La indexación salarial no es mantener una igualdad matemática y una desigualdad social

Todos tenemos razones para estar molestos. Nos han cambiado la cotidianidad, una forma muy elegante de decir que nos han escoñetao la vida. Sin embargo, la rabieta no es buena consejera, más si no se identifica quien ha perjudicado nuestra forma de vivir y hasta de disfrutar vivir. Directo y certero, El gobierno de los Estados Unidos nos ha querido someter, ha usado todo su poder hegemónico comercial y no ha podido. Su poder militar no lo usa porque no tiene la razón y no se le ha dado la excusa anhelada. Los lacayos internos, no serán fusilados, no porque seamos benévolos, sino porque esa es la excusa anhelada, así que ignorarlos es demasiado noble, tanto que… mejor vamos a lo que vinimos. La indexación se pide a gritos, y parece ser una solución al desastre causado por la sobre valoración del dólar. Pero indexar el salario ya lo hemos hecho. Si, ya lo hemos hecho, hace varias semanas me subí a una buseta y pagué un bolívar, ya vale dos, pero en aquel momento me di cuenta que cuando se ejecutó la reconversión monetaria de bolívar fuerte a soberano, el pasaje fue de un bolívar, y si hoy es uno, lo único que ha cambiado, aparte de fuerte a soberano a digital es que el orden de magnitud de las cifras cambia, pero la buseta es la misma. Nos aumentan el dólar, luego los precios luego el salario, bueno, a veces no en ese orden pues llegó a popularizarse el caso de aumento de precios, luego el dólar y por ultimo los salarios, y cuando, pues también ocurrió, se aumentaban los salarios, aumentaban los precios y luego el dólar. Total, cien mil millones de veces de sobre valoración del dólar en nuestro país y al final de todo, la buseta cuesta uno, bueno costaba, ya vale dos. Indexación, ok, ponga usted el índice o indicador, pero no en el precio del dólar, ni siquiera del Petro, ponga como índice a seguir el precio de la buseta. Ciertamente hay una teoría monetaria moderna, que de moderna no tiene nada, pues para mi modo de ver el hoy y el pasado, lamentablemente el futuro es imposible de ver; la teoría monetaria moderna simplemente desenmascara o devela una verdad irrefutable, la moneda no es dinero y la felicidad se construye con educación, trabajo y respeto. Los Estados emiten monedas y pagan lo que sea. La garantía de esa moneda emitida es el Estado mismo, pues sobre la base de la garantía de seguridad física y comercial, la moneda que el Estado genera y usa para pagar empleados públicos, burócratas, y obras públicas tiene dos caminos, uno de retorno, a las arcas del Estado, mediante impuestos y aranceles, y otro tanto, la mayoría, va a las cuentas de quienes tienen el control económico del país, y en las repúblicas son los burgueses. Me llegó un wasap de mis amigos comunistas o izquierdistas, en donde me invitan a revisar si en realidad soy de la ideología izquierdista, cosa que intento ser, y creo ser, así escriba cosas como estas. Entre muchos cuestionamientos que el auto test pide, está el punto 3, que dice: "no se avergüence de creer en el socialismo", y para reforzar la idea, alude el caso del "fracaso" del socialismo en Europa del Este, además, enfatiza que "el capitalismo, vigente hace 200 años ha sido un fracaso", afirmación que sustentan al decir que "según el banco mundial…2800 millones de personas sobreviven con menos de 2 dólares al día, y 1200 millones con menos de 1 dólar diario". Bueno, esta bien, son cifras, y las cifras generan cierta conformidad metodológica. Me perdonan, pero hablar de fracaso del capitalismo es tan equivocado como hablar de fracaso del socialismo, pues ni lo uno ni lo otro están en competencia, ni siquiera en plan de supervivencia, además capitalismo no es antónimo de socialismo. La única verdad axiológica, es que los Estados Unidos no le interesa mas socialismo que el de ellos mismos. Cualquier otro país que intente organizarse, planificarse y trabajar como nación será atacado, primero a su gobierno, luego a su sociedad y finalmente a su pueblo. Así que no fracasa el socialismo, no, la verdad es que destruyen la posibilidad del socialismo o de capitalismo o de cualquier cosa que signifique progreso independiente, es decir, sin ellos. ¿Como carrizo podemos establecer un comercio sin finanzas, sin patrones monetarios, sin medios de intercambio, sin aspiraciones de riqueza? Pero antes de responder la pregunta, es tajante que no podemos volver al feudalismo. Recordemos que el capitalismo sustituye al feudalismo, a los reyes, a los señores feudales… Pocos se atreven a recordar que el socialismo surge cuando la burguesía, los comerciantes, superan el poder de las aristocracias. Para ponerlo más sencillo, cuando los nobles se ven obligados a servir a los comerciantes y la nobleza se niega a ceder privilegios, surgen las revoluciones. Eso no lo digo yo, eso esta escrito en el manifiesto del partido comunista, es más, eso está escrito, entre líneas, en el libro de Engels, Principios de Comunismo. El socialismo parte de la necesidad de que las sociedades establezcan sus metas y planifiquen su futuro. En los Estados Unidos la revolución de independencia, 1776, fue una revolución burguesa, tan socialista como la francesa de 1777 o la latinoamericana de 1810 o la rusa de 1917 o la china de 1949. En todos los casos se luchó para eliminar reyes, zares emperadores y nobles. La de los Estados Unidos fue super radical, tanto así que George Washington fue contratado, por el congreso para dirigir el ejército, con un contrato a término. Vean este detalle, que pareciera tonto, el presidente de los EEUU no usa banda presidencial, ni trajes que lo elevan como una majestad, y hasta toma vacaciones. Esto no es casual, esto fue, y sigue siendo una forma de negar todo tipo de privilegios. Es más, si revisamos la historia de los Estados Unidos, llegaremos a la Guerra Federal. Los estados del sur pretendieron mantener una especie de nobleza y se revelaron contra el norte, industrial y obrero. Esa guerra sangrienta y larga, peor que la de la independencia, giró sobre la peor de las ignominias humanas, la esclavitud. El conflicto social privó sobre el económico, pues las grandes plantaciones del sur fueron quemadas y sus dueños aplastados, pero la esclavitud abolida, pasó a ser un problema de racismo. Decir que una persona vive con dos dólares al día es una estupidez. Una persona come, bebe, duerme, trabaja… cosas que no se miden con dólares. No es una referencia válida usar el dólar para determinar cuántas cosas necesita una persona para vivir. Con un dólar puedes comprar un helado en nueva York, ciertamente, pero en muchas otras partes del mundo no se necesitan helados sino alimentos para todos los días y para muchas personas, tantos, que lo importante no es tener los dólares para comprarlos, sino que los alimentos existan, para comprarlos. El socialismo necesita revisión, o, mejor dicho, el concepto de socialismo necesita revisión. A los ortodoxos no les gusta esto, pues suponen que la teoría escrita por los teóricos del siglo XIX y principios del XX esta tan perfecta que raya en lo dogmático, pero no es así, el mundo gira, lo que significa volver al punto de partida, pero las generaciones cambian, la tecnología cambia y hasta las necesidades cambian. Ya no se trata de luchar contra monarcas, identificables, con coronas y carruajes. Se trata de fortalecer repúblicas democráticas, es decir, países con gobiernos consensuados en donde la aristocracia no exista. ¿Qué hacer para evitar depender del dólar?... La pregunta de las preguntas. La respuesta es supersencilla, para dejar de depender del dólar hay que respetar al bolívar. Si, respetar nuestra moneda, porque tiene valor. Miren, Venezuela tiene recursos naturales para respaldar al petro y al bolívar. Ni siquiera tenemos que trabajar para respaldarlos. Podemos endeudarnos trayendo cualquier mercancía del mundo y a la hora de pagar podemos entregar bolívares o petros con la única garantía de que cuando necesiten el oro o el petróleo o los diamantes o lo que sea lo vengan a buscar, en otras palabras, traigan su maquinaria y tecnología para que se lleven su vaina…y de paso si necesitan ingenieros, técnicos y obreros aquí los hay, buenos y baratos. Así de simple. La otra alternativa es trabajar y producir con nuestras capacidades. Asumiendo nuestras limitaciones, pero con el coraje y la convicción de que estamos produciendo lo que necesitamos para vivir y vivir bien, y eso significa alimentación, vivienda, vestido, vehículos, maquinaria. Si no toda, la mayoría. Podemos importar toda la tecnología electrónica que neciamente queramos poseer, pero no debemos importar yuca, maíz, arroz, plátanos, carnes… ya eso lo vivimos, mejor dicho, lo padecimos. Por supuesto que hay que resolver el drama salarial de la burocracia nacional, soy profesor universitario, así que soy un burócrata y de los peores pagados. No puede ser que un trabajador de una empresa pública cobre 180 Bs/mes y el maestro 20. No es justo que el profesional recién graduado cobre 500 Bs/mes y su profesor 50. Eso es una aberración, eso necesita una solución urgente, que pasa por un cambio radical de paradigmas en cuanto a lo realmente productivo y lo realmente necesario. Este drama, extensible a personal de salud, maestros, funcionarios, policías y hasta militares, requiere de una solución inmediata, que no es otra que convertir el empleo público en un privilegio. Si, así como suena. Jamás un trabajador de una empresa estadal, llámase básica o de servicios públicos, debe estar mejor pagado que un funcionario o servidor público. Si usted no comparte esto, reléalo hasta que lo comprenda. ¿Quieren solución? Allí esta. ¿Qué hay que depurar?, claro…sin dudas…pueden hasta reducir, pero no hacerlo es mantenerse giros sobre un eje, sin evolución alguna. A los muy estimados amigos Bosa y Valdez, gracias. Los veo, los sigo, los estudio. Comparto mucho de lo que explican y me han ilustrado muchísimo. Los admiro, de verdad. Pero no puedo compartir la indexación salarial de manera plana, pues el problema no es mantener una igualdad matemática, el problema es aplicar socialismo, es decir, establecer planes y metas sociales, republicanas. Es producir lo nuestro y no depender del precio del dólar, establecido por alguien que nadie conoce, sin formula conocida, desde una PC en algún lugar secreto y difundido por redes informáticas, de boca en boca, o mejor dicho, de móvil a móvil.



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Manuel Gragirena

Profesor Universitario. Ingeniero Electricista. Especialista en Telecomunicaciones. Diploma de Estudios Avanzados en Educación. Ex Sidorista

 manuelgragirena1@gmail.com

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