Pero que miserales rectores hemos tenido

Nunca olvidaré que un día invité a Pedro Rincón Gutiérrez a un acto contra el crimen en la Plaza Bolívar, y a pesar de haberme prometido que sin falta contara con él, no se presentó. Esto sucedió en 1984. Desde entonces decidí no tratarlo más, me di cuenta de que era un farsante y así lo llamé en un artículo que salió publicado por FRONTERA. Aquel acto era porque habían asesinado de una manera horrible al abogado Juan Luis Ibarra Riverol, quien había denunciado a unos generales corruptos. Le dieron un tiro en la boca por denunciar a un grupo de generales degenerados y ladrones.

Recuerdo también que para ese acto invité a monseñor Miguel Antonio Salas, quien me dijo tajantemente: “La Iglesia no puede meterse en eso”, y yo le contesté: “Es verdad, ahí no se va a repartir plata ni estarán los dioses o cuervos copeyanos, a los que usted apoya. Ese no es un acto para millonarios o banqueros, disculpe, monseñor. Debí saberlo.” Y me retire.

Así fui conociendo poco a poco la sociedad merideña, porque para la fecha tenía apenas seis meses de haber ingresado como personal contratado a la ULA.

Ardía para la época, nuestra universidad en críticas a José Mendoza Angulo, a quien por cierto conocí también en aquellos días. Ninguna confianza me inspiró este don José y no quise cultivar ninguna clase de trato con su persona. Sobre todo por el asunto funesto de FUNDAULA del cual ya he escrito suficiente.

Después se instaló en el rectorado Néstor López Rodríguez, y recuerdo que un día me dijo el decano Mauro Briceño que este adeco, Néstor, me quería conocer, y que debíamos almorzar con él. Yo le di las gracias a Mauro, y hasta ahí.

Con don Néstor, nada, pues a mí me quedó grabado para siempre, el día en que Néstor López salió a full página de “Frontera” abrazado a Héctor Alonso López, por el apoyo que AD le había  dado para su candidatura a rector. Yo con un hombre así no puedo tragar, mucho menos almorzar.

La universidad no está para pagarle favores a los partidos.

Ya para entonces la ULA estaba totalmente prostituida, envilecida y encanallada por los jerifaltes adecos o copeyanos.

Después vino al rectorado Michel Rodríguez uno de los hombres, cultural e intelectualmente más anodinos que he visto en mi vida. Jamás dijo algo que valiera la pena durante todo su periodo en el rectorado, y junto con el profesor Enrique Corao montaron aquella ridiculísima escena con los restos de Fray Juan Ramos de Lora donde se confundió un cráneo humano con la clavícula de una vaca.

Todo el mundo recuerda aquella pose hierática de Corao, de elevada dignidad académica, ante aquellos sagrados huesos de vaca que salió publicada en un encarte especial por “El Vigilante”.

A Michel lo tiene uno al frente y no sabe si es una momia o si realmente es lo que dice ser. Michel salió firmando un remitido público a favor de unos de los implicados en la gran estafa financiera que estalló poco antes de que Caldera cogiera por segunda vez el poder, y lo hizo utilizando el logo de la ULA.

El día 26 de abril de 1994,  apareció en importantes diarios nacionales, este documento: "AMIGOS DE HEBERTO URDANETA CONOCEMOS TU RECTA CONDUCTA", firmado por los señores Michel Rodríguez Villanave, David Fermín, Dulce de Monagas, Manuel Aranguren, Edel Jiménez, Arévalo Patiño Hernán López Añez, Daniel Urdaneta, Martha de Sandia, Francisco Rivas, en el que se habla de "tu recta conducta al frente de las diferentes responsabilidades que has tenido, es que te estamos expresándote a través de la presente nuestros sentimientos de solidaridad y aprecio, estando seguro de que saldrás airoso de esta difícil y pasajera situación", dirigido al señor Heberto Urdaneta, quien en ese momento era investigado por la justicia venezolana en relación con la quiebra del Banco Latino.

¿Cómo pueden estar estas personar seguras de que Heberto iba a salir airoso, porque después tuvo que huir a una isla del Caribe?

¿Por qué tenían que salir a deliberar figuras de la ULA, en un caso que tenía en vilo, en tensión al país todo, por los severos desfalcos descubiertos en varios bancos?

Siendo que el señor Michel Rodríguez Villanave, rector de la ULA, su nombre, sus opiniones de carácter público, por fuerza comprometían a la institución que representaba, así como las demás personas que lo firmaban, miembros de la ULA, y utilizando, insisto, el logotipo de la universidad de Los Andes y con ese titular; sin entrar en consideraciones de valoración sobre la personalidad del señor Heberto, ¿no es acaso, en momentos en que se ventila una investigación judicial y cuando se realiza un juicio a un particular, del todo inapropiado que aparezcan pronunciamientos públicos de esta naturaleza?

Pues con este antecedente, y sobre todo porque procuró censurar severamente al diario “El Vigilante” por sus críticas a la corrupción en la ULA cuando fue rector, junto con Leonel Vivas; por todo ello, cada veo que veo a Michel me parece estar viendo a un hombre condenado irremediablemente. Yo no lo trato ni lo trataré nunca.

Téngase en cuenta que el rector Genry Vargas viene de la misma escuela de Michel, y fue responsable directa o indirectamente, por los cargos que ha ocupado, de una cadena de hechos gravísimos que se han dado en la ULA.

Después de Michel vino Felipe Pachano, que yo lo dije: Lo único que sabe es contar chistes. Yo escribí entonces, que cuando Pachano andaba en las jaranas de su campaña contra Michel, lo único notable que sabía decir era: “Yo llevo un Negro en mi fórmula”, el Negro era Enríque Corao, que por cierto después se le volteó, y se alió con quienes fueron subtenientes de los pelotones de Michel. La era de Felipe I estuvo preñada de caos y oscuros negocios, y no deja de ser cuña formal para el actual mandato de Felipe II, Genry Vargas: Idénticos como dos gotas de agua. Y si la ULA no cambia despojando de todos los privilegios a estos monumentos del derroche, del desorden, de la improvisación y de la farsa más asquerosa, tendremos a un Felipe III, igual o peor.

Vaya por Dios.

Después vino como rector Lester Rodríguez, el padre de los Nixon Moreno e íntimo de Baltazar Porras y quien se unió a embajadores gringos para convertir a Mérida en Pasto de Venezuela contra la revolución bolivariana.

Y ahora tenemos al burdo rector de Mario Bonucci quien nunca se ha leído un libro ni nunca ha dado clases. Todos esos rectores violaron la Ley de Universidades como les dio la gana: ninguno ha sido doctor, y sí unos grandísimos ladrones y cretinos.

jsantroz@gmail.com



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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