la seguridad de su comunidad. Cuando se politiza el tema de la Seguridad, los resultados de tal política, terminarán pagándolos la comunidad de estudiantes, profesores y profesoras, obreros y obreras, empleados y empleadas. El despido de los ex directivos de la Dirección de Seguridad, desnuda a las autoridades universitarias, de dicha institución universitaria, sus intenciones no son sinceras de querer atacar el problema; sino hacer uso del mismo para achacar al Gobierno del Presidente Maduro de las responsabilidades que, la Ley de Universidades, les adjudica como de su exclusiva competencia. En última instancia, la principal causa de la inseguridad en el campus universitario serán sus propias autoridades, incapaces de dar solución a ese grave problema que aqueja a todos/todas por igual.



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Henry Escalante


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